En un caluroso 8 de enero, tal como él mismo cuenta, el periodista del diario argentino La Nación, Diego Cabot, recibió de parte de una fuente una caja con cuadernos que detallan una de las tramas de corrupción de más alto impacto en la historia reciente del país. Tras meses de investigación, el miércoles se reveló el contenido de ocho cuadernos que dan cuenta de una enorme red de corrupción que involucra a varios exfuncionarios kirchneristas, además de empresarios y que podría alcanzar hasta la propia Cristina Fernández. Los textos fueron escritos por Óscar Centeno, el taxista de Roberto Baratta, quien ejerció como el número dos del exministro de Planificación Julio de Vido. "A nadie del poder le convenía que saliera este caso en la política", señaló Cabot a La Tercera.
Existen dudas del autor o de la verosimilitud del contenido de los cuadernos. ¿Qué puede decir al respecto?
Obviamente que cuando los recibimos sí. Pero estuvimos mucho tiempo trabajando, investigando, procesando y no nos quedó ninguna duda. Sin embargo, sabíamos que él (Óscar Centeno) no lo iba a reconocer, entonces había una limitación muy fuerte. Ahí tomamos la decisión de que esto ya nos superaba y que lo que teníamos era básicamente una bitácora de la corrupción argentina.
¿Qué se pretendía y cuál era el objetivo de los cuadernos?
Esas preguntas nos las hicimos durante mucho tiempo: tratar de entender el porqué. Pero en algún punto la abandonamos, porque en realidad nos importaba más saber si era verdad. Priorizamos entender si se escondía algo para dar luz a lugares históricamente oscuros en Argentina. De cualquier manera él escribía aún antes de empezar a participar en estos recorridos donde juntaban dinero.
¿Cuál fue el modus operandi de la trama de coimas durante los 10 años que abarcan los cuadernos K?
Era una operación muy básica. Según lo que se relata, el recorrido se consensuaba el día anterior con una visita directamente a la residencia presidencial donde vivían Néstor y Cristina Kirchner, y al otro día lo hacían y entregaban el dinero. Así funcionó hasta que murió el expresidente en 2010 y después hay un impasse de un par de años donde no se toman registros o por lo menos nosotros no tuvimos acceso a ellos. Finalmente cambia la operativa y en los últimos años era distinto. Los autos seguían recolectando de la misma manera con las empresas que estaban involucradas, pero terminaban entregando a un vehículo de la Presidencia que en teoría le daba destino final al dinero.
¿Existen detalles de los pactos que había con estas empresas?
Esa es otra parte en la que seguramente va a avanzar la investigación. Imagínate que son obras públicas de contratos grandes y nunca se pagan de una sola vez, sino que a medida que se van ejecutando, semestralmente o bimestralmente.
A nivel político llama la atención el timing en el que explotó el caso. ¿Por qué ahora?
Nosotros recibimos los cuadernos en enero y estuvimos revisándolos hasta abril. En abril los llevamos a la justicia y desde entonces es un trabajo de dos o o tres meses más. No se puede trabajar menos en semejante investigación. Es lo mínimo que tarda, es más, te diría que salió muy rápido.
¿Cómo podría impactar esto en la carrera de Cristina Kirchner?
Sin duda que esto sí va a ser un impacto. Si por la casa de una expresidenta pasaron varios millones de dólares, alguna explicación tiene que dar. La sociedad está muy dividida y la opinión pública a veces desprecia los hechos porque los fanatismos son casi religiosos a favor de Cristina o en contra, lo mismo con (Mauricio ) Macri.
¿Qué rol ha jugado el juez federal Claudio Bonadio? Se comenta que podría ser un "Sergio Moro" de Argentina.
Las consecuencias del caso todavía son imposibles de imaginar. Ayer la persona que escribió los cuadernos se adhirió a la figura de arrepentido y está colaborando con la justicia, por lo tanto, hay un tema menos que preguntarse. Si será o no un juez de ese tipo y lleve tras las rejas a empresarios que pagaron tanto como a funcionarios que cobraron el tiempo lo dirá.
¿El kirchnerismo y el gobierno sabían de los cuadernos?
No, eso es imposible. No sabían y no tenían ningún tipo de conocimiento de esto, a nadie del poder le convenía que saliera este caso en la política. Prácticamente todos fueron tomados por sorpresa en los allanamientos y en las capturas.
¿Qué viene ahora?
Ver qué actitud van a tomar los empresarios. Qué pruebas van a aportar, si se van a negar a declarar, qué puede encontrar la justicia en los allanamientos a las propias compañías, o sea, hasta te puede aportar el propio Estado.
¿Dónde está ese dinero?
Esa es la gran pregunta que todos nos hacemos y que la justicia también se hace, porque sabe que está en algún lado. No tengo ninguna pista de dónde puede estar el dinero, pero la justicia está convencida de que está escondido. Los cuadernos detallan el recorrido desde la recaudación hasta la entrega, pero desde la entrega a la disposición final ya no dependía de ellos.
¿Qué fue lo que más le sorprendió en la investigación?
Comprobar con crudeza la doble moral que imperaba, con un discurso público muy fuerte y con una cosa casi miserable por debajo, donde los dólares iban y venían.
¿Lo dice por la cúpula de la familia Kirchner?
Sí, absolutamente.