Perú: Crónica de una renuncia anunciada

FOTO: AP/Rodrigo Abd)

"Desde que Vizcarra fue destituido, los peruanos marcharon a lo largo y ancho de las principales ciudades del país, no necesariamente en defensa del destituido Presidente -que gozaba de una alta popularidad-, sino que contra el Congreso, visto por la mayoría como una institución corrupta y con cálculos propios. Así, Merino fue tachado de “golpista” y la represión de las protestas le terminó pasando la cuenta. Además, el mandatario interino cometió el error de nombrar a un gabinete conservador, desconectado totalmente de las demandas sociales".



Dos muertos, decenas de heridos y varios desaparecidos luego de varios días de protestas que fueron reprimidas por la policía peruana bastaron para que el Presidente interino, Manuel Merino, presentara su renuncia el domingo solo cinco días después de haber asumido el poder. En su calidad de titular del Congreso, Merino accedió a la Presidencia el martes pasado tras la destitución de Martín Vizcarra, acusado de haber recibido sobornos cuando era gobernador de la provincia de Moquegua.

Perú ha vivido días muy complejos, en un escenario similar a lo que ocurrió en 2000, cuando el entonces Presidente Alberto Fujimori renunció vía fax desde Japón luego de su cuestionada segunda reelección y en medio de graves denuncias de corrupción y violaciones a los DD.HH. En esa ocasión fue Valentín Paniagua quien lideró la transición a unas elecciones en las que, un año después, fue electo Alejandro Toledo. El Congreso que destituyó a Vizcarra esperaba lo mismo de Merino, pero las masivas protestas contra su figura y contra parte importante de la clase política, le costaron el cargo.

Desde que Vizcarra fue destituido, los peruanos marcharon a lo largo y ancho de las principales ciudades del país, no necesariamente en defensa del destituido Presidente -que gozaba de una alta popularidad-, sino que contra el Congreso, visto por la mayoría como una institución corrupta y con cálculos propios. Así, Merino fue tachado de “golpista” y la represión de las protestas le terminó pasando la cuenta. Además, el mandatario interino cometió el error de nombrar a un gabinete conservador, desconectado totalmente de las demandas sociales.

El sucesor de Merino tendrá ahora la misión de gobernar un país convulsionado y altamente polarizado cuya clase política es cuestionada por la mayoría de la población. A favor del nuevo Presidente está el hecho de que quedan pocos meses para las elecciones del 11 de abril, día en que los peruanos deberán elegir a su futuro Presidente. Desde la elección de Pedro Pablo Kuczynski en 2016, Perú ha tenido tres mandatarios en apenas cuatro años y ahora va por el cuarto en un mismo período presidencial.

Merino, que orquestó la caída de Vizcarra, perdió el respaldo del mismo Congreso que lo llevó a la Presidencia luego de muerte de dos jóvenes en las protestas, algo insostenible para la sociedad peruana. En los cinco días que intentó gobernar al país no pronunió palabra alguna, excepto para anunciar su renuncia. Por eso ahora hay quienes sostienen que lo que el país necesita de manera urgente es un nuevo Paniagua: alguien que convoque a la unidad, que tenga credibilidad y que respete el calendario electoral.

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