La Policía de Nicaragua afirmó hoy que las detenciones de este domingo en Managua forman parte de las acciones contra "agrupaciones terroristas" que "violentan la paz y la tranquilidad" en Nicaragua, país que vive una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos desde abril.
La Policía detuvo hoy a casi 40 personas cuando pretendían protestar en las calles de Managua contra el presidente Daniel Ortega.
Tras las detenciones, la Policía afirmó, a través de medios del Gobierno, que así se "garantizó el orden y la seguridad en la capital ante los intentos de agrupaciones terroristas, golpistas y criminales que en los últimos meses han estado desarrollando acciones que violentan la paz y la tranquilidad".
Durante los arrestos, los policías lanzaron bombas de sonido en contra de un grupo de personas que aparentemente estaban a la espera de sumarse a la protesta, constató Efe.
Un total de 38 personas fueron capturadas, de las cuales 8 recuperaron su libertad varias horas después, entre ellas José Dolores Blandino, padre de Xiómara Blandino, actual pareja de Juan Carlos Ortega Murillo, hijo de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, indicó la Policía en un comunicado.
La institución indicó que "realiza las investigaciones para determinar niveles de responsabilidad penal de los detenidos y los remitirá a las autoridades competentes para su enjuiciamiento".
La Policía reiteró que "no se permitirán manifestaciones o movilizaciones en la vía pública que no cuenten con el debido permiso", pese a las críticas de organismos defensores de los derechos humanos, que insisten en que la Constitución de Nicaragua garantiza la libertad de movilización y de reunión sin necesidad de pedir permisos.
Las autoridades reiteraron que tomarán "todas las medidas necesarias para mantener la seguridad, el orden público".
El episodio de hoy fue repudiado por organismos internacionales, que instaron a Ortega a respetar los derechos de los ciudadanos y la libertad de manifestación.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, exigió al mandatario nicaragüense que libere a los manifestantes detenidos, respete su derecho a la protesta pacífica y cese la "represión".
Asimismo, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão, lamentó los hechos y consideró "inaceptables" las "actitudes represivas y autoritarias".
Nicaragua vive una crisis sociopolítica que comenzó en abril pasado y que ha dejado según organizaciones humanitarias locales e internacionales entre 322 y 512 muertos, mientras que el Ejecutivo cifra los fallecidos en 199 fallecidos y denuncia un intento de golpe de Estado.
Tanto la CIDH como la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", además de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, iniciaron en abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente.