El referendo del 25 de mayo de este año ya había indicado que el 66,4% de los irlandeses estaba a favor de la derogación de la octava enmienda de la Constitución, que prohibe la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). El Parlamento irlandés comenzó en octubre a examinar el proyecto de ley, y dos meses después finalmente fue aprobado el aborto. Un hecho histórico para un país de tradición fuertemente católica.
"Momento histórico para la mujer irlandesa", escribió en Twitter el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, el jueves, luego de que el Senado aprobara el texto. El proyecto, que deberá ser firmado ahora por el Presidente Michael D. Higgins para que se convierta en ley y comience a regir en enero de 2019, autoriza la legalidad del aborto sin restricciones durante las 12 primeras semanas de embarazo, acompañado de una consulta médica y un "período de reflexión" de tres días entre la evaluación inicial y el aborto. Después de las 12 semanas, la ley señala que la mujer podrá optar a un aborto hasta los seis meses de gestación cuando exista un riesgo para la vida de la madre o un riesgo de grave daño a la salud de la madre, y en el caso de anomalías del feto que resulten ser fatales, es decir, si se considera probable que el feto muera dentro del mes posterior al nacimiento.
"Hace poco más de 200 días, ustedes, los irlandeses, votaron a favor de derogar la octava (enmienda de la Constitución creada en 1983) para que podamos cuidar a las mujeres con compasión. Hoy (el jueves) hemos aprobado la ley para hacer esto una realidad. Un voto para poner fin a los viajes solitarios, acabar con el estigma y apoyar las elecciones de las mujeres en nuestro propio país", expresó en Twitter el ministro de Salud de Irlanda, Simon Harris.
En total, se presentaron más de 350 enmiendas a lo largo del debate en el Parlamento, pero solo se aprobaron unos pocos cambios propuestos por el gobierno, como la eliminación del requisito que indicaba que el médico que certifica a una mujer para un aborto debe ser el mismo que lo realiza. También la ley deberá ser revisada cada tres años y no cada cinco como se había presentado inicialmente en el texto.
Hasta ahora, las mujeres irlandesas que deseaban abortar debían viajar a Reino Unido para realizar el procedimiento.
Uno de los casos en Irlanda que atrajo la atención mundial fue el de la dentista Savita Halappanavar, de 31 años, quien murió de septicemia en 2012 tras un aborto espontáneo a las 17 semanas. Pese a que los médicos sabían que podría abortar espontáneamente, se negaron a realizar el aborto ya que habían detectado un latido cardíaco del feto. Tres años después, un comité de investigación reveló que Halappanavar no recibió la atención médica adecuada y una serie de decisiones equivocadas la llevaron a la muerte.
Luego del referéndum de mayo, los padres de Halappanavar le dijeron a The Irish Times que estaban "muy, muy contentos" con la votación, y sugirieron que la ley se llamara "ley Savita".
La aprobación de la ley de aborto se da tres años después de que Irlanda aprobara el matrimonio homosexual. Un país que se aleja cada vez más de la etiqueta conservadora.