Escoltando al líder de la oposición venezolana Juan Guaidó, como confirmación de la firme postura que ha mantenido su gobierno frente al régimen de Nicolás Maduro, el Presidente Sebastián Piñera llegó a primera hora del sábado al sector de Tienditas, la zona donde el antichavismo dispuso el principal centro de acopio para el desplazamiento de la ayuda humanitaria, en el que prometía ser un "Día D", algo que finalmente no sucedió.
Si bien la oposición intentó marcar un hito, con simbolismos y gestos al por mayor, el grueso de la ayuda no pudo ser entregada, ya que Nicolás Maduro lo impidió. La presencia de cientos de periodistas y gráficos de buena parte del planeta puso de manifiesto la relevancia que durante el último mes adquirió la crisis venezolana, además del apoyo internacional que ha recibido Guaidó.
Mientras las informaciones sobre fallecidos, de camiones quemados y caos en la frontera marcaban la jornada, Piñera recibió minuto a minuto los antecedentes del desplazamiento de las donaciones.
Junto a su par colombiano Iván Duque y al secretario general de la OEA, Luis Almagro, el mandatario chileno sostuvo un largo encuentro con Juan Guaidó. En un primer punto de prensa durante la mañana junto al presidente encargado de Venezuela, Sebastián Piñera condenó al régimen de Maduro y señaló que "parte de la ayuda logró entrar".
A esa hora, Guaidó se mostraba muy optimista, gracias al ingreso de dos camiones con ayuda a través de la frontera con Brasil. Horas más tarde, el propio Piñera, en un punto de prensa en Cúcuta junto al canciller Roberto Ampuero, insistió en que "el mundo entero pudo observar que la ayuda humanitaria está disponible. Hoy esa ayuda humanitaria logró entrar parcialmente. No entró toda la ayuda y eso es doloroso".
Pero si el intento para que la ayuda ingresara efectivamente a Venezuela fue caótico, también hubo varios episodios de descoordinación de los equipos de prensa de los jefes de Estado que viajaron para apoyar a Guaidó en terreno.
Esto se hizo evidente cuando las autoridades aparecieron frente a los periodistas en un sector donde no estaba estipulado prestar declaraciones.
Hubo también gritos y empujones entre quienes debían cubrir los hechos. Incluso, bien entrada la mañana, parte importante de la prensa desconocía la agenda de Guaidó y de los mandatarios.
Con el correr de las horas los rostros de varias autoridades evidenciaron cierta frustración producto de la postura del gobernante chavista. "La dictadura tiene los días contados", afirmó Piñera, que culpó a la "dictadura venezolana" de impedir el paso de la ayuda humanitaria.
El Presidente chileno también reiteró que La Moneda seguirá acompañando a Guaidó y que "Maduro es el problema". Colaboradores de Guaidó comentaron que la comunicación entre Piñera y el presidente encargado de Venezuela fue "bastante fluida" y que su viaje fue de "gran importancia".