La amenaza de Washington sobre un nuevo ataque
No podría ser de otra forma. A través de su cuenta de Twitter, el Presidente estadounidense Donald Trump declaró ayer como "misión cumplida" el ataque con misiles liderado por Washington contra Siria como consecuencia del programa de armas químicas del régimen de Basher Assad.
"Un ataque ejecutado a la perfección", tuiteó Trump luego de que los aviones y barcos militares de Francia y Reino Unido lanzaron 105 misiles contra unas fuerzas aéreas sirias que según los aliados no mostraron resistencia. "No pudo haber habido un mejor resultado. ¡Misión cumplida!", agregó.
Trump agradeció telefónicamente al Presidente francés, Emmanuel Macron, y la premier británica Theresa May, por su apoyo. Mientras Macron se felicitó de la "excelente coordinación" de las fuerzas aliadas, May describió la incursión como "limitada y enfocada".
Sin embargo, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, sostuvo que Trump le dijo que Washington estaba "totalmente listo" para atacar a Siria otra vez si Assad usaba armas químicas nuevamente.
El resto de los aliados occidentales de Washington, en tanto, matizaron su apoyo. Así, si bien la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que "la intervención militar era necesaria y apropiada", Berlín se restó de participar en el ataque. Por su parte, el presidente del gobierno de Italia en funciones, Paolo Gentiloni, afirmó que el bombardeo a Siria debe "quedar circunscrito" y se debe "evitar una escalada" en el conflicto. Aseguró que ningún avión despegó de las bases militares en territorio italiano.
La defensa de Moscú al régimen de Assad
Aliado irrestricto de Siria, Rusia condenó desde un principio cualquier ataque contra el país árabe. Y ayer reiteró su rechazo a la opción militar. "Se ha asestado un golpe contra la capital de un Estado soberano que intentó durante años sobrevivir en medio de una agresión terrorista", y en "el momento en que se había ganado la oportunidad de tener un futuro pacífico", señaló la portavoz de la Cancillería, María Zajarova.
Estos ataques son un "insulto" al Presidente Vladimir Putin, aseguró, por su parte, el embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antonov. "Hemos advertido que tales acciones no quedarán sin consecuencias", enfatizó. Mientras, el representante ruso en la ONU, Vasily Nebenzya calificó la acción de EE.UU. de hooliganismo.
El propio Putin se sumó a la condena por el ataque al país árabe. "Rusia condena duramente el ataque a Siria, donde militares rusos ayudan al gobierno legítimo a luchar contra el terrorismo", declaró el mandatario en un comunicado divulgado por el Kremlin. Los ataques occidentales, realizados "sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, en violación de la Carta de Naciones Unidas, de las normas y principios del derecho internacional", constituyen "un acto de agresión contra un Estado soberano", dijo.
El Ministerio de RR.EE. ruso fue más lejos al acusar a EE.UU. de tomar partido por los terroristas del Estado Islámico, a los que ven como una fuerza de combate útil para derrocar al régimen de Damasco. "Parece quedar del todo claro que aquellos en Occidente que se ocultan bajo la retórica humanitaria (...) llevan al país a la partición", denunció.
La advertencia de Beijing ante el acoso a Rusia
China rechazó el ataque sobre Siria al considerar que es contrario a la Carta de Naciones Unidas, viola el derecho internacional y complica la búsqueda de una solución al conflicto.
"Cualquier acción militar unilateral que eluda al Consejo de Seguridad es contraria a los propósitos y principios de la Carta de la ONU y viola los principios y normas básicas del derecho internacional", señaló en un comunicado una portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying. Una acción de ese tipo "también añadirá factores nuevos y complicados para la solución de la cuestión siria", añadió.
Reafirmando su oposición "al uso de la fuerzas en las relaciones internacionales", Beijing apeló "a las partes afectadas a volver al marco del derecho internacional", según afirmó Hua Chunying en un comunicado.
En un editorial publicado en el diario oficialista Global Times, Beijing advirtió de la posible represalia que Estados Unidos y sus aliados pueden enfrentar de parte de Rusia tras el ataque a Siria, su aliado. "Rusia es capaz de lanzar un ataque destructivo de venganza contra Occidente. La economía débil de Rusia está plagada de sanciones occidentales y ha visto presionado su espacio estratégico. Que Occidente provoque a Rusia de esa manera es irresponsable por la paz mundial", señala el texto.
Y agrega: "Los países occidentales continúan acosando a Rusia, pero aparentemente no temen a su posible contraataque. Su arrogancia genera riesgo y peligro".
El apoyo de Israel y Arabia Saudita y el rechazo de Irán
En Medio Oriente, uno de los más contundentes ha sido el gobierno de Turquía, que calificó el bombardeo sobre Siria como "una respuesta apropiada" al supuesto ataque con armas químicas perpetrado hace una semana en la ciudad siria de Duma y que causó decenas de muertos. "Damos la bienvenida a esta operación", precisó un comunicado de la Cancillería turca. El Presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, habló por teléfono con Putin, sobre la situación en Siria y acordaron trabajar para aliviar las tensiones y continuar con los esfuerzos por lograr una solución política en el país.
En la misma línea, Arabia Saudita expresó su "completo apoyo" a las operaciones militares llevadas a cabo por EE.UU., Francia y Reino Unido. Similar reacción tuvo Israel, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, mostró ayer "el apoyo total" de su país al Presidente Donald Trump.
En la otra vereda, Irak dijo que los ataques en Siria "ofrecen al terrorismo una oportunidad para desarrollarse tras haber sido derrotado en Irak y ampliamente arrinconado en Siria", según su ministerio de RR.EE. Bagdad solicitó una reunión de urgencia de países árabes para adoptar "una posición clara" tras la ofensiva militar.
En tanto, el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, condenó duramente los ataques a Siria y tachó de "criminales" a Trump, Macron y May.
Mientras, Egipto mostró su "gran preocupación" por las consecuencias de "la escalada militar en Siria".
La falta de acuerdo en el Consejo de Seguridad
El interior del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) vive un quiebre tras el ataque a Siria. Por quinta vez en la semana, el organismo más importante de la ONU se reunió ayer sin lograr acuerdos y dejando en claro las profundas divisiones entre EE.UU. y Rusia.
Los cinco encuentros tenían un único fin: intentar encontrar una respuesta conjunta ante las denuncias de uso de armas químicas en Duma, Siria.
El Consejo de Seguridad, es el corazón de la diplomacia mundial para buscar la paz. Durante las cinco reuniones no hubo ningún acuerdo sino más bien fue escenario de múltiples muestras de provocaciones bélicas con la excusa del conflicto sirio, según la agencia EFE.
El lunes, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, afirmó que EE.UU. respondería al supuesto ataque químico con o sin el apoyo del Consejo de Seguridad. Al día siguiente, el embajador ruso, Vassily Nebenzia advirtió el riesgo de una "guerra" entre su país y EE.UU. si ocurría un ataque. Trump cumplió sus amenazas con el apoyo de Reino Unido y Francia.
"La Guerra Fría ha vuelto" dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, por las profundas diferencias de las dos potencias mundiales.
Francia anunció su intención de preparar un borrador de resolución sobre el caso. Sería la quinta resolución, las tres primeras fueron rechazadas y la cuarta, presentada por Rusia que pedía condenar la "agresión" de EE.UU. no logró los votos necesarios ayer marcando las profundas divisiones en el organismo más poderoso de la ONU.