“El presidente ensimismado”: con esas palabras, un editorial del diario El País se refería hace seis meses a la situación de Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierda de la historia colombiana. Más polémico que efectivo, la semana pasada el mandatario vivió una de sus derrotas más fuertes: el hundimiento de la reforma de salud, que termina dejando su gobierno sin una de sus tres grandes iniciativas, faltando la laboral y de pensiones.
El miércoles, definitivamente, el Congreso archivó con mayoría absoluta el proyecto de reforma a la salud, a través de la Comisión Séptima del Senado. La idea del gobierno era transformar el sistema de salud de Colombia, para pasar de un sistema de aseguramiento privado –instaurado en el país desde 1993– hasta uno mayoritariamente público, donde el Estado garantizara la salud de los ciudadanos.
Para Petro, quien llegó al poder en agosto de 2022, modificar el sistema de salud era una cosa urgente, ya que el actual modelo, a su juicio, volvería la salud en un negocio. En concreto, la reforma pretendía eliminar las “Entidades Promotoras de Salud” (EPS), instituciones intermediarias, para que el dinero fuera directamente del Estado a las clínicas y hospitales.
La reforma de salud sufrió una muerte lenta, posterior a una pelea de meses y meses. La negativa definitiva, por parte del Senado, venía cocinándose de hace tiempo: los ministros más moderados del primer gabinete Petro, Alejandro Gaviria, Cecilia López y José Antonio Ocampo, ya se mostraban críticos con la reforma, y terminaron saliendo del gobierno. Este mismo trámite terminó por romper la coalición legislativa con la que el Presidente había podido pasar la reforma tributaria y el plan de desarrollo.
Con el paso de los meses, las relaciones entre el Legislativo y fuerzas políticas como el Partido Liberal, el Partido de la U y el Partido Conservador pasaron a ser confrontaciones, lo que terminó hundiendo al proyecto de reforma sanitaria. Una de las senadoras del partido de la U, Norma Hurtado, señaló al respecto: “Teníamos la ilusión de que la reforma uniera al país, pero no fue así, lastimosamente la reforma nos ha dividido entre buenos y malos”. Hay que apuntar que tal partido representa al “uribismo clásico” en el espectro político colombiano.
Laura Wills, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de los Andes de Colombia, indicó a La Tercera: “La reforma se hundió. El gobierno intentó revivirla hasta el último momento y no pudo. Era una de las grandes apuestas del gobierno. Le invirtió mucho tiempo y capital político. Fue incapaz de negociar con los partidos, incapaz de mantener viva su coalición, incapaz de lograr un acuerdo nacional del que ha hablado”.
Para peor, después de este hundimiento definitivo, Petro continúa con el enfrentamiento: “Está generando gran preocupación en la opinión público tras las decisiones de intervenir las dos entidades promotoras de salud (EPS) más grandes del país”, aseguró la experta.
La politóloga Mónica Pachón Buitrago, también de la Universidad de los Andes, insiste en que la reforma de salud es una batalla perdida para el Presidente: “En este momento la reforma se archivó por parte de la comisión del Senado, en su tercer debate. Eso significa que la reforma no puede ser transferida a la plenaria y, por tanto, es archivada según la ley quinta y la Constitución. El Presidente, así como el ministro de Salud, han mencionado que van a insistir en que la plenaria revise la reforma, pero no hay ninguna insistencia. No creo que la reforma pueda ser revivida”.
Un poco después de que la iniciativa terminara de hundirse, el Presidente Petro denunció a través de la red social X que los senadores que votaron contra el proyecto habían sido pagados por Keralty, la multinacional dueña de la EPS Sanitas. “Nos derrotaron no unos cuantos parlamentarios financiados por unos extranjeros. Nos derrotó una violación flagrante de la Constitución y la ley. Mírese por donde se mire, recursos públicos de la salud financiaron campañas o recursos extranjeros financiaron campañas y partidos. Eso está prohibido por la Constitución y la ley. Es de un inmenso peligro para la democracia colombiana porque indica no solo la privatización corrupta de la política, sino la pérdida de la soberanía nacional”.
Tal acusación no cayó muy bien dentro del Congreso, y su presidente, Iván Name, aseguró que las declaraciones de Petro fueron “injuriosas y calumniosas”, llegando a atentar contra la dignidad de los parlamentarios. “Seguir subiendo el tono en contra de nuestros congresistas y la institución del Congreso de la República solo contribuye al deterioro de las armónicas relaciones entre las ramas del poder público”, indicó el parlamentario.
Actualmente se debaten en el Legislativo la reforma laboral, la del sistema de pensiones y la reforma a la educación. Todas ellas enfrentan dificultades para su aprobación porque el gobierno no cuenta con las mayorías necesarias para obtener el visto bueno de los congresistas. La coalición que hizo Petro al comienzo de su gobierno con varios sectores políticos ya no existe y por ello el partido de izquierda Pacto Histórico, por el que fue elegido el mandatario, se ha visto en dificultades para sacar adelante los proyectos presentados para debate.
La reforma que sí podría salir adelante es la de pensiones. Por lo visto, esta última iniciativa tiene un poco más de piso político. “El caso de las pensiones, contraria a la de la salud, tiene efectos en el futuro, entonces es una reforma un poco distinta. Existe entre los técnicos un consenso de que esta reforma tiene puntos positivos, así que la suerte de esta reforma está por verse, dependiendo de algunas decisiones que se tomarán. Es posible que avance”, considera Pachón.
En esa dirección, Wills encuentra que esta reforma tiene, al menos, más chances que la de salud: “La reforma de pensiones no ha tenido tan mal ambiente, porque está mejor formulada técnicamente y la ha podido ‘vender’ mejor. Sin embargo, el ambiente tenso y fragmentado en el Congreso, hace también muy difícil que salga adelante”.
Ante las cifras reveladas por el el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) que evidencian un aumento en el desempleo durante febrero de 2024 (11,7%), el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), Jaime Cabal, pidió el archivo inmediato de la reforma laboral de Petro. “Este es un campanazo de alerta para que los congresistas archiven el proyecto de reforma laboral, que traería como consecuencia más desempleo para los colombianos”, afirmó.
Según Pachón, estos casi dos años de gobierno han desgastado mucho a Petro, que había podido armar una coalición que lo respaldase en el Parlamento a principios de su mandato, pero que ha ido arrinconándose a la izquierda. “Ha logrado poco en las promesas más sustantivas y estructurales de su gobierno, tiene una relación muy adversarial con las instituciones y un gabinete con poca experiencia que toma decisiones apresuradas, y genera confrontaciones con instituciones que uno consideraría innecesarias. En la población tiene un alto nivel de impopularidad, en parte, por los resultados económicos, donde la gente y la incertidumbre que producen sus decisiones y posiciones gubernamentales han causado mucha menor inversión”, diagnostica la politóloga.
Frente a este complejo escenario, Wills asegura: “Ojalá Petro entendiera que en política todo se negocia, y que hay que dialogar con los diferentes actores. No generar más divisiones e inestabilidad en su gabinete. No meterse con la economía, que sigue estando estable”.
Sin embargo, Petro ha convocado a sus seguidores a defender en las calles las reformas. Este 9 de abril varias centrales obreras y sectores estudiantiles han convocado marchas de apoyo al gobierno. Y el 21 de abril harán lo propio sectores de la oposición. “Y este será en adelante el nuevo escenario del pulso político en Colombia: las calles”, asegura CNN.