El argentino Jorge Mario Bergoglio, conocido como el Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica, celebra sus 82 años lejos de su natal Buenos Aires por quinto año consecutivo.
Desde El Vaticano fue sorprendido con una torta de la tradicional Dulcería Hedera de Borgo Pio, y saludado por niños del dispensario pediátrico.
Bergoglio no suele celebrar la fecha. Por lo general continúa con sus actividades normales en Roma: por ejemplo, se reunió con la Delegación de la Comisión Internacional contra la pena de muerte, a quienes agradeció por su labor para terminar con este tipo de condena en países donde sigue siendo permitido.
Ayer domingo, además, Francisco defendió el Pacto Global para la Migración de la ONU, al cual Chile no se suscribió, al igual que países como Estados Unidos, Austria, Hungría y Australia entre otros.
Horas después, cerca de cinco mil personas se reunieron en Bruselas para marchar en contra del acuerdo migratorio de las Naciones Unidas.
Celebraciones que se dan en uno de los años más difíciles para la Iglesia Católica, que ha sido duramente cuestionada por una serie de denuncias de abusos perpetrados por religiosos, y que ha levantado además sospechas por encubrimiento, que durante este año marcaron la visita del Pontífice a Chile, Perú e Irlanda, lugares donde fue cuestionado por cómo manejó las denuncias hechas durante décadas y el rol que tuvo la Santa Sede cuando fueron dados a conocer los casos.
El fantasma de Juan Barros
Los tres días -15 al 18 de enero- que estuvo Francisco en suelo chileno no fueron fáciles. Recibido por la expresidenta Michelle Bachelet en Santiago, y seguido por cientos de fieles y un despliegue periodístico y de seguridad, las denuncias de encubrimiento del entonces obispo de Osorno Juan Barros y la respuesta de la Iglesia Católica ante del Caso Karadima marcaron la agenda de líder del Estado Vaticano.
Su paso por Temuco e Iquique no fue distinto, pero las declaraciones de Francisco ante el rol de Barros causaron que la visita del Papa por Chile quedara marcada por ese tema.
Días después, el Pontífice envió una carta anunciando una serie de investigaciones para esclarecer tanto el rol de Barros como otras denuncias, entre ellas, la llegada del arzobispo de Malta, el monseñor Charles Scicluna, quien se reunió con las víctimas del ex párroco de El Bosque y denunciantes de Barros.
Tras ello, la Iglesia chilena comenzó una serie de modificaciones en sus miembros y orden.
Irlanda: sin fieles para saludar
En agosto, en tanto, el Papa Francisco realizó una visita papal a Irlanda, uno de los países donde los abusos de la Iglesia cometidos durante años seguían marcando la historia.
La agenda de Jorge Bergoglio contemplaba oficiar una misa en el Phoenix Park de Dublín para cerca de un millón y medio de fieles.
Sin embargo, la cifra de asistentes fue mucho menor. De acuerdo al Irish Times, finalmente se congregaron solo 130 mil peregrinos.