Este lunes, en el marco de una “peregrinación penitencial” en Canadá, el Papa Francisco se reunió con sobrevivientes de una antigua escuela residencial para indígenas, con el fin de renovar el pedido de perdón por el rol de la Iglesia Católica en lo que fue un siglo de violencia a menores.
Ya en abril, el Pontífice había presentado sus disculpas por lo sucedido en los cerca de 130 pensionados indígenas en Canadá. En ellas, separando a los menores de sus padres, se les separó de su lengua y cultura, y fue habitual que estos niños sufrieran violencia física, psicológica y sexual.
Respecto a lo que ha sido calificado como un genocidio cultural, el Papa declaró que lamenta la cooperación de la Iglesia en este sistema. Fue en 2021 que la situación de las escuelas residenciales se volvió mundialmente conocida, luego de que 1300 sepulturas anónimas fuesen descubiertas cerca de estos centros.
En un cementerio cercano a la antigua escuela residencial de Ermineskin, el Papa pidió perdón por los abusos de la Iglesia en el país. “Llego hasta sus tierras para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación; para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes, y por ustedes (...) Lo siento. Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también con su indiferencia, en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, le expresó el Pontífice a algunos de los sobrevivientes de la antigua escuela residencial.
Después de una oración en el cementerio, ubicado en Maskwacis, provincia de Alberta, el Papa pronunció un discurso en español frente a 15 mil personas, estando entre ellas antiguos alumnos de los pensionados. Según el Sumo Pontífice, todo el sistema de escuelas residenciales constituyó “un error devastador incompatible con el Evangelio”. “Quisiera repetir con vergüenza y claridad: pido perdón humildemente por el mal que tantos cristianos cometieron contra los pueblos indígenas”, señaló el Papa.
Según la máxima autoridad del Vaticano, estas escuelas “terminaron por marginar sistemáticamente a los pueblos indígenas”. “Por medio del sistema de escuelas residenciales, sus lenguas y culturas fueron denigradas y suprimidas, los niños sufrieron abusos físicos y verbales, psicológicos y espirituales. Se los llevaron de sus casas cuando eran chiquitos, y esto marcó de manera indeleble la relación entre padres e hijos, abuelos y nietos”, señaló el Papa.
“Esperaba este momento para estar con ustedes, en este lugar tristemente evocativo”, afirmó hacia los fieles el Papa Francisco, reconociendo que el viaje a Canadá se trata principalmente de una “peregrinación penitencial”. El encuentro también contó con la presencia del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y Mary Simon, la primera gobernadora general indígena del país norteamericano.
El gran jefe de la Confederación de Primeras Naciones, George Arcand Jr., se refirió a la visita papal a través de la televisión canadiense: “Espero que esta visita sea el inicio de un cambio en la historia, y una forma de comenzar nuestro viaje de sanación”.
El gobierno canadiense ya ha empezado programas para indemnizar lo ocurrido en su territorio, habiéndose excusado oficialmente hace 14 años por crear escuelas cuyo fin era “matar el indígena en el corazón del niño”. La Iglesia Anglicana, también involucrada en este sistema, había presentado sus disculpas, pero era la Iglesia Católica la que tenía mayor responsabilidad en este sistema, ya que controlaba más del 60% de estas escuelas.
El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, afirmó hace un año que “el mayor error que ha cometido este país es la asimilación forzosa de los menores indígenas a través de los internados”. Cerca de 150 mil niños indígenas fueron matriculados forzosamente en estos centros, durante casi más de un siglo. En el caso de la escuela residencial de Ermineskin, visitada por el Papa, estuvo abierta entre 1895 y 1975.
Cálculos de los expertos señalan que más de 6 mil niños fallecieron en estos recintos, en lo que ha sido objeto de un informe, publicado en 2015, por una Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
La gira del líder de la Iglesia Católica tendrá una duración de seis días, en los que visitará distintas regiones de Canadá. El martes, en el estadio Commonwealth de Edmonton, el Papa oficiará una misa en la que se esperan 65 mil personas. El miércoles continúa en la ciudad de Québec, para ir a Iqaluit el viernes, en la región de Nuvanut, ubicadas en el archipiélago ártico.