El Papa ha asegurado que la esclavitud practicada por los colonos españoles fue una “violación masiva de los derechos humanos” al tiempo que ha reivindicado la figura de la reina Isabel la Católica como defensora de los “derechos humanos” de los amerindios.
En una misiva con motivo de la presentación del libro ‘Pasado, Presente y Futuro de la Justicia Transicional: La experiencia latinoamericana en la construcción de la paz mundial’ que tuvo lugar en Tenerife, en las Islas Canarias (España), Francisco ha asegurado que Isabel la Católica (1451-1504) plantó las “semillas” de las modernas declaraciones de derechos humanos al crear las primeras leyes para defender a los amerindios.
Precisamente, a finales del pasado mes de febrero el entonces arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, y la Comisión Isabel la Católica pidieron en una audiencia privada al Papa que impulsara la beatificación de la soberana española.
En la carta publicada por el Vaticano y remitida a la Conferencia de Ministros de Justicia de los países iberoamericanos y de lengua portuguesa, inaugurada por el Rey Felipe VI de España, el Pontífice ha condenado los abusos cometidos por los miembros de las primeras expediciones de Cristóbal Colón a las Indias occidentales.
En concreto, se ha referido a la esclavitud como una “violación masiva de los derechos humanos”, si bien ha recordado que “la historia no da marcha atrás” y que, por tanto, hay que “construir sobre estas situaciones”.
En su carta, el Pontífice afirma que quiere “extraer lecciones del pasado” para encontrar “respuestas coherentes y significativas a los desafíos actuales”.
El Papa argentino ha subrayado así que, para los estándares actuales, la práctica de la esclavitud por parte de los colonos españoles fue una “violación masiva de los derechos humanos”.
Sin embargo, elogia la reacción de la corona española -a cuyo servicio estaba el navegante genovés- a la práctica de la esclavitud en el Nuevo Mundo.
El Papa se refiere a las instrucciones que la reina Isabel y su esposo Fernando II de Aragón dieron a Cristóbal Colón, pidiéndole ya en 1493 que prohibiera el reparto de población indígena entre los colonos y se preocupara de su conversión al catolicismo y les dieran también un trato justo.
Francisco ve en esas disposiciones “el germen de nuestras modernas declaraciones de derechos humanos”.
De hecho, el Pontífice considera que las acciones de la reina estuvieron guiadas por su fe, porque “sabía que tenía que dar cuenta de sus actos a Dios”.
El Papa asegura que la reina Isabel actúa “como autoridad política” y como “conciencia moral que se levanta en defensa de la dignidad humana y es capaz de “soluciones valientes, innovadoras y firmes” adoptando una medida reparadora - “liberando a los esclavos incluso a costa de su propio dinero” y de reforma institucional - “prohibiendo la esclavitud y reivindicando los derechos fundamentales de los perjudicados de forma proactiva e integral”.
Para el Papa, la reina Isabel la Católica dio así “un paso de gigante” en las relaciones entre las poblaciones indígenas y europeas y “ofreció todo lo que pudo desde su posición a los nuevos pueblos que conoció”. Finalmente, alaba su espíritu “noble”, si bien advierte de que las leyes pueden, sin embargo, quedarse en “papel mojado”.
“Un tratado, una firma, una ley, pueden ser papel mojado; si no se ponen los medios para que, con seriedad, sentido común y paciencia, no sólo la letra, sino también el espíritu que la anima, llegue a aquellos a quienes va dirigida”, concluyó.