La dividida oposición boliviana celebraba hoy su posible victoria frente al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) del Presidente Luis Arce y del exmandatario Evo Morales, aunque aún no se conocían los resultados oficiales de las elecciones de alcaldes y gobernadores celebradas el domingo, cuyo cómputo avanzaba lentamente. Con todo, según la prensa local, se configuraba en el país un nuevo mapa político de equilibrios con el poder central y con la participación de nuevos actores.
Los Tribunales Electorales Departamentales (TED) avanzaban hoy con un lento cómputo oficial y se priorizaba el voto para gobernaciones, según el diario paceño La Razón. Así, hasta ahora, la guía para tener datos preliminares eran dos encuestas de boca de urna para cadenas de televisión, las cuales proyectan victorias de los opositores en ocho de las 10 alcaldías más grandes. A nivel de gobernaciones, el MAS tendría asegurada la victoria en tres departamentos (Cochabamba, Potosí y Oruro), la oposición ganó en dos (Santa Cruz y Beni) y cuatro irían a segunda vuelta entre los dos candidatos mejor ubicados (La Paz, Chuquisaca, Tarija y Pando), aseguró el diario cruceño El Deber.
Sin embargo, el expresidente Evo Morales señaló hoy en Twitter: “Ganamos en siete departamentos: cinco en primera vuelta y en tres vamos a la segunda vuelta. Dos como primeros y en uno como segundos. Nuestra meta como MAS es ganar las segundas vueltas para tener ocho gobernaciones”.
Las proyecciones indican que el MAS tendrá menos votos que en los comicios presidenciales, que Arce ganó con el 55%, pero en los comicios para elegir gobernadores y alcaldes ratificó que sigue siendo el único partido con presencia nacional frente a una dividida oposición cuya fortaleza son sus liderazgos regionales, según indicaron expertos citados por The Associated Press.
El MAS llegó dividido a los comicios y podría haber perdido la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, su reducto más fiel y donde parece haber ganado la disidente y expresidenta del Senado Eva Copa. Varios militantes del partido oficialista acusaron a Morales durante la campaña de haber impuesto candidatos.
“El pueblo boliviano ha decidido equilibrar el poder que adquirió el MAS el año pasado”, dijo el empresario y líder de la derechista Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina. En la misma línea, El Deber habló de “un nuevo tablero de equilibrios”. “Se configura en el país un nuevo mapa político de equilibrios con el poder central y con la participación de nuevos actores”, agregó.
Ese es el caso de Luis Fernando Camacho desde la gobernación de Santa Cruz, Gary Áñez desde la alcaldía cruceña, Iván Arias desde la alcaldía de La Paz, Manfred Reyes Villa desde la alcaldía de Cochabamba y Eva Copa desde la alcaldía de El Alto.
Se trata, según El Deber, de “el surgimiento de un grupo de figuras políticas, unas nuevas y otras con cierta experiencia, que podrían perfilarse con perspectivas de conformar un bloque opositor sólido e incluso con posibilidades de proyecciones personales de cara a futuras elecciones nacionales”.
“Arce tendrá que gobernar con gobernadores y alcaldes que políticamente no le son afines y esa situación puede complicar la gobernabilidad”, comentó a The Associated Press el profesor de Ciencia Política, Carlos Cordero.