“La evolución de la situación epidemiológica en Europa suscita una gran preocupación: el número de casos diarios aumenta, las admisiones hospitalarias aumentan, el Covid-19 es ahora la quinta causa principal de muerte y se alcanzaron las 1.000 muertes por día”, decía ayer, durante una conferencia de prensa virtual, el director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, Hans Kluge.
Aunque el funcionario advirtió que pese a los nuevos desafíos que enfrentan -con 700 mil casos notificados, la región registró la mayor incidencia semanal de contagios desde el inicio de la pandemia-, estos no necesariamente significan “tiempos oscuros” para los europeos. Los casos confirmados en el continente superan los siete millones, mientras que hace solo 10 días tenían un millón menos.
Francia superó ayer los 30 mil casos diarios, un día después de que el gobierno anunciara el restablecimiento del estado de emergencia por al menos cuatro semanas y la imposición del toque de queda en nueve ciudades, incluida París. Polonia, por su parte, limitó los horarios de los restaurantes y el transporte público en las regiones más afectadas, además de prohibir las reuniones.
Irlanda y Londres tomaron medidas similares, y prohibieron las reuniones bajo techo de personas que no pertenezcan al mismo hogar.
Pese a que el panorama regional no se ve muy alentador, Kluge insistió en que la situación actual no es comparable con la de mediados de marzo. “Aunque registramos de dos a tres veces más casos por día en comparación con el peak de abril, todavía observamos cinco veces menos muertes. El tiempo de duplicación en las admisiones hospitalarias sigue siendo de dos a tres veces mayor. Mientras tanto, el virus no ha cambiado; no se ha vuelto más ni menos peligroso”, dijo ayer el director regional de la OMS.
Al mismo tiempo, explicó las razones técnicas del alza en los casos diarios, como, por ejemplo, que se están realizando más pruebas. También hay factores que explican la menor mortalidad, entre ellos, la mayor proporción de transmisión entre los jóvenes menos vulnerables, que además pueden manejar de mejor manera los casos graves y evitar un curso fatal de la enfermedad, a diferencia de los pacientes que integran los grupos de riesgo.
Aunque las cifras dan a entender que el rebote de la curva ha sido mucho mayor, la pendiente parece ser menor y menos fatal, al menos por el momento. Sin embargo, el médico belga advirtió que “tiene el potencial realista de empeorar drásticamente si la enfermedad se propaga de nuevo a cohortes de mayor edad después de más contactos sociales en interiores entre generaciones”.
Las proyecciones de los modelos epidemiológicos más fiables no son optimistas. Algunos de ellos indican que las políticas de relajación pueden impulsar las muertes diarias para enero de 2021 a niveles cuatro o cinco veces más altos que los registrados en abril.
Sin embargo, los mismos modelos muestran que el uso generalizado de mascarillas -a una tasa de 95%, frente a menos del 60% que se ve actualmente-, junto a un estricto rastreo y control de las reuniones, tanto en espacios públicos como privados, pueden salvar hasta 281 mil vidas antes del 1 de febrero en Europa. Con mayores restricciones, los pronósticos son aún más optimistas. Según Kluge, estos modelos confirman lo que siempre han dicho: “La pandemia no revertirá su curso por sí sola, pero lo haremos”.
Los datos, de acuerdo a la OMS, sugieren que la transmisión ocurre principalmente en los hogares y lugares públicos cerrados, al igual que en las comunidades que no respetan las medidas de prevención. Así, Kluge recalcó la importancia de cumplir al pie de la letra las políticas adoptadas por las autoridades. “Las medidas ahora implementadas son respuestas a la situación actual, y pretenden anticipar cualquier empeoramiento de la situación. En resumen, estas medidas están destinadas a mantenernos a todos por delante de la curva y aplanar su curso. Están allí para salvar vidas”, dijo el funcionario europeo, agregando que “cualquier nueva escalada de medidas sería el resultado del incumplimiento de las anteriores”.
Incluso, si se llegaran a tomar medidas más estrictas, el organismo no considera que el confinamiento sea igual al que vivieron hace seis meses.
En marzo, el cierre fue un cierre donde todos los rincones de nuestra sociedad y economía se detuvieron, sin negocios en funcionamiento, sin excursiones, sin escuelas, sin movimiento y con todas las fronteras cerradas. Hoy en día, el bloqueo significa una escalada gradual de medidas proporcionadas, específicas y de duración limitada, en las que todos estamos comprometidos como individuos y como sociedad en conjunto para minimizar los daños colaterales a nuestra salud, nuestra economía y nuestra sociedad”
Hans Kluge, director regional de la OMS para Europa
Así, pidió a las autoridades europeas que antes de tomar cualquier decisión de endurecer medidas a nivel nacional, consideren los diferentes riesgos colaterales asociados a la pandemia, como la salud mental de la población, la violencia doméstica, la educación, la vulnerabilidad económica, y el cuidado de las instituciones de salud y los trabajadores de primera línea. En la misma línea, el director regional de la OMS para Europa hizo “un llamado a los gobiernos y a las personas para que expresen empatía y entablen un diálogo social con los más afectados por las medidas restrictivas para que prevalezca la esperanza, el compromiso y la confianza entre ellos”.