Después del gran corte del suministro eléctrico que afectó a 22 de los 23 estados de Venezuela, el oficialismo, dirigido por el mandatario venezolano Nicolás Maduro, y la oposición liderada por el presidente encargado Juan Guaidó salieron a las calles para medir fuerzas en marchas simultáneas. Mientras, un tercer apagón se produjo pasadas las 11.30 de la mañana y algunos estados sumaron más de 45 horas a oscuras.
"Debemos unirnos para luego venir todos juntos, para que toda Venezuela venga a Caracas, porque los necesitamos a todos unidos", dijo ayer Guaidó en su discurso sobre un vehículo -ya que no pudo instalar una tarima-, con un megáfono en la mano ante una multitud opositora menor a la de marchas anteriores, que se reunió en la Avenida Victoria, al oeste de Caracas, mientras gritaban "¡Guaidó, amigo, el pueblo está contigo!" y ondeaban banderas venezolanas.
El líder opositor anunció una gira por el país para unir fuerzas, pero aseguró que no dará a conocer la fecha y hora del recorrido hasta solo horas antes de su llegada a las distintas ciudades venezolanas para evitar un bloqueo en las calles. Además, convocó a una marcha nacional, sin fecha definida, para que los ciudadanos se reúnan en la capital del país en rechazo al gobierno de Maduro tras recalcar que "todas las opciones están sobre la mesa".
Horas antes, varios venezolanos denunciaron la presencia de "piquetes de seguridad" de la Policía Bolivariana desplegados en algunos de los tres puntos de inicio de la marcha antichavista -la Plaza Altamira, el Distribuidor Santa Fe y el Centro Venezolano Americano (CVA)- que utilizaron gases lacrimógenos para bloquear el paso de los manifestantes, pero que después de horas permitieron el avance de los opositores, en medio de abrazos y gritos de "¡Sí se puede!" de los manifestantes.
Mientras, a unas calles de distancia, se llevó a cabo la "marcha antiimperialista" convocada por el chavismo que partió desde la sede de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) con la asistencia de seguidores del gobierno, militantes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y empleados públicos con poleras rojas que marcharon en rechazo a las sanciones económicas contra el país y tras acusar intervencionismo de Washington.
"¿Si los gringos se atreven a intervenir militarmente en Venezuela, las bombas caerían solo sobre los chavistas? ¡La guerra eléctrica solo tiene un objetivo: dañar al país!", dijo Maduro este sábado durante su discurso en el cierre de la movilización en el Palacio presidencial de Miraflores.
Además, el mandatario anunció que distribuirá de manera masiva los CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción) "para garantizar la asistencia en los hospitales del país y todos los servicios de salud".
Las marchas ocurren a menos de una semana desde que Guaidó volvió al país tras una gira por Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador, y en medio de la incertidumbre de los venezolanos ante cuáles serán los próximos pasos.
"Durante los primeros días Guaidó consolidaba su liderazgo, sumaba apoyos, hacia nombramientos y ejecutaba acciones como presidente encargado, pero con el paso de los días la frustración y desesperación de los venezolanos puede hacer que el respaldo hacia él cambie. Guaidó debe tomar decisiones que tengan mayor impacto para mantener la confianza y la emoción de la gente", señala a La Tercera, el economista y analista político, Miguel Velarde.
Corte de luz agudiza la crisis
El corte de electricidad que golpea desde el jueves a gran parte de Venezuela, especialmente a ciudades como Mérida que alcanzó más de 48 horas sin suministro, se transformó en el más largo de la historia del país.
Antes del mediodía del sábado, mientras se restablecía de forma intermitente y paulatina la luz en algunos sectores se registró un tercer apagón a nivel nacional, por lo que gran parte sigue sin agua, sin internet, con el metro cerrado y comercio paralizado.
"Estaban realizando ataques electromagnéticos contra las líneas de electricidad nacional", dijo Maduro en su discurso tras acusar a EE.UU. del corte y aseguró que ayer lograron "casi un 70% del restablecimiento" de la luz en el país, pero que "otro ataque cibernético" "tumbó los avances".
"La crisis de la gasolina, del agua y de los hospitales tiene nombre y apellido: Nicolás Maduro", dijo ayer Guaidó en la marcha antichavista.
"El impacto del apagón recién lo veremos cuando se restablezca el servicio, pero una de las consecuencias del corte de luz será medida en vidas", sostiene el analista político, Miguel Velarde.
Según el médico y diputado opositor, José Manuel Olivares, hasta este sábado había 17 fallecidos por falta de luz en hospitales.