El partido independentista catalán ERC anunció este jueves su apoyo, indispensable, para que el socialista Pedro Sánchez pueda ser reconducido al poder en España, luego de anunciarse una mesa de negociaciones para buscar resolver el "conflicto político" en Cataluña.
El Consejo Nacional de ERC decidió "validar esta mesa de negociación con el Estado y por lo tanto abstenernos en la investidura del candidato Pedro Sánchez", dijo Pere Aragonès, actual vicepresidente catalán y dirigente de ERC en Barcelona, afirmando que los 13 diputados del partido se abstendrán en una votación en el Parlamento para que el líder socialista pueda ser investido como presidente del gobierno.
Dicha mesa, que se compondrá con los miembros que cada delegación decida, se pondrá en marcha en el plazo de 15 días desde la formación del Ejecutivo español y "actuará sin más límites que el respeto a los instrumentos y a los principios que rigen el ordenamiento jurídico democrático", si bien el documento no hace mención expresa alguna a la Constitución española.
El objetivo es que las medidas que se propongan para materializar los acuerdos a los que llegue esa mesa se sometan en su caso a la validación de la ciudadanía de Cataluña a través de una consulta "de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídico-político".
El texto deja claro que se trata de una mesa creada ad hoc para tratar de "encauzar el conflicto político sobre el futuro de Cataluña" pero que "se coordinará" con otros espacios de diálogo institucional ya existentes, "que deberán potenciarse" como la Comisión Bilateral Generalitat-Estado prevista en el Estatut y la mesa de partidos del Parlament catalán.
La aceptación de una nueva mesa de igual a igual entre el Gobierno español y el Govern catalán supone una cesión del PSOE ante ERC, ya que la posición inicial de los socialistas era la de canalizar el diálogo institucional a través de la existente Comisión Bilateral -que tiene también el Gobierno central con otros ejecutivos autonómicos- y crear, en su caso, una nueva mesa de partidos.
Sin embargo, el texto pactado habla de que el marco político de relación entre el Gobierno de España y el Govern catalán se rige por los "principios de lealtad institucional y bilateralidad".
Así, PSOE y ERC reconocen que "existe un conflicto de naturaleza política en relación con el futuro político de Cataluña" que "sólo puede resolverse a través de cauces democráticos, mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo, superando la judicialización del mismo".
En la mesa de negociación de nueva creación, ambas partes se comprometen a mantener un "diálogo abierto sobre todas las propuestas presentadas", sin presentar límite alguno. Esto es, se acepta que el Govern catalán pueda poner sobre la mesa una iniciativa relacionada con el ejercicio del derecho a la autodeterminación.
"Todas las partes aportarán con libertad de contenidos sus propuestas detalladas sobre el futuro de Cataluña. Y se valorarán, debatirán y argumentarán las posiciones al respecto de cada propuesta", reza el documento, distribuido por el PSOE y ERC.
El documento incorpora la previsión de establecer plazos concretos para sus reuniones y para presentar sus conclusiones, así como el establecimiento de mecanismos para garantizar el inicio y mantenimiento de la actividad de la mesa y el cumplimiento de los acuerdos.
Señala por otra parte que la mesa de negociación deberá buscar acuerdos que cuenten con un amplio apoyo de la sociedad catalana. "En este sentido, ambas partes se comprometen a impulsar la efectividad de los acuerdos que se adopten a través de los procedimientos oportunos", precisa el texto.
Y concreta más. "Las medidas en que se materialicen los acuerdos serán sometidas en su caso a validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Cataluña, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídico-político".