El Papa Francisco pidió hoy en su discurso de Pascua por la paz en Tierra Santa, dos días después de que 16 palestinos murieran en la frontera entre Israel y Gaza, diciendo que el conflicto "no respeta a los indefensos".
El Pontífice, que también suplicó por "frutos de consolidación en Venezuela", hizo el pedido en su mensaje "Urbi et Orbi" (a la Ciudad y al Mundo) desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro ante decenas de miles de personas que permanecían en la plaza adornada con flores, donde antes celebró una misa.
El Papa Francisco también pidió que se ponga fin inmediatamente al "exterminio" en Siria, solicitando que se facilite el acceso a la ayuda humanitaria al país. Además abogó por la paz en Sudán del Sur y la República Democrática del Congo.
El líder de la Iglesia Católica pareció referirse directamente a la violencia en Gaza ocurrida el viernes, invocando "frutos de reconciliación para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos".
El ministro de Defensa israelí rechazó pedidos para una investigación por la muerte de palestinos por parte de soldados durante una manifestación que se volvió violenta en la frontera entre Gaza e Israel.
El Papa también abogó para que Venezuela "encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria".
El Pontífice, además, rogó por la "paz para el mundo entero, comenzando por la amada y martirizada Siria, cuya población está extenuada por una guerra que no tiene fin".
"Que la luz de Cristo resucitado ilumine en esta Pascua las conciencias de todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo", aseguró.
El Papa también espera que los "frutos de diálogo" promuevan la armonía y la paz en la Península de Corea, donde Seúl y Pyongyang realizarán el 27 de abril su primera cumbre en más de una década, después que Kim Jong Un, prometió su desnuclearización. Francisco, celebrando su sexta Pascua como líder de la Iglesia Católica, instó a los fieles a trabajar para terminar con los "tantos actos de injusticia" en el mundo.