"Deseo que la comunidad internacional pueda obrar, gracias a ese pacto mundial, con responsabilidad, solidaridad y compasión con relación a los que, por diversos motivos, abandonaron su país", señaló hoy el Papa Francisco ante una multitud en la plaza de San Pedro en el Vaticano, sobre el polémico Pacto Mundial de Migración o Pacto de Marrakech.
De esta forma, Francisco hizo énfasis en la importancia del acuerdo impulsado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y adoptado por más de 160 países el pasado lunes en Marruecos.
Sin embargo, el pacto del que algunas naciones como EE.UU., Austria, Hungría, Israel e incluso Chile se restaron tras señalar que es "inadecuado" o "incompatible" con sus políticas, causó nuevas polémicas durante el fin de semana.
Horas después de la declaración del Papa, más de 5.000 personas se reunieron en Bruselas para participar de la "Marcha contra Marrakech", convocada por grupos de extrema derecha y otras organizaciones.
La multitudinaria manifestación dejó 100 detenidos tras destrozos y violentos enfrentamientos de los encapuchados con la policía que utilizó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud en pleno corazón de la Unión Europea (UE).
Según el diario El País, la movilización -que había sido prohibida por las autoridades belgas en primera instancia- estaba convocada en Schuman, donde se ubica la sede de la Comisión y el Consejo Europeo, pero los manifestantes se reunieron en la Estación Central de Bruselas y avanzaron hacia los edificios de las instituciones en medio de gritos de consignas a favor del cierre de las fronteras y contra el primer ministro belga Charles Michel.
Polémica interna
La semana pasada la coalición de gobierno belga se fracturó después de que Michel decidió firmar el Pacto Mundial para la Migración, generando la salida del partido nacionalista flamenco N-VA del Ejecutivo. Lo anterior, podría significar que el Parlamento someta al primer ministro a una moción de confianza.
"Nuestro pueblo primero", señalaban algunas de las pancartas cargadas por los asistentes, mientras que a pocos kilómetros en otra zona de Bruselas, algunas personas participaban de una contramanifestación.
Según Reuters, varios políticos europeos y detractores sostienen que el acuerdo es una forma de alentar nuevos flujos migratorios, especialmente cuando la UE está aplicando más restricciones para los refugiados y migrantes con el fin de evitar una nueva crisis como la del 2015, cuando casi medio millón de personas ingresaron de manera ilegal a países del bloque.