México registra unos altos índices de violencia contra la mujer, pero las "herramientas" para atacar este fenómeno existen, por lo que ahora es necesario "acelerar el paso" y buscar soluciones para que este problema no quede normalizado, afirma la representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz.

"Existen las políticas, las instituciones, y es el momento de acelerar el paso y garantizar que se lleven a cabo con la eficacia que se requiere", asegura a Efe en una entrevista con Efe con motivo del Día Internacional de la Mujer.

En México, una media de siete mujeres son asesinadas al día, y el 66,1 % de las mexicanas de 15 años y más han sufrido algún incidente de violencia de género a lo largo de su vida, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Además, en trece estados del país existen municipios en los que se ha decretado la alerta de violencia de género contra las mujeres (AVGM), una medida encaminada a redoblar esfuerzos en la lucha contra este problema.

Para Sanz, las cifras de violencia denotan que la implementación de las políticas puestas en marcha en el país -entre ellas la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que tiene más de diez años- "no están teniendo la eficacia que debiera".

"Se debe a distintos factores. Uno de ellos es todavía la permisibilidad que hay ante la violencia; por eso hacemos un llamado a la prevención, romper con estos estereotipos que hacen que las propias instituciones, en ocasiones, reproduzcan esta forma de normalizar la violencia", reflexiona.

Todavía queda la necesidad de "entender el fenómeno, cuantificarlo mucho mejor, (y ver) qué es lo que está pasando, dónde está pasando".

En un país que guarda un alto nivel de impunidad, el sistema judicial guarda retos como mejorar el acceso de las mujeres, así como una aplicación más efectiva en los protocolos que indican cómo desarrollar las investigaciones sobre feminicidios.

Se requiere una "mayor armonización entre los tipos penales de feminicidio a nivel nacional y en las 32 entidades federativas", asevera la representante de ONU Mujeres.

El delito de feminicidio está tipificado en el código penal federal de México, lo que es "un paso muy importante, porque son pocos los países que han ido avanzando" en este sentido. Además, todos los estados lo han tipificado en su legislación estatal (el último fue Chihuahua el pasado septiembre).

"Esto hace que en el momento en que ocurre una muerte violenta de una mujer, se tiene la obligación de investigar como feminicidio", con un enfoque de género y siguiendo los protocolos establecidos a nivel regional y nacional, subraya.

Sanz recuerda que este aspecto ha sido reforzado por sentencias específicas como aquella con la que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó reabrir la investigación del asesinato de Mariana Lima, cerrado tras la declaración de su marido de que se había suicidado.

La representante enfatiza que este tipo de violencia "no es un problema de las mujeres, es un problema de la sociedad", por lo que hay que involucrar a todos los sectores, incluyendo aquellos que no trabajan en estos temas de manera habitual, como el privado.

También menciona otras vías como "vincular más a los hombres y los niños para erradicar este problema" y cuestionar la forma en la que los medios de comunicación ofrecen información sobre la violencia machista.

En general, en México hay una "movilización social importante", gracias a una sociedad civil activa que denuncia la problemática y genera visibilidad, pero todavía "tenemos que avanzar mucho más", apunta.

La violencia contra la mujer "es posible erradicarla, no tenemos que aceptar que sea parte de nuestra sociedad", defiende Sanz, quien concluye que el momento para acabar con esta lacra es "ahora".