La Misión de Observación de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Ucrania (HRMMU, por sus siglas en inglés) ha constatado que al menos 174 civiles han muerto y 690 han resultado heridos en el país durante el mes de mayo, el más letal para la población no combatiente del país desde junio de 2023, muy en parte por el inicio de una nueva ofensiva rusa en la región de Járkov, en el noreste del país.
Estas cifras representan un 31% más que las estimaciones del anterior mes de abril, de acuerdo con la valoración publicada por la oficina de la ONU en su página web.
Su directora, Danielle Bell, señala que “más de la mitad de las víctimas han sido identificadas en Járkov capital y alrededores, donde las fuerzas rusas lanzaron una nueva ofensiva terrestre el pasado 10 de mayo”.
“El principal motivo del elevado número de víctimas civiles”, añade, “es que Rusia ha empleado bombas aéreas y misiles contra ciudades pobladas, como las comunidades de Járkov capital y las que se encontraban cerca del frente”.
Los investigadores de la ONU han podido documentar ataques como el ocurrido el 23 de mayo, cuando varios misiles alcanzaron una imprenta en la ciudad de Járkov en un bombardeo que dejó al menos siete muertos y 21 heridos, en su mayoría mujeres.
Dos días después, dos bombas lanzadas desde el aire alcanzaron el centro comercial de bricolaje Epitsentr. El bombardeo dejó al menos 19 civiles muertos y 54 heridos, según pudieron constatar los investigadores de la ONU tras visitar el lugar de los ataques y verificar las cifras de fallecidos.
Naciones Unidas subraya además que este aumento de las víctimas ha ido acompañado de una “intensificación de los ataques a la infraestructura energética”, con un total de 24 asaltos a esta clase de instalaciones (19 en territorio controlado por el Gobierno y cinco en territorio ocupado por la Federación de Rusia), “que destruyeron o dañaron plantas de generación de energía, subestaciones eléctricas e interrumpieron temporalmente el acceso al suministro de electricidad y agua”, a los que hay que añadir otros seis ataques contra infraestructura ferroviaria en territorio controlado por el Gobierno ucraniano.