La mayoría de los países pobres no logrará la inmunización masiva contra el Covid-19 hasta al menos 2024 y algunos tal vez nunca lleguen allí, según un nuevo pronóstico realizado por The Economist Intelligence Unit (EIU). El estudio grafica al planeta crudamente dividido durante los próximos años, con un puñado de naciones desarrolladas completamente vacunadas mientras otras corren para ponerse al día.
El último informe de pronóstico trimestral de la EIU destaca que si bien la vacunación contra el Covid-19 ha comenzado en los países desarrollados, la inmunización masiva llevará tiempo. “La producción representa el principal obstáculo, ya que muchos países han reservado más dosis de las que necesitan. Los costos asociados con los programas de inmunización masiva serán significativos, especialmente para los países menos desarrollados que tienen recursos fiscales limitados”, dice.
Asimismo, el reporte señala que “la diplomacia de las vacunas jugará un papel importante a la hora de determinar qué países en desarrollo tendrán acceso a una vacuna en los próximos meses, y Rusia y China utilizarán el lanzamiento de sus propias vacunas contra el coronavirus para promover sus intereses”.
En ese sentido, la EIU estima que la mayor parte de la población adulta en las economías avanzadas (como Reino Unido, Estados Unidos, Israel y los de la Unión Europea) habrá sido vacunada a mediados de 2022. Para los países de ingresos medianos, esta línea de tiempo se extenderá hasta finales de 2022 o principios de 2023. Para las economías más pobres, la inmunización masiva tardará hasta 2024, si es que ocurre, destaca.
Es el caso de 84 países que conforman los más pobres del mundo, los cuales no recibirán dosis suficientes para inmunizar suficientemente a sus poblaciones durante al menos un año más, una falla global que se extenderá a lo largo de la primera mitad de esta década, dijo Agathe Demarais, directora de pronóstico global de la EIU y autora del informe.
“El contraste entre los países ricos y los más pobres es marcado. La mayoría de los países en desarrollo no tendrá acceso generalizado a las vacunas antes de 2023 como muy temprano. Algunos de estos países, particularmente los más pobres con un perfil demográfico joven, pueden perder la motivación para distribuir vacunas, especialmente si la enfermedad se ha extendido ampliamente o si los costos asociados resultan demasiado altos”, advirtió Demarais.
El pronóstico se elaboró utilizando un modelo que evaluó más de 200 países en función de factores que incluyen acuerdos de suministro existentes, capacidad de producción, entregas de vacunas hasta el momento, infraestructura para administrar dosis y tasas de indecisión de vacunas. El alto escepticismo hacia las vacunas en Japón fue un factor de por qué era poco probable que logre la inmunización completa este año, dijo Demarais citada por el diario The Guardian.
El informe se mostró escéptico ante los pronósticos de Covax, una alianza mundial de intercambio de vacunas liderada por la OMS y que tiene como objetivo asegurar 6.000 millones de dosis para los países más pobres del mundo, la cual pretende suministrar dosis suficientes este año para cubrir el 27% de la población en los países miembros, incluidos más de 92 de bajos ingresos. En ese sentido, la EIU sostiene que los suministros de Covax pueden tardar en llegar, especialmente si las demoras en la producción y la entrega a los países más ricos retrasan las fechas de entrega para los países más pobres.
“Hay muchas esperanzas políticas de que se alcancen los objetivos... pero podemos ver que ya hay retrasos en la producción y entrega en los países más ricos, por lo que podemos esperar algún retraso en los países pobres”, afirmó Demarais.
Un estudio encargado por la Cámara Internacional de Comercio (ICC) y publicado el lunes reveló que la distribución desigual de vacunas podría minar más de US$ 9 billones del PIB mundial este año al deprimir la demanda de los consumidores en países no vacunados, donde la vida normal aún no se ha reanudado. Esto es una suma mayor a la producción anual de Japón y Alemania combinadas, destaca The New York Times.
“Ninguna economía, sin importar cuán grande sea, será inmune a los efectos del virus hasta que la pandemia llegue a su fin en todos lados”, dijo John Denton, secretario general de la ICC. “Comprar vacunas para el mundo en vías de desarrollo no es un acto de generosidad de las naciones más ricas del mundo. Es una inversión esencial que los gobiernos deben hacer si desean revivir sus economías nacionales”.