El portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, señaló el martes que “los ataques indiscriminados y otros tipos de violencia” del Ejército de Myanmar tras el golpe de Estado perpetrado el 1 de febrero “han provocado que más de 100.000 personas huyan de sus hogares” en el estado de Kayah.
Naciones Unidas se ha mostrado preocupada por “el rápido deterioro de la situación humanitaria y de seguridad en el estado de Kayah y otras partes del país”.
Asimismo, Dujarric ha apuntado que los desplazamientos se deben a que las personas “buscan seguridad en las comunidades de acogida y los bosques de Kayah y estado de Shan” y que estos desplazamientos también podrían darse a fronteras internacionales.
En este sentido, ha apelado a que “las partes protejan a los civiles y la infraestructura civil” y ha señalado la necesidad “urgente” de ayuda humanitaria. “La inseguridad, las restricciones de viaje impuestas por las fuerzas de seguridad y las malas condiciones de las carreteras están retrasando la entrega de suministros”, ha detallado.
Por otro lado, el portavoz aseguró que la enviada especial de Naciones Unidas en Myanmar, Christine Schraner Burgener, que actualmente se encuentra en la ciudad suiza de Berna, continúa trabajando en conversaciones con contactos regionales de forma remota.
El golpe fue dado horas antes de que el nuevo Parlamento tomara posesión tras las elecciones de noviembre, en las que un partido opositor vinculado al Ejército denunció irregularidades, si bien no presentó pruebas que respaldaran sus acusaciones.
Según las cifras recogidas por la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos de Myanmar (AAPP, por sus siglas en inglés) al menos 857 personas han muerto y hay más de 5.800 detenidos en el marco de la movilizaciones contra el golpe de estado militar del 1 de febrero, de los cuales más de 4.700 han sido sentenciados o permanecen arrestados en la actualidad.