“No podía continuar como si no hubiera ocurrido nada, tomé la decisión con mi conciencia”. Así justificó el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, el adelanto electoral tras el desastre del 28-M. Junto con ello, confirmó este miércoles que hará del partido de extrema derecha Vox uno de los centros de su campaña hacia las elecciones legislativas del 23 de julio para desacreditar así al Partido Popular (PP), al que acusó de inspirarse en Donald Trump.
Sánchez reunió este miércoles a sus grupos parlamentarios, tras la debacle del domingo en las elecciones municipales y autonómicas, para pedirles un apoyo cerrado a su persona y así conseguir ganar los próximos comicios, apuntó el diario El Mundo. El líder del PSOE aseguró haber tomado la decisión de adelantar los comicios pensando en la “injusticia” que sufrieron los presidentes y alcaldes socialistas y, sobre todo, para que los ciudadanos decidan si quieren “un presidente al lado de Biden o uno al lado de Trump y Bolsonaro”.
“La derecha extrema y la extrema derecha están envalentonadas”, señaló Sánchez, al afirmar que el Partido Popular y Vox son formaciones “ya del todo semejantes en la forma y en el fondo”, en una intervención ante diputados y senadores socialistas en el Parlamento. “Ha quedado claro que no hay distinción alguna entre el Partido Popular y Vox”, agregó.
“Pero en España podemos parar esta corriente reaccionaria, por nuestros hijos e hijas”, aseguró. “¡El PSOE debe parar esta corriente reaccionaria!”, clamó Sánchez entre grandes aplausos de los diputados y senadores socialistas. “Lo que nos jugamos el próximo #23J: la Mejor España o la peor derecha”, reiteró en su cuenta de Twitter.
Según El Mundo, la intervención de Sánchez “lejos de profundizar en la autocrítica tras el rotundo varapalo sufrido en las urnas, fue un ataque frontal al PP”, a quien tachó reiteradamente de “derecha extrema”. Al respecto, el diario ABC comentó que el líder socialista “emuló” a Pablo Iglesias, el exlíder de Podemos, el partido de extrema izquierda que es socio del PSOE en el gobierno, al usar el término de “derecha extrema” para referirse a la colectividad comandada por Alberto Núñez Feijóo.
El periódico conservador ahondó en el análisis, al señalar en su editorial que “Sánchez ya es Podemos”. “El presidente del gobierno se ha entregado a un populismo exacerbado con el que se mimetiza con el propio Pablo Iglesias. Sus palabras tienen ya tics bolivarianos y trumpistas”, apuntó.
“Acusar, como hizo Pedro Sánchez, a poderes ocultos, cargar contra los medios de comunicación, o señalar a empresarios han sido recursos tradicionalmente empleados por los líderes populistas y resultan impropios en una democracia consolidada como la española”, prosiguió.
Ello, luego que Sánchez también cargara contra la prensa. El líder socialista denunció este miércoles el dominio de la derecha de los medios de comunicación y auguró que será acusado de “pucherazo” (fraude electoral) como ocurrió en Estados Unidos cuando Donald Trump perdió las elecciones: “No es nuevo, sus maestros norteamericanos lanzaron a una turba enloquecida contra el Capitolio para denunciar un falso pucherazo”.
“La tormenta va a ser tremenda”, exclamó antes de argumentar que ya han tenido un “aperitivo” de “insultos y suciedad” en la campaña de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Y cree que la derecha seguirá la misma línea y tratará de “crispar hasta límites insospechados” para que no se escuchen los argumentos de los socialistas con el empeño de que bajen los brazos y desmovilicen al electorado. Así auguró en un discurso duro contra las derechas, que “desde la posición de dominio que tienen en las grandes empresas, en los grandes medios de comunicación” se va a desatar una campaña “aún más feroz de insultos y descalificaciones”.
Respecto al “falso pucherazo” y su comparación del PP y Vox con el trumpismo, Sánchez trajo a colación una reunión que el martes mantuvo con la exsecretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, con quien comentó que los trumpistas se habían inventado una “fabulación”, el “pizza gate”, que sostenía de que ella estaba al frente de una red de tráfico de personas que tenía su sede en una pizzería en Washington. “No es broma, esto es muy serio”, exclamó.
Citando el eslogan favorito del dirigente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien llamó a los electores a “derogar el ‘sanchismo’”, el líder socialista estimó que esta expresión significa realmente “destruir” y “desmantelar” los avances sociales de su gobierno.
Entre las reformas de la izquierda que, según él, estarían en peligro en caso de victoria de la derecha citó el alza del salario mínimo, la reforma laboral realizada para luchar contra la precariedad, los impuestos excepcionales sobre grandes bancos y compañías energéticas o la ley sobre el cambio climático, que debe acelerar las inversiones en energías renovables, citó la agencia AFP.
Tras la debacle del domingo en favor de la derecha, que un responsable socialista calificó de “tsunami”, la posibilidad de que el PP no obtenga la mayoría absoluta el 23 de julio y se vea obligado a pactar con Vox es una de las esperanzas que le quedan a Sánchez.
Consciente de ello, Feijóo volvió a evitar pronunciarse este miércoles sobre un posible acuerdo con la formación de extrema derecha. El líder del PP, favorito según los sondeos para hacerse con la presidencia del gobierno el 23 de julio, aseguró durante un discurso en Barcelona que su objetivo es que en España haya “un gobierno que tenga una mayoría suficiente”, con lo que dejó la puerta abierta a un posible Ejecutivo en minoría.