La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reclamó este martes una investigación "minuciosa e independiente" tras la muerte en pleno tribunal del expresidente egipcio Mohamed Morsi (2012-2013), detenido desde hace seis años en El Cairo.

"Toda muerte repentina en prisión debe ser seguida de una investigación rápida, imparcial, minuciosa y transparente por un órgano independiente para aclarar la razón del deceso", declaró Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

El exmandatario falleció a los 67 años luego de ser atendido en un hospital tras desmayarse mientras testificaba en una audiencia en su contra. Morsi estuvo menos de un año en el poder, ya que, el 3 de julio de 2013 se gestó un golpe de Estado que lo derrocó.

La oficina de Naciones Unidas recordó que El Cairo forma parte de la Convención Internacional sobre los Derechos Civiles y Político, y por ello,"tiene el deber de tomar todas las medidas necesarias para proteger la vida de los individuos privados de su libertad".

Lo que implica que,  "al arrestar, detener, encarcelar o privar de alguna otra forma a los individuos de su libertad, los Estados partes asumen la responsabilidad de velar por sus vidas e integridad física".

Según explicó el Ministerio Público el líder político, "llegó al hospital fallecido y se comprobó que no había heridas recientes a la vista del cadáver" y anunció que comenzará a indagar las circunstancias de este hecho. 

Morsi cumplía una condena de cadena perpetua acusado de fomentar el terrorismo y el espionaje para Irán, Qatar entre otros.