Con la ayuda humanitaria almacenada en camiones estancados en la frontera cada día que pasa, la Franja de Gaza se aproxima a la hambruna. Para el director de planificación de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Sam Rose, este organismo debe seguir siendo “la columna vertebral de cualquier respuesta humanitaria” para los más de dos millones de personas en el asediado enclave palestino si se quiere evitar una hambruna masiva.
Israel continúa impidiendo el tránsito de los convoyes de la UNRWA hacia el norte de Gaza, donde 300.000 personas se enfrentan a la hambruna, afirmó Rose. “Nuestro espacio sigue siendo reducido en un momento en que la comunidad internacional necesita urgentemente llevar la mayor asistencia posible a la población del norte”, dijo.
Más de la mitad de los 16 países que suspendieron el financiamiento a la UNRWA después de que Israel afirmara que 12 de los 13.000 empleados de la agencia en Gaza habían participado en el ataque contra Israel el 7 de octubre, ya decidieron reanudarlo.
Sin embargo, indicó el diario The Guardian, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que prohíbe el financiamiento estadounidense de la UNRWA –que normalmente significa más de 300 millones de dólares al año– hasta al menos marzo de 2025. Alemania ha aportado 45 millones de euros, pero no todavía a las operaciones de la UNRWA en Gaza. Reino Unido aún no ha tomado ninguna decisión sobre la reanudación del financiamiento.
Se espera que un informe independiente que se publicará el 20 de abril, escrito por la exministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, no recomiende el cierre de la UNRWA, pero sí proporcione procedimientos claros para garantizar la neutralidad de la organización.
El periódico británico señaló que existen “temores en la comunidad de ayuda de que, independientemente de las decisiones sobre la reanudación del financiamiento y la apertura de nuevos cruces de ayuda, Israel tenga la intención de actuar según sus planes para intentar expulsar a UNRWA de Gaza de forma permanente. A Israel le molesta que el organismo de la ONU proporcione servicios humanitarios y de bienestar a los refugiados palestinos y sus descendientes. En Gaza, afirma que la agencia está enredada con Hamas, que gobierna Gaza desde 2007″.
UNRWA dice que tiene que mantener vínculos indirectos con las autoridades en Gaza para distribuir ayuda, tal como lo hacen todas las agencias de ayuda de la ONU en todo el mundo. Israel ha informado a los periodistas que pretende eliminar gradualmente las operaciones de UNRWA en Gaza, Cisjordania y Jerusalén, añadió The Guardian.
Rose, que ha trabajado en Gaza, advirtió: “También se está volviendo cada vez más difícil para UNRWA operar en Jerusalén Este, porque nuestro personal internacional no obtiene visas y nuestro propio personal nacional no obtiene permisos para entrar a la ciudad. También se han restringido las importaciones y también se ha congelado una cuenta bancaria en un banco israelí. Así que, aunque la atención está puesta en Gaza, no se puede pasar por alto lo que está sucediendo en Cisjordania”.
Dijo que UNRWA recibió con agrado los informes sobre una decisión del gabinete israelí de abrir nuevos cruces, incluido el puerto de Ashdod, pero que la organización estaba esperando para ver cómo y cuándo esto se materializaría. “Veamos qué pasa, pero en el pasado lo que dijeron públicamente que iban a hacer, ahora lo han estado haciendo”. Un acceso mayor, sostenido y predecible es esencial para la ayuda humanitaria y, más importante aún, para el sector comercial, para evitar que empeore una situación ya catastrófica, señaló Rose.
Cruce cerrado
Después de la fría llamada telefónica de la semana pasada entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el gobierno de este último dijo que 468 camiones de ayuda llegaron a Gaza el martes, la cifra más alta desde que comenzó el conflicto. A esto le siguieron 419 el lunes, aunque la Media Luna Roja y las Naciones Unidas dieron cifras mucho más bajas, y la ONU dijo que muchos camiones estaban sólo medio llenos debido a las normas de inspección israelíes.
Si bien los funcionarios de la Media Luna Roja en Egipto han notado un aumento en los flujos de ayuda hacia Gaza en los últimos días, dijeron que más de 350 camiones habían cruzado desde allí a Gaza el lunes, y 258, el domingo. Eso fue mucho más que en las últimas semanas, cuando el número era generalmente inferior a 200, detallaron.
En tanto, la UNRWA, la principal agencia de las Naciones Unidas en Gaza, informó que el lunes habían entrado 223 camiones. En su informe diario de situación del martes, la UNRWA señaló: “No ha habido cambios significativos en el volumen de suministros humanitarios que ingresan a Gaza ni un mejor acceso al norte”.
Según Naciones Unidas, se necesitan 500 y 600 camiones diarios para alimentar a los gazatíes. Según cifras de la ONU, sólo 130 camiones por día entraron a Gaza en promedio entre diciembre y marzo. El déficit acumulado es tan grande, que Magnus Corfixen, líder humanitario de Oxfam Gran Bretaña, sugiere que se necesitan al menos 1.500 camiones para revertir la situación.
Sin embargo, el paso fronterizo de Erez, que conecta Israel con el norte de Gaza, sigue cerrado y sin que se permita la entrada de ayuda humanitaria en la Franja a través de él, dijo la directora de comunicaciones de la UNRWA, Juliette Touma, en declaraciones al diario El País desde Jordania. La funcionaria indicó que el anuncio el pasado jueves de las autoridades israelíes de que reabrirían esas instalaciones sigue siendo solo “una promesa”.
El gobierno israelí confirmó al medio español de forma implícita la información. También que los suministros para aliviar la grave situación que padece la población de Gaza no han empezado a ser desembarcados en el cercano puerto de Ashdod, a 35 kilómetros al norte del enclave. Esas dos iniciativas fueron los principales compromisos asumidos por el gabinete de guerra israelí el jueves, tras la llamada entre Biden y Netanyahu.
“Anunciaremos (la reapertura) del (paso de) Erez y (del puerto de) Ashdod cuando se fije una fecha”, indicó este lunes a El País, Shimon Freedman, portavoz de la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT), organismo israelí encargado de autorizar o no la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.
Israel solo permite la entrada de camiones con ayuda en Gaza por otros dos puestos fronterizos, Rafah y Kerem Shalom, ambos en el sur.
El portavoz de la Agencia Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA), Jens Laerke, también señaló las severas restricciones a la entrega de ayuda dentro de Gaza el mes pasado, diciendo que Israel había negado el permiso a la mitad de los convoyes que intentó enviar al norte en marzo, y que los convoyes de ayuda de la ONU tienen tres veces más probabilidades de ser rechazados que cualquier otro.
El Cogat niega que esté obstaculizando la llegada de ayuda humanitaria a Gaza, afirmando que no hay límite para los suministros para civiles y culpando a las Naciones Unidas de los retrasos, que considera ineficientes, consigna Reuters. “Sólo ayer entraron en Gaza suficientes alimentos para alimentar a todas las personas allí. La ONU no los distribuye y Hamas los roba”, dijo el martes David Mencer, portavoz de la Dirección Nacional de Diplomacia Pública de Israel.
Un artículo sobre la distribución de la ayuda humanitaria realizado por el diario Financial Times reveló que existen innumerables obstáculos para la distribución de la ayuda, como son los bombardeos de las fuerzas israelíes, inseguridad dentro de Gaza, falta de personal de seguridad, controles israelíes impredecibles, sólo un puñado de puntos de entrada sobrecargados, escasez de vehículos de reparto, corrupción y las innumerables miserias de la guerra.
“No hay correcciones rápidas. Incluso la reciente promesa de Israel de abrir puntos de cruce adicionales, exigida desde hace mucho tiempo por la comunidad internacional y que aún no se ha implementado plenamente, resolverá sólo algunos de los problemas”, indicó el diario.
En momentos en que la guerra ya ha entrado a su séptimo mes, la situación humanitaria es terrible. Los musulmanes en Gaza celebraban el martes el Eid al-Fitr, el festival que celebra el final del mes de ayuno del Ramadán. Pero se produjo cuando el enclave asediado enfrenta niveles críticos de hambre, según la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), un organismo asesor de la ONU.
La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de la Franja se han visto obligados a abandonar sus hogares. El máximo tribunal de la ONU, la Corte Internacional de Justicia, ha advertido que la hambruna ya se está “instalando” en algunas zonas y ha ordenado a Israel que garantice un flujo inmediato de ayuda “sin obstáculos”.
Hasta ahora, al menos 28 niños han muerto de desnutrición y deshidratación, según el brazo humanitario de la ONU, OCHA. Uno de cada tres niños menores de dos años sufre actualmente desnutrición aguda, según el Programa Mundial de Alimentos.
En este sentido, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció la “inanición mortal” impuesta por Israel contra miles de niños en Gaza, los cuales se ven expuestos a una “inminente hambruna” que pone en peligro sus vidas. La organización alertó de que los niños gazatíes están muriendo por complicaciones relacionadas con la inanición desde que el gobierno israelí decidió hacer uso del hambre como “arma y crimen de guerra” contra la población civil. Así, médicos y familias en la Franja de Gaza han apuntado a los niños y mujeres embarazadas como los más afectados por esta falta de alimentos.
“El gobierno israelí utiliza la inanición como arma de guerra, lo que ha quedado demostrado que es mortal para los niños de Gaza”, dijo Omar Shakir, director de HRW para Israel y Palestina.