Rusia propuso este martes cerrar los centros de trabajo durante una semana a principios de noviembre, ya que el número de muertes diarias por Covid-19 alcanzó un récord y continuó el fuerte aumento de los casos.
El Kremlin insistió ante la población en la necesidad de completar los procesos de vacunación.
El grupo de trabajo ruso de Covid-19 informó de 1.015 muertes relacionadas con el coronavirus en las últimas 24 horas, la cifra más alta en un día desde el inicio de la pandemia, así como de 33.740 nuevas infecciones, justo por debajo de un récord diario. Las autoridades culparon del aumento a la lenta campaña de vacunación.
La viceprimera ministra, Tatyana Golikova, propuso que del 30 de octubre al 7 de noviembre se consideren días no laborables para combatir el aumento de las infecciones. Rusia ha tomado medidas similares en ocasiones anteriores durante la pandemia.
En su intervención en una reunión gubernamental sobre el coronavirus, Golikova dijo que los ciudadanos deberían presentar códigos QR en sus teléfonos móviles para demostrar que estaban vacunados o que se habían recuperado del Covid-19, para poder acceder a algunos eventos o lugares públicos.
Las regiones rusas deberían tomar decisiones independientes sobre si los pensionistas no vacunados deben autoaislarse y sobre la oferta de incentivos, como vacaciones adicionales, a los trabajadores vacunados, dijo.
El Kremlin repitió el llamado para que la gente se vacune.
“Existe la tradición de culpar al Estado de todo. Por supuesto, el Estado conoce su parte de la responsabilidad”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, a periodistas, reconociendo que se podría haber hecho más para explicar a la población la importancia de la vacunación.
“Pero es necesaria una posición más responsable por parte de todos los ciudadanos de nuestro país”, añadió. “Ahora cada uno de nosotros debe mostrar responsabilidad (...) y vacunarse”, finalizó.