Ataques aéreos israelíes dejaron al menos 17 muertos en Rafah durante la noche, informaron médicos el sábado, mientras más de un millón de palestinos hacinados en la ciudad fronteriza esperan una ofensiva total con el resto del enclave en ruinas y sin ningún lugar al que huir.
Tras cuatro meses de guerra en Gaza, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha ordenado al Ejército que elabore un plan para evacuar a la población de Rafah y destruir cuatro batallones de Hamas desplegados allí.
A diferencia de lo ocurrido en anteriores asaltos israelíes a ciudades durante la guerra, cuando el Ejército ordenó a los civiles que huyeran hacia el sur, en Gaza no queda ninguna otra zona relativamente indemne y las agencias de ayuda han advertido de que podría morir un gran número de civiles.
“Cualquier incursión israelí en Rafah significa masacres, destrucción. La gente está llenando cada centímetro de la ciudad y no tenemos adónde ir”, declaró Rezik Salah, de 35 años, que huyó de su hogar en la ciudad de Gaza con su mujer y sus dos hijos a Rafah al principio de la guerra.
Gran parte del enclave ha quedado reducido a escombros, y las fuerzas israelíes han destruido franjas de ciudades con ataques aéreos, fuego de artillería y detonaciones controladas, dejando sin hogar a más del 85% de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, tras los ataques transforenterizos de Hamas del 7 de octubre.
La mayoría de los desplazados ha buscado refugio en Rafah, en la frontera con Egipto, pero tras el fracaso de las conversaciones para un alto el fuego, Netanyahu afirmó esta semana que las fuerzas israelíes seguirían luchando hasta la “victoria total”, incluso allí.
El viernes por la noche, un ataque aéreo contra una casa de Rafah mató a 11 personas e hirió a docenas más, mientras que una segunda incursión dejó seis fallecidos en otra casa, informaron funcionarios médicos.
En Jan Yunis, donde muchos desplazados huyeron inicialmente antes de la ofensiva del mes pasado, el Ministerio de Sanidad palestino expresó su alarma por las operaciones israelíes en torno al principal hospital Nasser.
El ministerio afirmó que las fuerzas israelíes habían rodeado el hospital y estaban disparando en las inmediaciones, y se mostró preocupado por la suerte de 300 miembros del personal médico, 450 pacientes y 10.000 personas refugiadas allí.
Imágenes que circulaban por las redes sociales, que Reuters no pudo verificar de forma independiente, mostraban tanques a las puertas del hospital.
Israel mantiene operaciones
El Ejército israelí informó el sábado que sus fuerzas proseguían las “intensas” actividades en Jan Yunis, así como en el norte y el centro de Gaza, matando militantes, confiscando armas y atacando infraestructuras.
En la ciudad de Gaza, los residentes informaron de intensos combates el sábado.
Un funcionario israelí que no quiso ser identificado declaró que Israel intentaría organizar el regreso de la población de Rafah hacia el norte antes de cualquier asalto.
La continuación de la guerra en la ciudad de Gaza muestra las limitaciones de cualquier propuesta para evacuar a los desplazados de Rafah a otras partes del enclave.
Mientras tanto, los médicos y los trabajadores humanitarios se esfuerzan por suministrar ayuda básica a los palestinos refugiados en los alrededores de Rafah. Muchos están atrapados contra la valla fronteriza con Egipto y viven en tiendas improvisadas.
Naciones Unidas ha declarado que los civiles palestinos de Rafah necesitan protección, pero que no debe producirse un desplazamiento forzoso masivo, prohibido por el derecho internacional.
“No se puede permitir una guerra en un campo de refugiados gigantesco”, declaró Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, advirtiendo de un “baño de sangre” si las tropas israelíes entran en Rafah.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos dijo que no sabía cuánto tiempo podría trabajar “en una operación de tan alto riesgo”.