Techos con filtraciones y goteras, cableado eléctrico y tuberías de vapor con riesgo de incendio, sistemas de cañerías inadecuados, plagas de ratas y presencia de recubrimientos de amianto, un material peligroso para la salud. Ese es el deplorable estado en el que se encuentra el Palacio de Westminster, la sede del Parlamento británico en el centro de Londres, que será sometido a remodelación tras una votación en la Cámara de los Comunes.

Después de un debate de tres horas el miércoles, los diputados de Reino Unido decidieron por 234 votos a favor y 185 en contra reparar el palacio de estilo neogótico victoriano y que data de 1800, con el fin de evitar eventuales "fallas catastróficas".

La líder de la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, señaló durante el debate que ha habido 60 incidentes en los últimos 10 años que podrían haber causado un incendio grave. "La probabilidad de una falla importante crece cuanto más tiempo dejen de tratarse los sistemas", dijo.

Aquella reparación, que se estima comience en 2025 y que duraría seis años, implicará que los parlamentarios, tanto de la Cámara de los Comunes, como de la Cámara de los Lores, abandonen el edificio, que fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Las sesiones parlamentarias deberán tener lugar en otras locaciones. Se trata de la primera vez que cualquiera de las dos Cámaras deberá salir del palacio desde que la Cámara de los Comunes fue destruida por una bomba en 1941. Según el plan, los Comunes se mudarían a Richmond House, mientras que los Lores lo harían al centro de conferencias Queen Elizabeth II.

"El Palacio de Westminster es la sede de nuestra democracia, es un edificio icónico reconocido mundialmente y necesita reparación", expresó Andrea Leadsom, al inicio de la discusión. "Posiblemente este debate debió tener lugar hace 40 años", agregó, haciendo referencia a que detrás de la espectacular fachada se esconde una infraestructura antigua y en mal estado.

En efecto, el tema de la renovación del Parlamento ha protagonizado los debates desde hace años, pero la decisión siempre había sido aplazada debido al alto costo del proyecto. De hecho, el principal obstáculo a esta iniciativa se basaba en si los diputados deberían votar para gastar dinero en una costosa reubicación. Los parlamentarios se habían resistido a darle luz verde a la remodelación, principalmente porque les preocupaban las consecuencias de gastar grandes sumas de dinero en su propio edificio mientras imponían recortes de gastos en otros servicios públicos.

El plan de reparación del Palacio de Westminster bordearía la suma de US$ 5.000 millones (3.500 millones de libras).

El legislador conservador Damian Green sostuvo que no era una "exageración salvaje" describir el edificio parlamentario como un "lugar peligroso". Además, Green advirtió el riesgo que significa para los 8.000 empleados del edificio y el millón de visitantes anuales que registra. "Tenemos suerte de que nadie haya fallecido hasta ahora", dijo.

Mientras los diputados votaban el miércoles a favor de una mudanza temporal, los legisladores rechazaron una enmienda que buscaba una revisión para considerar la opción de que el Parlamento se retirara de Westminster permanentemente.

De todos modos, los Lores tendrán que votar sobre la propuesta antes de que se confirme, pero se espera que aprueben la iniciativa de los Comunes.