Funcionarios de alto rango de Rusia y la OTAN se reúnen para tratar de cerrar las diferencias aparentemente irreconciliables en torno al futuro de Ucrania, en medio de un amplio escepticismo sobre que las propuestas de seguridad del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para reducir las tensiones sean genuinas.
Las conversaciones formaban parte de una semana de contactos diplomáticos de alto nivel y de un esfuerzo liderado por Estados Unidos para evitar preparativos para lo que Washington cree que podría ser una invasión rusa de Ucrania. Aunque Moscú niega estar planeando un ataque, su historial de intervenciones militares en Ucrania y Georgia preocupa a la OTAN.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el viceministro ruso de Exteriores Alexander Grushko y el viceministro ruso de Defensa, Alexander Fomin, posaron con gesto serio ante los medios antes de su Consejo OTAN-Rusia. No hubo estrechón de manos público, aunque la delegación rusa chocó el puño con funcionarios de los 30 estados miembros de la OTAN en el recinto donde se celebraba la reunión.
La vicesecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, lideraba el equipo estadounidense en la sede de la OTAN en Bruselas.
Esta era la primera reunión de esta clase celebrada en dos años, y se esperaba que durase unas tres horas. El Consejo OTAN-Rusia, el principal foro para conversaciones, se formó hace dos décadas, aunque las reuniones plenas se interrumpieron cuando Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea en 2014. Desde entonces, sólo se han celebrado encuentros esporádicos, la última vez en julio de 2019.