Poniendo de nuevo su sello en el grupo que un día elegirá a quien lo suceda tras su muerte o renuncia, el Papa Francisco anunció el domingo que elevará a 21 eclesiásticos al rango de cardenales. Casi un tercio procede de España y América Latina, lo que refuerza la presencia hispana y asienta definitivamente los nuevos equilibrios de poder y geográficos que Jorge Mario Bergoglio ha imprimido a la Iglesia Católica, que ha abandonado el eurocentrismo y camina cada vez más hacia las periferias, como destacó el diario español El País.
El noveno consistorio -como se conoce el protocolo para el nombramiento de purpurados- del pontífice argentino, que ha oficiado uno por año desde que fue elegido, se celebrará el próximo 30 de septiembre, anunció por sorpresa el Papa Francisco tras el rezo del Ángelus dominical desde la ventana del Palacio Apostólico y aseguró que estos nombramientos “expresan la universalidad de la Iglesia” por repartirse por todo el planeta.
De esta manera, Francisco sigue la línea marcada desde su primer consistorio, consistente en descentralizar el Colegio Cardenalicio y abrirlo al mundo, dado que en este caso los neocardenales proceden de los cinco continentes, y un tercio de los mismos, de España y Latinoamérica. Los nuevos cardenales provienen de Estados Unidos, Italia, Argentina, Suiza, Sudáfrica, España, Colombia, Sudán del Sur, Hong Kong, Polonia, Malasia, Tanzania y Portugal.
Dieciocho de los 21 tienen menos de 80 años y podrán entrar en un eventual cónclave secreto para elegir al próximo Papa. Se les conoce como cardenales electores. Los otros tres nuevos cardenales, que tienen 80 años o más y son demasiado mayores para votar en un cónclave, fueron nombrados para recompensar por su “servicio a la Iglesia”, apuntó el sitio Religión Digital.
Entre estos últimos cardenales “eméritos” figuran el prelado italiano, Agostino Marchetto, de 82 años, quien se desempeñó como el principal diplomático del Vaticano en Bielorrusia, Madagascar, Mauricio y Tanzania; Diego Rafael Padrón Sánchez, 84, arzobispo emérito de Cumaná, Venezuela; y un sacerdote franciscano, Luis Pascual Dri, de 96 años, famoso por escuchar confesiones en Buenos Aires y quien ha sido elogiado por Francisco por su énfasis en la misericordia.
De esta manera, “el club más selecto del mundo”, como se llama al Colegio Cardenalicio, pasará a estar compuesto el 30 de septiembre por 243 purpurados, de los que solo 137 tendrían derecho a voto, informa la agencia EFE. De los 137 cardenales electores que habrá tras el consistorio de septiembre, alrededor del 73% fueron elegidos por Francisco, lo que aumenta la posibilidad de que el próximo Papa comparta su visión de una Iglesia más progresista e inclusiva, destacó Reuters.
Al respecto, El País señala que las estadísticas de la Santa Sede, actualizadas con fecha de junio de este año y que todavía no incluyen los datos del consistorio anunciado el domingo, muestran que, de cara a una hipotética sucesión, el Pontífice ha nombrado a dos tercios del Colegio Cardenalicio (a la mitad si se tiene en cuenta a los no votantes). Francisco ha elegido a 81 de los 121 electores actuales, mientras que nueve de ellos fueron designados por Juan Pablo II y 31 por Benedicto XVI. A estos hay que sumar los 18 de este domingo.
Por división geográfica, en este momento, Europa sigue siendo el continente más representado en el Colegio Cardenalicio, con 56 miembros no electores, seguido por Asia (21), Norteamérica (16), África (16), Sudamérica (14), América Central (5) y Oceanía (3).
Francisco, según Reuters, también ha aumentado la posibilidad de que el próximo Papa proceda de Asia o África, al haber nombrado sistemáticamente cardenales electores de esos continentes y dar menos importancia que su predecesor a los países de Europa. Que el Pontífice nombre aún más cardenales dependerá de cuánto viva.
Entre los designados había varios prelados que ya tenían o estaban a punto de asumir puestos importantes en el Vaticano, como el arzobispo de La Plata, Argentina, Víctor Manuel Fernández, de 59 años, al que el Papa acaba de designar como responsable de la oficina que salvaguarda la ortodoxia doctrinal -Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe- y supervisa los procesos sobre acusaciones de abusos sexuales de clérigos en todo el mundo, apunta The Associated Press.
Entre los nuevos cardenales también estaban el obispo de Hong Kong, Stephen Sau-yan Chow, de 64 años, y el principal funcionario del Vaticano en Oriente Medio, monseñor Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, de 58 años.
Esos dos religiosos guían a las congregaciones en zonas geopolíticas que preocupan al Vaticano.
En declaraciones el domingo antes de leer la lista de nuevos cardenales, Francisco expresó su esperanza porque las autoridades palestinas e israelíes entablaran un “diálogo directo” para poner fin a la “espiral de violencia”, una referencia a los recientes enfrentamientos mortales en la región.
Hace décadas que el Vaticano y China alternan épocas de tensiones y mejoras en sus relaciones, dada la insistencia del gobierno comunista chino de que tiene derecho a nombrar a los obispos, así como al encarcelamiento de sacerdotes que expresaron su lealtad al Papa.
Tres de los nuevos cardenales son de África: monseñor Stephen Brislin, de 66 años, arzobispo de Ciudad del Cabo, Sudáfrica; Protase Rugambwa, 63, arzobispo coadjuto de Tabora, Tanzania; y Stephen Ameyu Martin Mulla, de 59 años, arzobispo de Juba, Sudán del Sur.
Dos altos funcionarios vaticanos también fueron elegidos: monseñor Robert Francis Prevost, nacido en Chicago, de 67 años, quien dirige el Dicasterio para los Obispos; y monseñor Claudio Gugerotti, de 67 años, italiano a cargo del Dicasterio para las Iglesias Orientales.
También están Américo Manuel Alves Aguiar, obispo auxiliar de Lisboa, Portugal, que el Papa visitará el próximo mes. A los 49 años, Alves Aguiar es excepcionalmente joven para un cardenal.
Sebastian Francis, de 71 años, obispo de Penang, Malasia, y líder de la conferencia episcopal de Malasia, Singapur y Brunéi; monseñor Francois-Xavier Bustillo, de 54 años, franciscano de origen español y obispo de Ajaccio, en la isla francesa de Córcega; Luis José Rueda Aparicio, 71, arzobispo de Bogotá, Colombia; y Grzegorz Rys, 59, arzobispo de Lodz, Polonia.
Emil Paul Tscherrig, de 76 años, un prelado suizo que es el primer no italiano en servir como embajador papal en Italia y San Marino; y monseñor Christopher Louis Yves Pierre, de 77 años, francés cuyos cargos diplomáticos incluían Washington, D.C.
Ángel Sixto Rossi, de 64 años, jesuita y arzobispo de Córdoba, Argentina; José Cobo Cano, de 57 años, recién nombrado arzobispo de Madrid; y el reverendo Ángel Fernández Artime, de 62 años, español y rector mayor de los Salesianos, congregación de sacerdotes presentes en 133 países.