El Coordinador Humanitario en Ucrania de Naciones Unidas, Matthew Hollingworth, condenó la oleada de bombardeos de este viernes contra varias ciudades ucranianas, y aseguró que han sido los más intensos de las últimas semanas.
Al menos 24 personas han muerto -22 de ellas por el impacto de un misil en un edificio residencial en la ciudad de Uman, en la región de Cherkasy - y decenas han resultado heridas durante los ataques, y también han sido destruidas casas e infraestructuras vitales, según un comunicado de la ONU.
“Es simplemente inexcusable que en lugares como Uman, lejos de la línea del frente, los civiles fueran asesinados mientras dormían en sus casas. Esto debe terminar”, declaró Hollingworth.
La directora ejecutiva de la ONU para la Infancia, Catherine Russell, denunció que al menos tres niños han muerto en el ataque a Uman, y que otro niño de tres años ha fallecido en la ciudad de Dnipro. “La guerra es el peor enemigo de los niños. La violencia debe cesar”, concluyó.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, añadió que numerosos civiles murieron por ataques ucranianos que alcanzaron un autobús y un hospital en la ciudad de Donetsk, bajo control ruso.
“Es importante recordar que la población e infraestructura civil están protegidos por el Derecho Internacional Humanitario y jamás deben ser atacados, sin importar la ubicación de esas instalaciones”, manifestó Dujarric.
La ONU también ha advertido que el recrudecimiento de los combates ha acrecentado las necesidades humanitarias, y ha informado que, desde enero, se han organizado casi 40 convoyes humanitarios destinados incluso a zonas que se encontraban a “un par de centenares de metros” del frente de batalla.
El pasado viernes los trabajadores humanitarios entregaron seis camiones con suministros esenciales -provisiones médicas y alimentos- para seis meses destinados a unas 3.000 personas alrededor de Lyman, en la región de Donetsk.