La apretada agenda en Chile de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, la obligó a repetir en numerosas ocasiones una frase similar: que no tuvo la intención de generar pánico con sus dichos sobre Hezbolá. Durante una entrevista con el canal televiso argentino Todo Noticias (TN), la jefa de cartera del gobierno de Javier Milei aseguró que esta organización musulmana chiita libanesa -que ha atacado a Israel en la frontera norte del país en la guerra en Medio Oriente-, también tendría presencia en la triple frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina, pero que “en el último tiempo” se le ha visto en Iquique.
Este jueves, en el marco de su participación en el panel de Enade “Recuperar un país seguro”, la ministra Bullrich conversó con La Tercera sobre la polémica que envolvió a los dos países en los últimos días y que culminó con una nota de protesta por los dichos de la ministra.
La política, que ya había ocupado el cargo durante la gestión del expresidente Mauricio Macri, también se refirió al estado de la región en cuanto a la seguridad, y los planes que tiene sobre la militarización de la lucha contra el narcotráfico para su país.
Sin embargo, ahora no solo tiene un cargo nacional. Semanas atrás fue electa presidenta de la RANDOT V (Reunión de Autoridades Nacionales en materia de Delincuencia Organizada Transnacional), mecanismo de la OEA contra el crimen organizado. Su plan, dijo a este periódico, es impulsar mecanismos regionales para compartir listas de delincuentes de cada país o de documentos fraudulentos.
En conversación con CNN, la ministra también señaló que el gobierno trasandino está gestionando la entrega a Chile del exfrentista Galvarino Apablaza, solicitado por la justicia debido a su rol en el asesinato del senador Jaime Guzmán, en 1991, y que en 2010 obtuvo la calidad de refugiado al otro lado de la cordillera.
Como bien pudo escuchar en el discurso del Presidente Boric, la seguridad forma parte central de la discusión política en Chile. Quizá por eso sus dichos sobre Hezbolá generaron tanto revuelo en nuestro país. ¿Da por zanjada la disputa? ¿En qué estado quedan las relaciones bilaterales, cree usted?
Es que no fue una disputa. A ver. Quizás hubo una mala interpretación. Yo estaba haciendo un análisis objetivo de algo que nosotros, los argentinos, hemos estudiado mucho por los atentados que tuvimos y que fueron perpetrados por Hezbolá. Nombré muchos países. Lamento que haya parecido como que yo estuviera diciendo que podía haber un atentado de Hezbolá en Chile. Nada más lejos que eso. Le entregaré a la ministra de Interior (Carolina Tohá) el trabajo que nosotros hemos hecho, la dedicación que le hemos puesto a la investigación sobre Hezbolá por haber sufrido dos atentados, y el gobierno chileno será el que evaluará si esa información le sirve o no le sirve, o si tiene la misma mirada que nosotros.
¿Se tratará algún otro tema en esa reunión con la ministra Tohá, además de lo referente a la organización islamista libanesa?
Sí, la idea es tratar temáticas como los pasos fronterizos, el intercambio de información relativa a seguridad entre ambos países, fomentar un trabajo común. Nosotros tenemos acá, hace ya mucho tiempo, presencia de un agregado de Gendarmería (fuerza militar con funciones de seguridad interior en Argentina), que está con la PDI y con Carabineros de Chile. Estos organismos trabajan siempre en conjunto intercambiando información, así que bueno, la idea es seguir en esa línea y avanzar también a nivel ministerial.
Como la nueva presidenta del RANDOT, ¿qué análisis hace del presente regional en cuanto a la seguridad?
Es muy importante, primero, entender el fenómeno de la inseguridad. Nosotros lo venimos trabajando desde hace un tiempo. Yo ya he sido ministra de Seguridad durante el gobierno del (ex) presidente Mauricio Macri, y eso me ha llevado a poder realizar un análisis a fondo de cómo es el funcionamiento de las cadenas criminales, y por eso hemos presentado ya en el Parlamento una serie de leyes para combatir a las organizaciones criminales, no desde la perspectiva tradicional, sino desde una perspectiva nueva, que tome a la organización como un todo y que no vaya tomando a cada una de las personas. De esa manera, la máxima pena que tiene un integrante de la organización, el integrante que tiene la pena más alta, el resto de los miembros de dicha banda también tienen la máxima pena.
¿Algo similar a la ley RICO (Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por la Mafia, en español) de Estados Unidos?
Claro, como la ley RICO. Es también similar al código antimafia de Italia. Esto nos va a ayudar mucho, ya que nos permitirá cambiar otro aspecto fundamental relacionado con nuestro lema, que es “Cuidar a los que nos cuidan”. En esa misma línea, ya hemos enviado un cambio respecto a la legítima defensa y en el cumplimiento del deber para que los policías de todo nuestro país, donde tenemos 24 policías y cinco fuerzas federales, sientan que están protegidas, que cuando actúan no terminan siendo los victimarios y que los delincuentes terminen siendo las víctimas. Estamos en el proceso de enviar este proyecto, que será clave.
¿Hay un plan o mecanismo definido que se pueda ir mejorando la colaboración entre Chile y Argentina, o se da dependiendo de las coyunturas que involucre a ambos países?
La idea es que también desde el RANDOT podamos tener varios sistemas. Entre ellos, el intercambio de fraudes de documentos, de pasaportes, etc. También el intercambio de listas de delincuentes que puedan cruzar de un país a otro.
¿El estilo europeo?
Sí, exactamente, como hace Europa con el conjunto de sus delincuentes. Nosotros trabajamos con información de Estados Unidos, de Colombia, trabajamos con información de todos los países vecinos nuestros, y, por cierto, trabajamos con información entregada por Chile a través de la fuerza de seguridad, pero queremos elevarlo también a nivel ministerial.
En esa búsqueda por entregar mayor seguridad, el uso de las Fuerzas Armadas va y viene en la región. Usted señaló que las usaría de forma acotada, en zonas bajo ley de seguridad interior, pero ¿qué implica eso?
El sistema que estamos pensando en Argentina es que las Fuerzas Armadas podrán actuar cuando se considere que los actos de delincuencia no son actos de organizaciones criminales normales, sino que son actos de organizaciones narcoterroristas o, de lleno, terroristas. Es decir, que están sembrando la incertidumbre y el pánico en la sociedad. En ese caso, podrían intervenir las fuerzas armadas.
¿Sería en conjunto con la policía, o tomarían el control completo?
En conjunto con la policía.