En Perú suelen decir que, ante la crisis política endémica y lo cambiante del escenario electoral, cualquier cosa puede pasar, incluso el mismo día de las elecciones. Esta teoría se sustenta en hechos: pasó con Alan García en 2001, cuando sorpresivamente pasó a segunda vuelta, y también en 2016, año en que Keiko Fujimori tenía la Presidencia en sus manos, pero terminó perdiendo por apenas 41.057 votos ante Pedro Pablo Kuczynski.

Las elecciones en Perú suelen ser un dolor de cabeza para analistas y encuestadores, polarizan al país y finalmente el ganador provoca más dudas que certezas. Tal como ha ocurrido en otras contiendas, esta vez la campaña ha sido volátil, repleta de polémicas y, por supuesto, altísima incertidumbre.

De hecho, de acuerdo con una encuesta Datum conocida días atrás, el 19% asegura que no irá a votar, mientras que el 45% dijo que aún está pensando a quién apoyará. Esta vez se presentan nada menos que 18 candidados.

“Esta elección es más rara que las anteriores, porque hemos cambiado de líder más rápido que nunca y hemos tenido un quinquenio cortado: hemos tenido a Kuczynski, a Vizcarra, a Merino y a Sagasti. En medio, hemos tenido la pandemia y en eso los peruanos hemos dejado a la política de lado. El gran ganador por ahora es el voto indeciso, que está cerca del 40%. El escaso apoyo a los candidatos explica que estos sean conocidos como ‘pitufos’: el pitufo más grande y los pitufitos”, explica a La Tercera la periodista y analista peruana Paola Ugaz.

El candidato de Acción Popular, el excongresista Yonhy Lescano (izquierda moderada), aparece como favorito en todas las encuestas, con una intención de voto que oscila entre un 10% y 13%. Más atrás, en un empate técnico, con un 7% de respaldo, figuran Rafael López Aliaga (derecha conservadora), el exarquero de Alianza Lima George Forsyth (liberal) y Keiko Fujimori (derecha). Un poco más atrás, la izquierdista Verónika Mendoza y el exmilitar Daniel Urresti.

Tanto el economista Hernando De Soto como el empresario César Acuña y el economista Julio Guzmán, líder del Partido Morado, no han logrado superar el 5%.

La gente está más dispuesta a votar por posturas radicales”, sentenció el encuestador Alfredo Torres en una entrevista con El Comercio, dando cuenta de las particularidades de esta elección en Perú.

En la misma línea, el director de la encuestadora Vox Populi, Luis Benavente, indicó a La Tercera que actualmente “hay una fuerte demanda de cambio. Pero el agotamiento del sistema político con la corrupción, la mala gestión de la pandemia, los continuos escándalos, la crisis política de noviembre, ha generado una demanda de cambio”.

Yonhy Lescano

Excongresista de 62 años y oriundo de Puno, ciudad construida a los pies del lago Titicaca, Yonhy Lescano es el actual favorito de las encuestas. Representante de la izquierda moderada y militante de Acción Popular, el norte de su campaña ha sido la lucha contra la corrupción. Lescano es una figura relativamente nueva en la política peruana, ya que fue electo como congresista recién en 2001, el mismo año en que Alejandro Toledo asumió la Presidencia tras una década de régimen fujimorista.

Aunque su bandera es la lucha contra los abusos, en marzo de 2019 la prensa local publicó imágenes que presuntamente dejaban en evidencia un supuesto acoso sexual cometido por el entonces congresista contra una periodista radial, a través de un diálogo por WhatsApp de grueso calibre. En su defensa, Lescano denunció una manipulación, aunque la Comisión de Ética lo suspendió por 120 días. De todos modos, su cargo de congresista llegó a su fin el 30 de septiembre de 2019, cuando el entonces Presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso.

“Es un candidato de provincia. Se caracterizó por ser un parlamentario que recogía todo lo concerniente a la lucha por el consumidor. Muchas de sus batallas eran bastantes populistas y, a su vez, con ganchos en sectores sociales en los que se apoyaba. Entonces siempre apareció como un hombre de oposición, incluso dentro de su bancada y su propio partido. Su bancada, que tiene 25 de 130 congresistas, la primera mayoría, jugó un papel nefasto en la última crisis y Lescano tomó distancia de Manuel Merino, pidió su separación. Es de un lenguaje populista en general y que además tiene la particularidad de ser un hombre de centro, pero que en algunos casos por su discurso, por el tono, pareciera en algunos temas como de izquierda. Por otro lado, es conservador en como el aborto y el matrimonio igualitario”, sostuvo en conversación con La Tercera el analista peruano Fernando Tuesta.

A juicio de Ugaz, su “principal valor político es que es un candidato de Puno y maneja el voto del sur (históricamente más de izquierda). Le ha robado los votos a Verónika Mendoza en el sur. Eso explica que esté en primer lugar”. Mendoza solo tiene un 7% de apoyo en el sur, mientras que Lescano tiene el 24%.

“Lescano ha sido siempre muy contestatario, muy rebelde, ha criticado el sistema político, no ha sido un político que se haya alineado con la corrupción, con las características de la política tradicional. Él ha sido, más bien, todo lo contrario y eso lo ha beneficiado”, dijo Benavente.

Al igual que Forsyth, Lescano tiene un estrecho vínculo con Chile. En 1985, cuando se trasladó a Santiago para cursar un máster en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, conoció a la abogada Patricia Contador Durán, con quien tiempo después se casó y tuvo tres hijos. Respecto de la denuncia por acoso sexual contra su marido, ha dicho que aquello no es tal “porque no lo necesita”.

Rafael López Aliaga

Es otra de las sorpresas, desde la vereda de la derecha conservadora peruana. Rafael López Aliaga, de 60 años y fundador del partido Renovación Popular, suele repetir que nadie le ha regalado nada y que lo primero que hará si es electo Presidente será expulsar del país a Odebrecht “y a toda su gente de porquería”. También ha prometido que “el Perú está amenazado por venezolanos que, bajo leyes migratorias que nadie cumple, tendrían que ser deportados”. Y que el caviar (como se conoce a los simpatizantes de izquierda en Perú) “es un ser inútil, un parásito que infecta al Estado”.

Para algunos, López Aliaga es una suerte de “Trump peruano”, aunque a él le molestan esas comparaciones. Los temas valóricos y la condición religiosa de López Aliaga (es miembro del Opus Dei y mantiene un celibato) es lo que ha generado las mayores controversias respecto del candidato.

“Es una copia a lo peruano de Bolsonaro, aunque él lo niegue. Es un hombre que se ha hecho popular por las frases políticamente incorrectas y le ha robado todos los votos a Keiko Fujimori, porque no la ven tan dura, tan fuerte, y creen que no va a ganar en la segunda vuelta. La virtud que tiene la candidatura de López Aliaga es que para los peruanos lo nuevo es siempre llamativo y que realmente en pandemia hay mucha indignación. Es xenófobo, no quiere seguir con toda la educación de género, se declara célibe desde los 19 años y tiene vínculos comerciales con el Sodalicio, organización acusada de abusos físicos, sexuales y sicológicos”, indicó Ugaz.

Cada vez que le preguntan por qué mantiene un celibato, responde que él tiene “una opción que he elegido desde muy chico, de servicio a Dios. El celibato, en mi opinión, para mi persona, me hace muy feliz”. López Aliaga ha contado que su vida dio un giro radical cuando se trasladó desde Chiclayo a Piura, donde estudió y descubrió al Opus Dei en la época en que el terrorismo dominaba al país debido a las acciones de Sendero Luminoso y el MRTA. “Ahí comencé a comulgar a diario y sentí la fuerza de Dios, que me llevó a todo”, ha contado.

Ahora dice que los peruanos deben votar por él porque “no soy político y lo que estoy haciendo es una entrega a mi patria. Soy un empresario desde hace más de 45 años, pero empecé de abajo, moliendo azúcar, me he forjado solo”. Según ha dicho, trabajó en el banco Wiese por el sueldo mínimo, luego entró al Grupo Romero y al Citibank, donde se convirtió en gerente de créditos corporativos y después “hice un banco”. Preguntado sobre si fortuna supera los mil millones de dólares, en una entrevista con Exitosa Noticias, respondió: “Prefiero no decirlo, por seguridad. Solo por trenes y hoteles son más de mil millones”. Además tiene centros comerciales, colegios e inmobiliarias.

Verónika Mendoza

Psicóloga y antropóloga de 40 años, lidera el partido Nuevo Perú (izquierda) y además de la peruana, posee nacionalidad francesa. Congresista por Cuzco entre 2011 y 2016, estudió su máster en Ciencias Sociales en la Universidad Sorbona Nueva París y esta es su segunda aventura presidencial, tras haber obtenido el tercer lugar (18,8%) en los comicios de 2016. En su campaña ha dicho que quien asuma la Presidencia el próximo 28 de julio, debe convocar a un referendo para una Asamblea Constituyente, con el objetivo de redactar una nueva Constitución. Según Fernando Vivas, columnista de El Comercio, tras romper con los Humala y “con los años y las postulaciones, Verónika Mendoza se ha vuelto más institucional y discursiva”.

George Forsyth

Desde septiembre de 2020 hasta febrero pasado, George Forsyth era el gran favorito para imponerse en la primera vuelta. Sin embargo, hace un mes, el exarquero de Alianza Lima sufrió un fuerte revés después de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) lo descalificara por no haber consignado de forma adecuada una serie de ingresos por parte de una empresa que seguía activa. Esto lo hizo perder su posición de liderazgo en las encuestas. Recién la semana pasada el JNE confirmó que podía seguir en carrera.

“Corría solo, no tenía un escenario competitivo. Es muy fácil liderar cuando no hay adversarios. Es como hacer un buen delantero cuando no hay defensa”, apunta Benavente al referirse a la baja en las encuestas del exalcalde de La Victoria.

Forsyth, de 38 años, es otra de las principales “novedades” de la campaña presidencial y desde que arrancó la contienda ha intentado posicionarse como el candidato outsider. Hijo de diplomático y de una exreina de belleza chilena, en Perú dicen que el exportero es un “roba corazones”, una figura “pituca” pero con cierto arraigo popular que logró gracias a su gestión como alcalde de uno de los distritos más populares de la capital, donde intentó forjarse fama de espadachín antidelincuencia.

Los analistas comentan que Forsyth es un liberal que tiene algo entre la ingenuidad y la eficiencia. Quienes lo conocen comentan que el gran punto de inflexión del exarquero ocurrió cuando tenía 13 años. A esa edad entró al club de fútbol de sus amores, cuyo estadio se emplaza en La Victoria. Ahí forjó su carácter, se mezcló con niños morenos y conoció al “pueblo peruano”, como él mismo ha reconocido. “Ha bajado y sigue bajando en las encuestas porque cuando habla lo hace como si estuviera saliendo de un partido de fútbol y no explica las medidas. Él es muy carismático, lo que falta es que diga el cómo”, explica Ugaz.

Su altura (1,87) posibilitó su performance como portero. Como juvenil integró la selección Sub-20 que disputó el Sudamericano en 2001 en Ecuador. Ya en Alianza Lima obtuvo su primera copa en 2001, tras lo cual fue transferido al Borussia Dortmund como tercer arquero.

Keiko Fujimori

Pese al descrédito que sufrió como líder de la oposición peruana al propiciar la caída del gobierno de Kuczynski en 2018 -hito que para muchos en Perú derivó en la actual crisis que sufre el país- y tras pasar una temporada en prisión acusada de lavado de dinero al recibir montos de Odebrecht para su campaña de 2011, Keiko Fujimori está de vuelta. Sin embargo, su candidatura está lejos de concentrar el interés y el apoyo que obtuvo en sus dos aventuras presidenciales anteriores, como en 2011, cuando perdió por poco frente a Ollanta Humala, o en 2016, cuando se le escapó la elección frente a PPK.

Según algunos analistas, Keiko provocó una debacle al interior de su partido, Fuerza Popular, que ya no ostenta la mayoría en el Congreso. Aquello explicaría en parte el “antivoto” respecto de su candidatura. Durante su campaña ha prometido “mano dura”, aunque ha recalcado que aquello “no es dictadura, sino que una ‘demodura’”. Pese a ello, no ha logrado seducir al electorado y apenas tiene un 7% de intención de voto y un 62% de rechazo, según Datum.

“Keiko no repunta porque ya es una candidata constante. Esta es su tercera candidatura presidencial pero ha ido zigzagueando. El año pasado se distanció de Alberto Fujimori, pero hoy se acercó nuevamente a él, reivindicando el periodo pasado. Tiene un núcleo duro de votos, pero no entusiasma más, es como si hubiera pasado ya el momento del fujimorismo”, indicó Tuesta. Para Benavente, la candidatura de Keiko representa lo opuesto al cambio.

Daniel Urresti

Exgeneral de Brigada de 64 años, fue ministro del Interior durante el gobierno de Ollanta Humala y desde marzo de 2020 es congresista. Formado en la Escuela Militar de Chorrillos, hasta fines del año pasado Daniel Urresti aparecía en los puestos de avanzada de las encuestas, pero con el correr de la campaña, su candidatura se fue desdibujando. Por ahora, su discurso “insolente” dirigido a las capas bajas, no ha logrado entusiasmar a otros sectores del electorado.