Esta jornada el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, realizó su debut en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, con un discurso marcado por polémicas afirmaciones.

El tema que marcó su intervención fueron los incendios forestales en la Amazonía. Pero Bolsonaro fue directo: el mandatario señaló que no es cierto que ésta "esté siendo devastada, no está siendo consumida por el fuego", y aseguró que su gobierno está comprometido con el cuidado del medio ambiente y el desarrollo sostenible. 

Además, reiteró que espera que los países que ofrezcan ayuda para combatir los siniestros lo hagan "respetando la soberanía de Brasil". 

"Es una falacia decir que el Amazonas es un patrimonio de la humanidad y un pulmón del mundo", sentenció el mandatario brasileño.

Bolsonaro además señaló que rechaza cualquier intento de politizar la discusión sobre la situación en la Amazonía, y acusó a los medios de comunicación, tanto brasileños como internacionales, de "mentir" sobre la situación ambiental del país. 

Incluso aseguró que todo Brasil ha sido atacado por la prensa "sensacionalista" lo que ha "instigado nuestro sentimiento patriota".

Agradecimientos a Trump

Por otro lado, el jefe de Estado condenó la decisión de algunos los países europeos que discutieron establecer sanciones contra Planalto por la situación de los incendios forestales, y agradeció a su homólogo estadounidense, Donald Trump, por defenderlo y ofrecer ayuda económica para combatir la emergencia.

También se refirió a la situación de las comunidades indígenas en su país y aseguró que los países que critican a su gobierno por cómo se relacionan con los pueblos originarios, lo hacen porque están interesados en "sus riquezas". 

Por otro parte, reafirmó el compromiso de su gobierno "con las normas más elevadas de los DD.HH., la democracia, la libertad de religión y de expresión". Esto, a pesar de último informe de la Alta Comisionada de los DD.HH. de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, quien dijo estar preocupada por la situación de los derechos humanos en el país sudamericano.

Las palabras de la autoridad internacional terminaron causando la reacción del jefe de Estado brasileño, quien comparó a Chile con Cuba y defendió el golpe de Estado de 1973.

Situación de Venezuela

"Venezuela que era un país democrático ahora padece la crueldad del socialismo. El socialismo está en Venezuela. Todo el mundo es pobre, no tienen libertad". En otro pasaje de su intervención, con esas palabras el mandatario brasileño se refirió a la situación de Caracas y marcó su rechazó hacia el gobierno de Nicolás Maduro y el socialismo. 

De acuerdo a Bolsonaro, su administración -que comenzó el 1 de enero de este año- ha logrado establecer un "Brasil nuevo que se ha zafado del socialismo" y agregó que, "mi país estuvo al borde del socialismo, lo cual nos llevó a la corrupción, a una recesión económica y a unos niveles de delincuencia elevados".

El presidente brasileño también destacó la decisión de su gobierno de terminar con el convenio médico que existía con Cuba, "dejando de contribuir a la dictadura cubana y de enviar 300 millones de dólares anuales como se hacía", según afirmó.

"Objetivo y contundente, no agresivo"

Bolsonaro defendió sus declaraciones ante los líderes mundiales y aseguró que su discurso fue "objetivo y contundente, pero no agresivo", agregando que intentó "restaurar la verdad" y negó que haya aludido al mandatario francés, Emmanuel Macron, y a la canciller alemana, Angela Merkel, durante su alocución.