El gobierno de Perú rechazó el lunes con notas diplomáticas las “intervenciones” de Colombia y Bolivia a la política interna del país, que enfrenta violentas protestas con decenas de muertos y cuantiosos daños a la propiedad publica y privada, además de amenazas de desabastecimiento de medicinas y alimentos.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Perú informó que entregó una nota a la embajada de Colombia con la “enérgica protesta de Perú por el nuevo acto de injerencia” del Presidente Gustavo Petro, en una “conducta no consistente” con el derecho internacional.
Petro criticó el fin de semana por Twitter la detención de más de 200 personas en una universidad de Perú y pidió a la Organización de Estados Americanos examinar el caso.
La cancillería peruana también dijo que entregó una nota al embajador de Bolivia con una “enérgica protesta” por recientes dichos de Presidente Luis Arce sobre la política interna. “La Cancillería evalúa acciones ante nuevos actos de injerencia”.
Varios gobiernos de izquierda en América Latina rechazaron a la Presidenta Dina Boluarte y defendieron al expresidente Pedro Castillo, que fue destituido y arrestado el 7 de diciembre por intentar disolver el Congreso de forma ilegal.
Más temprano, el presidente del Poder Judicial de Perú, Javier Arévalo, dijo que 14 oficinas del sistema de justicia en el país fueron atacadas y siete de ellas quemadas por manifestantes desde que comenzaron las protestas en diciembre.
“He pedido a la Presidenta Boluarte que permita a las fuerzas armadas la custodia de todas las sedes de justicia”, dijo Arévalo en una conferencia pública con representantes judiciales del país. “Nos preocupan estos atentados”, afirmó.
En las protestas, las más violentas en dos décadas con 55 muertos en enfrentamientos y accidentes vinculados a los disturbios, los manifestantes exigen principalmente la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y una nueva Constitución.
Durante el fin de semana, cientos de manifestantes atacaron una dependencia policial en la región sureña de Arequipa y tomaron como rehén por unas horas a un agente, que fue liberado gracias a la mediación de un sacerdote y autoridad local.