Corría el año 2002 y Jean-Marie Le Pen, por aquellos días presidente del Frente Nacional para la Unidad Francesa -y padre de la actual líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen-, se presentó en las elecciones presidenciales. No venció, pero demostró una tónica que por mucho tiempo se repitió: la mayoría de sus votantes eran hombres, puntualmente, el 26% versus el 11% de mujeres.
Sin embargo, esa dinámica se quebró durante las pasadas elecciones europeas del 9 de junio. Allí, Agrupación Nacional (AN), el partido presidido por Jordan Bardella y liderado por Marine Le Pen, dio un vuelco al tablero al eliminar el “gender gap”, la brecha de género, cuando de apoyo femenino se trata.
Una encuesta por Ipsos reveló que el partido de extrema derecha francés aumentó en 10 puntos porcentuales el nivel de respaldo femenino al compararlo con las elecciones europeas de 2019, confirmando una tendencia que se observa desde 2012. De este modo, las mujeres que entregaron su voto a AN pasó del 19% al 30% entre ambos comicios, mientras que los hombres crecieron del 28% al 32%.
La información fue confirmada por otro sondeo realizado por Ifop, el que detalló que 32% de las mujeres respaldaron a Agrupación Nacional, ligeramente por delante de los hombres, que llegaron al 31%. Según la empresa, en un estudio para la revista Le Point y la Fundación Jean-Jaurès publicado el viernes, se estima que el crecimiento del voto femenino hacia el partido de Le Pen fue de un +13% desde 2019, consignó Radio Francia Internacional (RFI).
“La mayor parte del crecimiento de RN (Rassemblement National, o Agrupación Nacional en español) a nivel nacional se debe a un salto espectacular del electorado femenino. Este electorado está cada vez más preocupado por la seguridad, dado el riesgo de agresión física o sexual”, dijo al citado medio Jérôme Fourquet, politólogo de Ifop.
Una tercera encuesta volvió a reafirmar la tendencia. Un estudio realizado por OpinionWay para el diario Les Echos reveló que, si para 2019 fue un 25% de hombres los que respaldaron a AN y un 21% las mujeres que también lo hicieron, este año el salto en el género femenino fue de 12 puntos tras llegar a un 33%, tres más que los hombres.
El buen resultado electoral a nivel europeo, en que lograron un sorprendente 31% de los votos franceses, lejos del 29% logrado en 2019, no solo se tradujo en la celebración de las filas derechistas de Francia, sino que desató un terremoto político de proporciones inusitadas al interior del país. Esto luego de que Emmanuel Macron, presidente de Francia, llamara a comicios adelantados que se celebrarán en dos rondas, el 30 de junio y el 7 de julio. Y los sondeos muestran un escenario favorable para AN.
Dos estudios publicados este domingo en RFI muestran que, de momento, la extrema derecha y sus aliados -como Éric Ciotti, presidente del partido conservador Los Republicanos- lograrían entre el 35,5% y el 36% de los votos. Esto los posiciona por delante del Nuevo Frente Popular, la respuesta izquierdista de Francia.
Dicho bloque, compuesto por socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa (LFI, la extrema izquierda del país) y liderado por Jean-Luc Mélenchon, lograría entre 27% y 29,5% de los votos, según las dos encuestas. Mucho más atrás aparece la alianza centrista del actual mandatario, Emmanuel Macron, que lograría del 19,5% al 20% de los votos.
Ahora la gran interrogante es si se repetirá el nivel de apoyo femenino hacia AN, pero esta vez a nivel local. Especialmente considerando que la tendencia, tanto histórica como en el presente de la región, es el contrario. En Alemania, por ejemplo, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo un 19% de votos masculinos y el 12% del femenino, según un sondeo a boca de urna realizado el 9 de junio citado por el medio especializado Politico. En tanto, Italia y los Hermanos de Italia -de la primera ministra, Giorgia Meloni- obtuvieron el 30,5% de los votos de hombres, frente al 27% de mujeres, según el Instituto Demopolis.
Un trabajo de años
“Lo que realmente impulsó el despegue electoral de Marine Le Pen fue su éxito a la hora de atraer al electorado femenino”, dijo Nonna Mayer, politóloga especializada en la extrema derecha francesa, al medio Politico. Pero no siempre fue así.
Para entender el logro del movimiento ultra de los Le Pen, es necesario volver unos años atrás. Originalmente fundado como el Frente Nacional, el partido iniciado por Jean-Marie Le Pen se trataba de uno ultranacionalista, antisemita y de extrema derecha, pese a que ellos se autocalifican como de derecha moderada.
Lo cierto es que contó con fascistas desde su creación, como Victor Barthélemy, secretario nacional del partido que fue miembro de la dirección del Partido Popular Francés (PPF), organización pronazi. André Dufraisse, antiguo miembro del PPF y de las Waffen-SS (cuerpo de combate que participó en la Segunda Guerra Mundial cuyo principal dirigente fue Heinrich Himmler), también fue parte de sus filas.
De aquel pasado, Marine Le Pen debió hacer una raya en la arena para alejar del partido tanto las acusaciones de antifeminista como de antisemita. Según Mayer, Jean-Marie Le Pen, fue “rechazado” por las mujeres, puesto que se sentían alejadas de sus ideas debido a su actitud “sexista” y “grosera”, señaló la experta. Pero luego llegaría su hija, Marine.
“Una vez que Marine Le Pen se convirtió en la candidata, las mujeres empezaron a votar (a la Agrupación Nacional) en las mismas proporciones que los hombres”, añadió.
En opinión de Mariette Sineau, socióloga y directora honoraria de investigación en el CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica) y del Instituto de Estudios Políticos de París Sciences Po, “Marine Le Pen hizo un uso estratégico de su género hablando directamente a las mujeres, diciendo ‘yo también soy mujer, estoy luchando, tengo hijos que criar, estoy divorciada’”, dijo a RFI.
Además de una renovación en la forma en que las mujeres ven a AN y un intento por presentarse como defensores de los derechos de la mujer, sumaron a la estrategia sus lineamientos base, como lo son la seguridad y una dura retórica antiinmigrante, especialmente de países africanos e islamistas.
Por ejemplo, Jordan Bardella, de 28 años, líder de la Agrupación Nacional, respondió indignado durante la semana pasada a las acusaciones de que la llegada al poder de su partido podría generar una degradación en los derechos de la mujer. Tema especialmente sensible luego de que, meses atrás, se aprobara el aborto en una histórica sesión parlamentaria.
Según Bardella, de ganar en las parlamentarias, será un “primer ministro que garantiza los derechos y libertades de todas las mujeres y niñas de Francia”. En un video, el líder derechista dijo que apoyaban tanto los avances en los derechos de la mujer, incluyendo la asistencia médica y la protección de las mujeres que sufren malos tratos domésticos, como los relativos a la seguridad.
Prometió que deportaría a los “delincuentes y criminales extranjeros”, e impulsará penas más severas en casos de violencia contra la mujer, consignó RFI. “Ninguna mujer debería tener miedo de salir a las calles de nuestro país, sea cual sea la hora del día o de la noche”, añadió.
Cuando el joven político dio su primer discurso como presidente del partido, prometió un liderazgo “renovado y feminizado”, recordó Politico. Aprovechando esa línea de argumentación, también ha reforzado su ideario antiislamista. “Nuestros valores europeos siempre serán muy superiores a los que esclavizan a las mujeres y las aprisionan tras los pañuelos”, afirmó ante una sesión del Parlamento Europeo el año pasado.
Donde no ha gustado nada este intento de conversión es en los círculos feministas. De hecho, tuvo respuesta este domingo, cuando se organizó una manifestación para “dar la voz de alarma sobre los peligros que corren las mujeres si la extrema derecha llega al poder en Francia”, relató desde la plaza de la República de París la periodista Vedika Behl, de France 24. “He hablado con algunas mujeres, y todas me han dicho que el principal peligro que parece asustar a la gente son los derechos reproductivos”, añadió la reportera.
“Para las mujeres, votar a la Agrupación Nacional es como apuntarse con una pistola”, escribió en una columna para Le Monde Camille Froidevaux-Metterie, filósofa, investigadora y profesora de Ciencias Políticas francesa. Según la académica, Marine Le Pen utiliza “el pretexto de defender a las mujeres para señalar la principal amenaza” para ellas: “el Islam”.
Céline Piques, de la organización Osez le féminisme!, complementó aquella idea: “¡Las mujeres votan (casi) tanto como los hombres a AN, a pesar de que las mujeres serán el blanco!”, dijo a RFI.