El Papa Francisco reconoció hoy en Dublín el fracaso de la Iglesia irlandesa en afrontar adecuadamente lo que denominó "crímenes repugnantes de los abusos" a menores y pidió esfuerzo para adoptar normas severas y que no se vuelvan a repetir.
Así lo afirmó Francisco en un discurso a las autoridades al comienzo de su visita de dos jornadas a Irlanda, a donde llegó hoy para participar en el Encuentro Mundial de las Familias.
"No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos", aseveró.
"El fracaso de las autoridades eclesiásticas -obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros- para abordar adecuadamente estos delitos repugnantes ha causado indignación y sigue siendo una fuente de dolor y vergüenza para la comunidad católica", agregó el Papa.
El Pontífice llegó el sábado a Irlanda, uno de los centros de la crisis de abusos sexuales en la Iglesia católica, una institución fustigada en todo el mundo por haber fallado sistémicamente a la hora de proteger a los niños o al castigar a los obispos que solaparon los delitos.
Se espera que Francisco se reúna con algunas de las víctimas durante su visita de 36 horas, la primera visita papal a Irlanda en casi cuatro décadas. El Vaticano dijo que el pontífice tendrá "muchas oportunidades" para hablar sobre los abusos.
Sin embargo, es poco probable que las palabras de Francisco o su nueva reunión con las víctimas de abuso puedan calmar la indignación entre los católicos después de nuevas revelaciones de abusos sexuales y encubrimiento en Estados Unidos, una crisis en curso en Chile y los procesos a los principales clérigos en Australia y Francia.
Irlanda ha tenido uno de los registros más graves de curas abusadores en el mundo, delitos que fueron revelados a los 4,8 millones de personas de la nación profundamente católica a través de una serie de investigaciones ordenadas por el gobierno en la última década.
Las revisiones concluyeron que miles de niños fueron violados o abusados de otras maneras por sacerdotes y abusados físicamente en escuelas administradas por la Iglesia, mientras que los obispos encubrieron a los abusadores.
La Iglesia irlandesa ya ha promulgado normas nuevas y más duras para reducir los abusos y esperaba la primera visita de un papa en 40 años para mostrar que ahora es diferente y más solidaria frente a los problemas de las familias católicas de hoy.
Más de 37.000 personas, la mayoría jóvenes católicos, se inscribieron para asistir al Encuentro Mundial de las Familias, patrocinado por el Vaticano, que comenzó en Dublín el martes y durará hasta el domingo, más del doble que el último encuentro familiar celebrado en Filadelfia hace tres años.