Varios líderes y altos cargos de países de Medio Oriente han condenado este miércoles lo que han considerado como un asesinato “despreciable” del que era hasta ahora el líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, que se encontraba de visita en Irán.
Las autoridades de Egipto, Qatar, Jordania, Líbano y Siria, entre otras, han alertado de que el ataque perpetrado contra la residencia de Haniye en territorio iraní --y en el que ha muerto también uno de sus guardaespaldas-- pone en peligro a la región y podría provocar una escalada de violencia.
El Gobierno egipcio ha manifestado que el asesinato del líder de Hamás es una muestra de la “falta de voluntad política” por parte de Israel para poner fin a la violencia, al tiempo que ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que estos últimos acontecimientos extiendan el conflicto a otros países.
El Ministerio de Exteriores ha puntualizado que la decisión socava “los extenuantes esfuerzos realizados por Egipto ysus socios para tratar de detener la guerra en la Franja de Gaza” y ha pedido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas “evitar que la situación desemboque en una espiral de violencia fuera de control”.
El primer ministro de Qatar, Mohamed Abdulrahmán al Thani, ha lamentado que la muerte de Haniye compromete las conversaciones de paz. “El asesinato por motivos políticos y la muerte de civiles en Gaza nos llevan a preguntarnos cómo puede tener éxito la mediación si una parte asesina al negociador de la otra parte”, ha aseverado en un mensaje difundido a través de redes sociales. “La paz necesita de actores serios y una fuerte oposición a cualquier postura que vaya contra la vida humana”, ha añadido.
Previamente el Ministerio de Exteriores qatarí ha señalado que se trata de un “crimen atroz” atribuido a Israel, que supone una “violación flagrante del Derecho Internacional”. Qatar, junto a Egipto y Estados Unidos, han servido de interlocutores clave en el marco de las negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás.
“Este asesinato y la actitud temeraria de Israel, que ha usado a los civiles gazatíes de objetivo, solo llevará al caos y pondrá en tela de juicio las posibilidades de lograr la paz”, ha indicado el Ministerio en un comunicado en el que ha afirmado que Qatar “rechaza la violencia, el terrorismo y los actos criminales, lo que incluye los asesinatos por motivos políticos, independientemente de sus motivos”. El país acoge la oficina política de Hamás desde el año 2012, después de que el movimiento cerrara sus oficinas en Damasco, Siria.
Por su parte, el primer ministro saliente de Líbano, Nayib Mikati, ha advertido de que la situación “ha escalado a un nivel peligroso”, por lo que ha instado a la comunidad internacional a “dejar de ser un mero espectador de las transgresiones de Israel”, mientras que las autoridades jornadas han procedido a condenar el ataque y a acusar a Israel de violar las normas internacionales y “provocar daños a la estabilidad regional”, tal y como ha recogido el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
Asimismo, el Gobierno sirio ha procedido también a condenar lo sucedido y ha alertado de que esto “podría llevar a que toda la región arda”. “Denunciamos esta agresión sionista y este grave ataque contra la soberanía de Irán”, ha puntualizado.
Por su parte, las autoridades turcas han dado un paso al frente y han condenado también el asesinato, al tiempo que han acusado al Gobierno de Benjamin Netanyahu de “carecer de intención alguna de lograr la paz”, según informaciones de la agencia de noticias Anatolia. “La región se enfrentará a conflictos mucho mayores si la comunidad internacional no hace nada para detener a Israel”, ha aseverado.
El propio presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha afirmado que “la barbarie sionista no logrará sus objetivos” y ha expresado que lo sucedido “no acabará con la voluntad palestina”. “Es una crueldad y busca acabar con la causa palestina, con la noble resistencia de Gaza. Busca intimidarlos”, ha lamentado Erdogan.
A estos países se han sumado además otros actores internacionales, Irak, Pakistán, Rusia y China, que han procedido también a calificar el ataque de “inaceptable”. “Esto no está bien. Es absolutamente inaceptable y provocará una escalada de tensión”, ha dicho el viceministro de Exteriores ruso, Mijail Bogdanov, unas palabras que van en la misma línea que las del Ministerio de Exteriores chino, que teme un aumento de la inestabilidad en Medio Oriente.
Posteriormente, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha apuntado a que este tipo de ataques están dirigidos a “obstaculizar los intentos de restaurar la paz en la región”, según informaciones recogidas por medios rusos.