A menos de un mes del plazo límite para formar gobierno en España, y así evitar nuevas elecciones, la estrategia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) permanece sin cambios desde la fallida investidura de Pedro Sánchez, el 25 de julio. Durante esta semana, los socialistas finalizarían las reuniones con organizaciones sociales lo que daría paso a la elaboración de una "propuesta programática" para formar una "alternativa progresista" que el izquierdista Unidas Podemos (UP) no podría rechazar. Sin embargo, la estrategia de presión del líder socialista podría fracasar y desencadenar comicios para el 10 de noviembre.
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El líder socialista Pedro Sánchez tras la fallida investidura el pasado 25 de julio.[/caption]
"Si nos fiamos de las posiciones que hasta ahora han mantenido los distintos partidos involucrados, todo apunta a una repetición electoral. El único factor que podría forzar que el PSOE y UP se pusieran de acuerdo es el miedo a unos previsibles malos resultados electorales. En el caso de UP es evidente el riesgo porque muchos de sus votantes progresistas pueden sentirse decepcionados tras el malogrado intento de formar un gobierno de izquierda y, en consecuencia, votar al PSOE o abstenerse", dice a La Tercera Carlos Fernández Esquer, politólogo de la Universidad Autónoma de Madrid.
Es que tras el voto de abstención de UP que provocó la fallida investidura de Sánchez en julio, algunos socialistas han señalado que la "desconfianza política" generada hace imposible un gobierno de coalición. En esa línea, la semana pasada, el partido de Pablo Iglesias envió a La Moncloa un documento de 119 páginas en el que presentaron propuestas para un programa de gobierno que incluía cuatro opciones de repartición de ministerios, con el objetivo de reiniciar las negociaciones.
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Pablo Iglesias, secretario general de Unidas Podemos (UP)[/caption]
El PSOE señaló que "hacen todo lo posible" para evitar comicios adelantados, que representarían las cuartas elecciones generales en cuatro años y la tercera vez en el año que los españoles van a las urnas. Recién durante los primeros días de septiembre, Sánchez, que llegó al gobierno en junio del año pasado tras la moción de censura contra Mariano Rajoy, comenzaría los acercamientos con Podemos, según el partido oficialista.
Para Fernández Esquer, "la estrategia de Sánchez es dilatar los tiempos, forzar enfrentamientos internos en Podemos y tratar de erosionar lo máximo a Iglesias. Así, antes o después, UP puede ceder, facilitar la investidura y no entrar en el gobierno, ya que los únicos motivos para evitar una repetición electoral es que Podemos acabe cediendo o el PSOE empiece a manejar encuestas que dibujen que en unas hipotéticas elecciones alcanzará un resultado que le haga muy difícil gobernar. Por ello, el PP sería uno de los principales beneficiados".
Pero para José Rama, analista político español, "todo apunta a que llegarán a un acuerdo, aunque cueste. Sánchez creyó que tras los resultados electorales (de abril) ya estaba todo hecho, pero se ha confundido gravemente. En tanto, Iglesias consiguió que, de un gobierno de cooperación, se llegara a mencionar una posible coalición".
Mientras los partidos de izquierda no han logrado un acuerdo de cara al 23 de septiembre, día de la disolución de gobierno, el centro y la derecha española observan atentos la falta de consenso. El Partido Popular (PP), Ciudadanos y el ultraderechista Vox votaron en contra de la investidura de Sánchez y han rechazado abstenerse para permitir un gobierno socialista.
Ante la incertidumbre política, el lunes el PP aseguró que no han descartado incluir a Vox u otro partido a la plataforma España Suma si cumplen con los lineamientos y así evitar "dispersar" el voto de centroderecha de cara a las posibles elecciones en noviembre. Sin embargo, Vox y Ciudadanos rechazaron la "invitación". El primero acusó una "operación de marketing" del PP y el segundo aseguró que tienen un "proyecto propio".
Lo cierto es que Pedro Sánchez deberá enfrentar en septiembre otro "foco de inestabilidad" que se ha mantenido quieto hasta ahora: Cataluña. Entre el 20 de septiembre y el 15 de octubre, el Tribunal Supremo dictaría la sentencia de los 12 políticos independentistas catalanes.