Fueron cuatro años con altos niveles de pobreza, inflación y desempleo en Argentina. El gobierno de Mauricio Macri ha sido duramente criticado precisamente por su débil desempeño económico. Y la exministra de Seguridad, y una de las más cercanas al expresidente, Patricia Bullrich, lo confirma: "Cuando tuvimos la situación de la primera crisis fuerte en abril de 2018, perdimos la oportunidad de los dos primeros años que veníamos en un crecimiento bajo pero sostenido". De todas formas, defiende su gestión en seguridad y el uso de pistolas Taser, y cuestiona la derogación de estos protocolos por parte de su sucesora.
En esta entrevista con La Tercera, durante su visita al país para participar del primer foro liberal internacional organizado por el think tank Horizontal, la exministra analiza también el estallido social en Chile y asegura que el país "no terminó en una anarquía porque hubo fuerza de seguridad que tuvo que usar las armas que tenía".
A su juicio, ¿cuál fue el mayor logro y el principal error del gobierno de Mauricio Macri?
Yo creo que el mayor logro fue haber instalado el hecho de que la Argentina puede tener un modelo de desarrollo en libertad, con independencia de los poderes, de no tener un modelo populista. Y luego el mayor problema fue la economía. Argentina es un país que tiene muchas trabas corporativas, de sectores que defienden sus propios intereses, y no pudimos lograr, quizás debimos haber invertido las cosas, haber hecho las cosas en el primer tiempo y lo hicimos al revés. Los dos primeros años fueron muy leves y entonces cuando tuvimos la situación de la primera crisis fuerte en abril de 2018, con una mega devaluación, ahí ya fue todo defensivo y perdimos la oportunidad de los dos primeros años que veníamos en un crecimiento bajo, pero sostenido.
A un poco más de un mes de haber asumido Alberto Fernández, ¿cómo califica su gestión?
Creemos que la ideología que tiene el kirchnerismo, peronismo, como le queramos decir, es una concepción populista en la que busca el control de todo el poder público, por eso, votó una ley de emergencia para anular el Congreso. Tiene una mirada en la que todos los sectores productivos son los que tienen que sostener a un país totalmente subsidiado y eso es corto plazo. Eso ya la Argentina lo ha hecho muchas veces y eso no sale a un país desarrollado. En otros temas, vemos un avance muy fuerte sobre el intento de generar impunidad. Hemos tenido ya el intento, en el caso de la muerte del fiscal Nisman, dirigir la pericia, ataque directo a los jueces que abrieron causas contra Cristina Fernández y otros funcionarios, la aparición ahora de una especie de tribunal internacional para juzgar todos los casos en los que hubo juzgamientos a expresidentes o exfuncionarios en un claro avasallamiento a la división de poderes.
En materia de seguridad, ¿cómo evalúa su trabajo en la cartera?
El Ministerio de Seguridad fue una gestión muy ponderada por la sociedad, por las fuerzas de seguridad, por las distintas provincias. Por un lado, la lucha contra el narcotráfico fue muy importante. Bajamos la tasa de homicidios, los secuestros, trabajamos contra el terrorismo, declaramos Hizbulá como una organización terrorista que fue la que atacó la sede de la AMIA (1994) y la embajada de Israel (1992).
La actual ministra de Seguridad, Sabina Frederic, ha sido muy crítica con su gestión y señaló que derogará los protocolos de seguridad, como el uso de las pistolas Taser. ¿Cómo lo observa?
Hay algo que no entiendo. Si nosotros bajamos todos los índices, alguna relación tiene los instrumentos que usamos con los resultados. El tema de las pistolas Taser es una discusión hasta infantil, porque todos los policías y las fuerzas en la Argentina usan pistolas letales. Si además de eso tienen un arma no letal para intentar bajar el riesgo de muerte al usar el arma, no se entiende cómo eso es tomado como peor que el uso de un arma letal.
Tras el regreso del peronismo ¿Cuál es el desafío del macrismo? ¿Debe Macri liderar la oposición?
El desafío es representar muy fielmente al 41% que nos votó, buscar incrementar ese porcentaje. Segundo, yo se lo he dicho a Mauricio, uno no cree que alguien es líder, el liderazgo se ejerce. Yo creo que él tiene ganas y veremos cómo ejerce ese rol.
Desde Argentina han estado muy atentos a lo que ha pasado en Chile. ¿Cómo ha visto el estallido social?
Con muchísima preocupación. Ya había habido varias veces en que habían surgido los temas, como en educación, pero me parece que el nivel de violencia que hubo fue algo que fue más allá de la posibilidad de una reivindicación. La población puede seguir necesitando estos cambios que vendrán con la reforma de la Constitución. Si bien Chile creció un montón, siempre hubo como un sentido de castas. Siempre que vine a Chile tuve esa sensación como de clases sociales muy encerradas en sí mismas, una movilidad social restringida, para decirlo de alguna manera. Ese es un tema que tiene que ser tratado.
¿Fue algo que sorprendió en Argentina?
Totalmente. El día que Chile explotó con la violencia que explotó no lo podíamos creer. No lo imaginábamos, que durara tanto, que fuera tan fuerte.
La actuación de Carabineros y el uso de la fuerza ha sido criticado, incluso por organismos de DD.HH. ¿Qué le parece esta crítica?
Me ha parecido bastante injusta, porque hay que estar en el medio de una situación donde uno no sabe de dónde están tirando piedras, si van a incendiar o no. Creo que los chilenos tienen que reconocer la tarea de los Carabineros. Es posible que haya habido momentos muy duros, pero también fue muy dura la violencia con que los atacaron. Esos informes de alguna manera no sé qué análisis hacen de la violencia que recibieron los Carabineros. Yo creo que hicieron una tarea enorme. Sinceramente, yo no hubiera permitido que organismos que ya venían con una idea formada hicieran los informes.
Pero hubo cientos de personas que resultaron con daño ocular...
A ver, Chile estuvo a punto de entrar en una anarquía de la que no salía. Es horrible que haya cientos de personas que hayan perdido los ojos. Ahora Chile logró recuperar y mantenerse en la democracia. Estuvo al borde de una situación anárquica completa. Tienen que tomar dimensión de que este país no terminó en una anarquía porque hubo fuerza de seguridad que tuvo que usar las armas que tenía. Pudieron haber terminado en algo que hubiera retrocedido a Chile 50 años.