“En cada ciudad de Colombia debe haber una manifestación”, pidió Gustavo Petro el viernes pasado desde Aracataca, el municipio caribeño de las mariposas amarillas y cuna del escritor Gabriel García Márquez, cuando declaró que este martes encabezaría una marcha en Bogotá. Y así lo hizo. El presidente izquierdista lideró un acto en la Plaza Bolívar de Bogotá para abogar por la aprobación de su reforma laboral, mientras en paralelo una comisión del Senado parecía poner la lápida a uno de los proyectos insignia del gobierno.

En su afán por medir el apoyo que tienen sus reformas sociales, Petro declaró como “día cívico” la jornada, para así permitir que los funcionarios de las entidades del Ejecutivo pudieran participar de las manifestaciones oficialistas. Pero la Plaza de Bolívar no se alcanzó a llenar en su totalidad, según indicó el diario El Colombiano.

Pese a ello, Petro dio un discurso de alrededor de dos horas, donde arremetió contra el Congreso. En un mensaje directo a la Comisión Séptima del Senado para que apruebe la reforma laboral, el mandatario señaló: “A este Congreso le corresponde demostrar si considera a su pueblo como el comandante que da las órdenes, o lo traiciona. Al pueblo le corresponde hablar y no permitirá que lo callen”. Y advirtió que, de no “escuchar”, “el pueblo los sacará del Congreso como tiene que ser”.

Como ya se ha vuelto costumbre, destacó la revista Semana, Petro volvió a hablar de los aurelianos y de Gabriel García Márquez. “Los pueblos de Macondo se salvan cuando caen las mariposas amarillas. Aquí tienen que volar mariposas amarillas por todos los rincones de la patria. Llegó el momento de acabar con 100 años de soledad. Las estirpes de la tierra condenadas tienen una segunda oportunidad y esta es nuestra segunda oportunidad”, señaló ante sus seguidores. “El pueblo debe rebelarse con la mayor fuerza posible”, remató.

“Estamos listos para desmontar una por una las falacias que se han esgrimido contra una reforma tan necesaria”, dijo a los medios el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, presente en la marcha. Luego defendió la reforma ante los senadores. “Esta es una reforma que promueve la contratación a término indefinido como regla general, y el uso adecuado de los contratos a término fijo y por obra laboral. Establece unos límites razonables para la jornada laboral diurna, haciéndole caso al natural movimiento de la Tierra, que nos dice cuándo es el día y cuándo la noche”, resaltó.

Por otro lado, Sanguino señaló que, con base en un estudio del Observatorio de Trabajo del Ministerio, la reforma crearía 91.000 empleados cada año, “por el efecto en el crecimiento de la economía del país”. Sin embargo, advirtió que es un cálculo “hipotético, como todo es hipotético, estamos en la discusión de hipótesis”, dijo.

Pero la intervención de Sanguino no encontró acogida entre los legisladores. Mientras los 14 integrantes de la Comisión Séptima presentaban sus argumentos, ocho congresistas que firmaron la ponencia de archivo del texto confirmaron durante la jornada su voto a favor de hundir la iniciativa presentada por el gobierno.

El diario bogotano El Tiempo destacó que se trata de la segunda derrota del gobierno en esa célula legislativa, que en abril del año anterior hundió la primera reforma de la salud.

A la reforma laboral le cuestionan los altos costos que implica para el sector empresarial, especialmente en ajustes como recargos en días de descanso del cien por ciento, así como el inicio de la jornada nocturna desde las siete de la noche, destacó el diario El Espectador.

Los defensores de este proyecto de ley sostienen que lo que se busca es devolver y garantizar derechos a los trabajadores, poniendo al país a tono en muchos de los tratados y convenciones que se han aceptado internacionalmente. “Hay que recordar también que esta reforma, en sus primeros dos debates, recibió un tijeretazo en 30 de sus artículos, los cuales en su mayoría hacían parte del capítulo sindical”, agregó el periódico colombiano.

Petro ya ha dicho que, si el Congreso no aprueba la reforma laboral, usará el derecho constitucional de convocar a una consulta popular para que sean los ciudadanos mismos quienes voten si quieren esa reforma, al igual que la sanitaria. Y este martes lo reiteró. “Quedan convocados, arranca la consulta popular. La movilización es permanente y creciente. Tendrá su máximo no el día de hoy, de los votos que ya vendieron su corazón en la codicia, sino en la plenaria del Senado, donde cada senador debe recordar que no es más que un simple representante del pueblo y que debe obedecerlo”, señaló el mandatario, quien terminó su intervención con un “¡que viva la consulta popular!”, acompañado de los vítores de quienes asistieron a la manifestación.

En la misma línea se manifestó el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien aseguró que lo que sucediera en la Comisión Séptima no cambiaría los planes del gobierno. “A nosotros ya no nos importa si se hunde o no se hunde la reforma laboral en el Congreso, ya el presidente y sus ministros han tomado la decisión de una consulta popular y la consulta va sí o sí”, indicó Benedetti.

Las chances de la que reforma laboral ser aprobada por el pleno del Senado o en una consulta popular, sin embargo, parecen difíciles. Según el diario español El País, en el caso de la Cámara Alta, “Petro no tiene allí mayorías aseguradas”.

“Luego, debe hacer una campaña que saque a las urnas a más de 13 millones de colombianos, una hazaña casi imposible si se tiene en cuenta de que ganó la segunda vuelta presidencial de 2022 con poco más de 11 millones de votos, y desde el último año su aprobación ronda el 30%. Ganar la consulta pinta más difícil que ganar en la Comisión del Senado”, vaticinó el periódico.

La oposición asegura que el llamado a una consulta popular, que debe ser aprobada por el Congreso, es en realidad el inicio de una campaña oficialista con miras a las elecciones presidenciales de 2026, en las que Petro no puede participar por ley.