El Papa Francisco ha pedido una nueva cultura sanitaria que humanice la medicina, que contribuya a "humanizar la medicina y la realidad hospitalaria y sanitaria" y no mire "al componente económico-financiero" tras recibir en el Vaticano a médicos, enfermeros y empleados del grupo sanitario italiano Villa Maria.
"Los lugares de atención sanitaria sean casas de acogida y confort, donde el enfermo encuentre amistad, comprensión, gentileza y caridad", ha señalado.
"Con ese propósito, es necesario estimular la colaboración de todos, para satisfacer las necesidades del enfermo con espíritu de servicio y actitud de generosidad y de sensibilidad. Para alcanzar esos objetivos, es necesario no dejarse absorber por 'sistemas' que sólo miran el componente económico-financiero, sino actuar con un estilo de proximidad a la persona, para poder asistirla con calor humano frente a las ansiedades que la afligen en los momentos más críticos de la enfermedad", ha agregado.
El grupo sanitario italiano Villa Maria, activo desde hace 40 años, ha traspasado las fronteras italianas ofreciendo servicios sanitarios en otros países.
En su discurso, el pontífice ha dicho que "el enfermo no es un número, es una persona que necesita humanidad". Así ha puesto énfasis en que "la evolución tecnológica y los cambios de naturaleza social, económica y política han cambiado el tejido sobre el que se sustenta la vida de los hospitales y de las estructuras sanitarias. A su juicio esa evolución y esos cambios es lo que justifica "la necesidad de una nueva cultura, especialmente en la preparación técnica y moral de los trabajadores sanitarios en todos los niveles".
Por ello ha instado a acudir al encuentro de las "exigencias de los pacientes y de sus familias, obligados, con frecuencia, a migrar a centros especializados alejados de su propio territorio". Y ha agregado: "El compromiso por ampliar el área de acción con la adquisición o la creación de nuevas estructuras y la ampliación de las infraestructuras denota la voluntad de garantizar el equipo de trabajo y las comodidades necesarias para la dignidad de los enfermos y su curación".
El Papa ha dicho finalmente que a partir de "los lugares de curación y de dolor" llega también "un mensaje de vida para todos". Así ha concluido:"El hombre que sufre, de hecho, comprende más las necesidades y el valor del don divino de la redención y de la fe, y ayuda también a todos los que se encuentran a su lado a apreciar y recibir tal don".