“Podría convertirme en la próxima víctima”: el dramático pedido de ayuda de científicos en base de la Antártida

Base de investigación Sanae IV de la Expedición Antártica Nacional Sudafricana en Vesleskarvet, en la Tierra de la Reina Maud de la Antártida. Foto: Programa Antártico Nacional Sudafricano

Miembros de la base de Sudáfrica acusan a un compañero de agredir física y psicológicamente a los integrantes del equipo con los que está realizando investigaciones en el continente blanco, además de acosar sexualmente a una colega.


El gobierno de Sudáfrica anuncio que recibió un correo anónimo desde la remota estación de investigación Sanae IV, ubicada en la Antártida. En aquel correo la persona aseguró que temía por su propia seguridad y la de sus colegas, y exigió “acción inmediata”, según el periódico sudafricano Sunday Times, que publicó el mensaje, pero eliminó los nombres.

El ministro de Medio Ambiente de Sudafrica, Dion George, cuyo departamento gestiona el programa antártico del país, confirmó a The Guardian que psicólogos y otros expertos estaban en comunicación “directa y constante” con el equipo de investigación de nueve miembros.

Las acusaciones contra este investigador de la base se informaron inicialmente al gobierno el mes pasado, según el Dr. George. Desde entonces, las autoridades sudafricanas han estado investigando las acusaciones, añadió. Pero a casi 4.300 kilómetros de distancia, y con acceso limitado a los científicos aislados, los investigadores se enfrentan a desafíos singulares.

Ropa de invierno extremadamente gruesa de la base sudafricana, para realizar exploraciones por el territorio. Foto: Programa Antártico Nacional Sudafricano

La Antártida es uno de los lugares más inhóspitos del planeta, con infraestructuras limitadas y un clima extremo. Allí, los investigadores pueden estar prácticamente aislados del resto del mundo durante meses. El clima impredecible, la superficie helada y los meses de oscuridad hacen casi imposible entrar y salir libremente.

Estas duras condiciones han dificultado sistemáticamente que los países examinen minuciosamente el comportamiento de los investigadores. Un caso que llegó a niveles críticos se registró en 2018, cuando un investigador de una estación rusa apuñaló a un colega en lo que The Associated Press describió como “un aparente colapso emocional”.

Y los equipos de Sudáfrica ya se han topado con problemas en puestos remotos antes: en 2017, un investigador en una base entre el continente y la Antártida le dio un hachazo a la computadora portátil de otro “debido a un triángulo amoroso”, según el resumen de una reunión parlamentaria.

Foto de miembros de un equipo de investigación de Sudáfrica. Foto: Programa Antártico Nacional Sudafricano.

Según dice el correo del actual incidente, el comportamiento de este individuo ha escalado hasta un punto profundamente inquietante. En concreto, agredió físicamente a una persona, lo cual constituye una grave violación de la seguridad personal y las normas laborales, declaró. Además, amenazó con matar a otro de sus compañeros, creando un ambiente de miedo e intimidación. El redactor del correo expresó que “sigo profundamente preocupado por mi propia seguridad, preguntándome constantemente si podría convertirme en la próxima víctima”.

El ministro de Medio Ambiente dijo que la acusación se relacionaba con una disputa sobre una tarea que el líder del equipo quería que realizaran, una labor que dependía del clima y que requería un cambio de horario. El equipo de hibernación normalmente incluye científicos, ingenieros y un médico.

En una declaración adicional, el Departamento de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente de Sudáfrica dijo que también estaba investigando una denuncia por acoso sexual.

La Antártida no solo es un lugar muy frio, sino que también es un lugar muy desolado. Foto: Programa Antártico Nacional Sudafricano.

Agregó que ninguno de los presuntos incidentes “requirió que alguno de los nueve miembros del equipo que pasó el invierno regresara a Ciudad del Cabo”, pero si aseguró que “se activó de inmediato el plan de respuesta para las personas involucradas a través de profesionales capacitados con el fin de mediar y restablecer las relaciones en la base”.

Los equipos suelen depender de cada miembro para mantener la base en funcionamiento durante el invierno antártico, escribió en un correo electrónico Dawn Sumner, profesora de ciencias terrestres y planetarias de la Universidad de California, en Davis. Probablemente no sería posible retirar a una sola persona de la base, afirmó la académica en declaraciones a The New York Times.

Sumner también indicó que “si una base quedara desatendida, no estaría operativa cuando la gente pudiera regresar en primavera o verano” y añadió que “eso representaría una enorme pérdida de infraestructura para el programa antártico sudafricano”.

Pero el brutal invierno antártico, con su máximo rigor en julio y agosto, aún está por llegar. “Están teniendo estos problemas extremos y aún no ha anochecido”, dijo Sumner. “Es una situación horrible”.

Según declararon las autoridades sudafricanas, el acusado pasó por un test psicológico y lo aprobó, lo cual es contradictorio con la situación que se viviría ahora.

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