Los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Turquía se reunieron durante este miércoles en Ankara, la capital de este último país, para negociar la propuesta emanada desde la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre un probable “corredor” o paso seguro para que las embarcaciones ucranianas que transportan grano y cereal puedan reanudar su exportación agrícola a través del mar Negro.
La idea surge en respuesta a la amenaza de una crisis alimentaria a nivel mundial, puesto que desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de este año, Ucrania se vio obligada a detener el envío de granos. La toma de buena parte de su territorio costero, así como la presencia de buques de guerra rusos en el mar de Azov –y que está en manos del Kremlin desde su victoria en Mariupol–, han bloqueado la exportación de granos al resto del mundo.
Al respecto, la ONU advirtió este miércoles que la actual crisis alimentaria a la que se enfrentan numerosos países como resultado de la guerra en Ucrania, puede convertirse en 2023 en una verdadera “catástrofe”.
“La crisis de alimentos de este año es por falta de acceso. La del año próximo puede ser por falta de comida”, señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, en la presentación de un informe elaborado por la organización sobre el impacto global de la invasión rusa de Ucrania.
De acuerdo al informe de la ONU, “94 países que albergan unos 1.600 millones de personas, están gravemente expuestos a al menos una de las dimensiones de la crisis (finanzas, alimentación o energía)” y son “incapaces de hacerle frente”.
“Si la guerra continúa y los altos precios del grano y los fertilizantes persisten hasta la próxima temporada de siembra, la crisis actual podría extenderse a otros alimentos básicos, como el arroz, afectando a miles de millones de personas”, explicó en una conferencia de prensa la secretaria general de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan.
Según Grynspan, “la actual crisis alimentaria puede convertirse rápidamente en una catástrofe alimentaria de proporciones globales en 2023″.
Pese a este escenario, las conversaciones para la reanudación de las exportaciones agrícolas de Ucrania se encuentran en un punto muerto debido a las reticencias de Kiev sobre las peticiones de Rusia y las exigencias de este último hacia todo Occidente.
Las condiciones y trabas
Ante la imposibilidad de usar los puntos de acceso marítimos que Ucrania poseía en el mar Negro, el Ejército llenó de minas los puertos que estaban en su dominio antes de ser expulsados. Como resultado, ni sus barcos comerciales ni los pertenecientes a Rusia pueden utilizarlos para transportar los alimentos que antes comerciaban. ¿Pero qué porcentaje representa a nivel mundial?
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Ucrania ha sido responsable del 10% del mercado global del trigo en los últimos años, posicionándose en el quinto lugar del mundo. En el apartado del cereal, son el cuarto mayor exportador del globo y desde Kiev aseguran que son cerca de 22 millones de toneladas de granos los que mantienen almacenados en sus silos. Un puesto más arriba, con el tercer lugar, se encuentra Rusia.
Países que dependen de la compra del trigo y cereal, como lo son muchas naciones de África y Medio Oriente, son los que más se han visto golpeados por el alza en los valores de estos recursos, lo que activó las alarmas de la ONU.
Desminar los puertos es el primer paso para negociar un cruce seguro a través del mar Negro, dijeron las autoridades rusas tras la reunión en la que no participó ningún representante del país al que se le exigía el desminado. El jefe de la Unión Cerealera de Ucrania, Serhiy Ivashchenko, afirmó que tomaría de tres a cuatro meses remover las minas marinas, asegurando además que fueron los rusos quienes las instalaron, reportó The Associated Press.
“Declaramos diariamente que estamos listos para garantizar la seguridad de los barcos que salen de los puertos ucranianos y se dirigen a (aguas turcas), estamos listos para hacerlo en cooperación con nuestros colegas turcos”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, al salir de la reunión, según Reuters. “Para resolver el problema, lo único que se necesita es que los ucranianos permitan que los barcos salgan de sus puertos, ya sea desminándolos o marcando corredores seguros, no se requiere nada más”, agregó.
Pero la lista de exigencias por parte del Kremlin es bastante más larga. Lavrov le pidió a su contraparte turca, el ministro Mevlut Cavusoglu, que cada barco ucraniano que pase por el mar Negro deberá ser revisado por el Ejército.
La respuesta llegó por parte del embajador ucraniano en Turquía, Vasyl Bodnar, quien aseguró que la propuesta era “poco realista” y que ningún acuerdo al respecto será posible sin la participación directa de Ucrania en las negociaciones, informó Reuters. La posibilidad de que militares turcos resguarden las embarcaciones es otra de las opciones planteadas por las autoridades.
La tercera exigencia, y probablemente la más importante de todas, es la de levantar las sanciones económicas impuestas por Occidente en contra de Rusia. Según algunos de los líderes de naciones occidentales, Moscú estaría utilizando el suministro de alimentos como armas, pero desde el Kremlin se defienden diciendo que son las restricciones financieras las culpables.
Turquía: el “país neutral”
¿Cómo negociar en ese contexto? Es aquí donde el rol de Turquía como mediador “imparcial” surge como clave en el eventual pacto. La elección de la nación ubicada justo en medio de Europa y Asia no es producto del azar. Como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ha entregado drones armados a Ucrania y, al mismo tiempo, se ha negado a ser parte de las sanciones comerciales en contra de Moscú, lo que deja a Ankara como un actor neutral frente a ambos países.
“El Presidente (Vladimir) Putin dijo que para que los volúmenes de granos rusos se envíen a los mercados internacionales, se deben levantar las sanciones directas e indirectas contra Rusia”, anunció el miércoles en una conferencia telefónica el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Hasta el momento, los líderes internacionales no se han pronunciado al respecto de esta exigencia, la cual no solo incumbe a Ucrania, sino que a todas las potencias que han intentado sofocar la economía de Rusia.
En su posición de neutralidad, Turquía aparece como uno de los pocos países donde el anuncio se podría haber llevado a cabo. “Turquía habrá emprendido una tarea muy importante para prevenir la crisis alimentaria mundial”, dijo Ibrahim Kalin, uno de los principales asesores y portavoz del Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien aparece como actor clave en la mediación del conflicto bélico.
Para la coordinadora del programa truco en el Proyecto sobre Democracia en Medio Oriente, Merve Tahiroglu, la intervención de Erdogan guarda relación con la necesidad de que Rusia apruebe la presencia turca en el norte de Siria, donde estaría planeando una nueva ofensiva contra la milicia kurda-siria considerada como una amenaza a su seguridad. “Turquía realmente necesita la bendición de Rusia para poder llevar a cabo esta operación (en Siria). Así que creo que realmente van a tratar de obtener ese tipo de concesión del lado ruso”, afirmó a The Associated Press.
Supuesto robo de granos
En tanto, Rusia minimizó el impacto de su ofensiva en Ucrania sobre la subida de los precios de los cereales el miércoles y pidió no “exagerar” la importancia de la producción ucraniana en el mundo. “No hay que exagerar la importancia de las reservas de cereales (ucranianos) en los mercados internacionales”, declaró Peskov.
“Le dimos mucha atención al problema de la exportación de cereales ucranianos, que nuestros colegas occidentales y los ucranianos tratan de presentar como una crisis universal, cuando estos cereales representan menos del 1% de la producción mundial de trigo y otros cereales”, agregó Lavrov.
En una conferencia de prensa en Turquía, un periodista de la televisión pública de Ucrania le preguntó a Lavrov por el supuesto robo de granos ucranianos por parte de Rusia. El canciller ruso aseguró que el grano “se puede transportar libremente” y que “no lo estamos obstaculizando”.
Sin embargo, el jefe adjunto del sindicato de productores agrícolas ucranianos UAC declaró este miércoles que Rusia ha robado unas 600.000 toneladas de grano del territorio ucraniano ocupado y ha exportado parte de ellas.
“Hasta la fecha, unas 600.000 toneladas han sido robadas de las empresas agrícolas y llevadas al territorio temporalmente ocupado de la península de Crimea y desde allí se traslada a los puertos, en particular a Sebastopol, y desde allí, los barcos van a Medio Oriente”, declaró el subdirector de la UAC, Denys Marchuk, a la televisión ucraniana. Dijo que Kiev exigirá a Moscú que compense tanto el robo del grano como la destrucción de la propiedad de los agricultores.
Las acusaciones de que Rusia está robando granos de una amplia variedad de áreas en Ucrania son muy graves y deben investigarse de inmediato, dijo el martes la ministra de Agricultura británica, Victoria Prentis.