Ante el fracaso de la política de erradicación del tráfico de drogas en un frecuentado parque de Berlín, la gerencia del recinto decidió crear zonas específicas para que los traficantes puedan vender sus productos ilegales, en un intento por limitar sus actividades. Sin embargo, la iniciativa recibió duras críticas de la derecha conservadora y la policía de Alemania, que denuncian una forma de legalización.

Situado en pleno corazón de la capital alemana, en el barrio de moda y multicultural de Kreuzberg, el Görlitzer Park, muy concurrido el fin de semana, especialmente por familias, es también conocido por los numerosos traficantes que, sin apenas esconderse, venden "hierba" y no dudan en abordar a los transeúntes. Las pocas intervenciones de la policía no disuaden a los vendedores, asegura France Presse.

De hecho, anteriormente las administraciones de Berlín habían declarado una actitud de "tolerancia cero" hacia los traficantes de drogas en Görlitzer Park, pero los residentes locales informaron que nada había cambiado.

Frente a las protestas de los vecinos y las familias, el director del parque, Cengiz Demirci, decidió hacer marcar en el suelo con pintura roja, en una de las entradas del reciento, pequeños rectángulos en los que la venta estaría tolerada. Esta iniciativa busca que los cerca de 250 traficantes, según la prensa local, que venden en este parque se limiten a esta zona y no recorran todo el espacio.

"Este método tiene una razón puramente práctica por detrás", explicó Demirci, psicólogo social responsable de implementar la nueva estrategia aprobada por el senado berlinés, a la radio local RBB. "No estamos legalizando la venta de drogas", aseguró. Residentes citados por el diario británico The Guardian dijeron, sin embargo, que hoy ninguno de los comerciantes estaba cumpliendo con la nueva regla.

Según Demirci, una solución mucho más efectiva sería si las autoridades otorgaran permisos de trabajo a los concesionarios. La mayoría de ellos son solicitantes de asilo a los que no se les permite trabajar mientras esperan que se procesen sus solicitudes. "Si lo hicieran, entonces el 90% de ellos detendrían lo que están haciendo de inmediato", señaló.

Sin embargo, no todos concuerdan con esta nueva estrategia. "Lo que se necesita es garantizar que el parque sea una zona libre de drogas y delitos, con una constante presencia policial y determinación judicial", dijo Benjamin Jendro, dirigente del sindicato de policía de Berlín, al diario Bild. "Cualquier persona que trafique drogas está cometiendo un delito", agregó. Las críticas más duras vinieron de la comisaria federal responsable de drogas, Marlene Mortler (de la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera), quien denunció la medida. "Si esto es verdad, es una capitulación del Estado de Derecho  (…) No podemos dar licencias de venta a traficantes", subrayó. Una opinión compartida por el diputado del Parlamento regional de Berlín, Bernhard Dregger, quien criticó el enfoque afirmando que "la creación de locales es una invitación a la violación de la ley".

En cambio, Florian Schmidt, concejal local del Partido Verde, defendió la idea. "La venta de drogas solo puede ser desplazada. Tenemos que lidiar con la realidad", comentó.

Tras la polémica, el alcalde del distrito aseguró hoy que la iniciativa era todavía un proyecto y que no se había tomado ninguna decisión definitiva.