Luego de las acusaciones de corrupción a Isabel Díaz Ayuso y de espionaje a Pablo Casado, el Partido Popular (PP) en España sufre una crisis que lo ha quebrado en dos partes, pero que con el pasar de los días ya se decanta por un lado. La dimisión del presidente del PP se intuye cercana, luego de que el pasado sábado este “se rindiera” frente a su oponente madrileña: Casado dio un paso atrás entonces, anunciando el cierre de un expediente abierto el jueves contra Ayuso, para investigar los contratos por las mascarillas que habrían significado al hermano de la presidenta de la Comunidad más de 50 mil euros.
Pero la retirada de la investigación, más que detener a Ayuso y llamar a la paz en el principal partido de oposición en España, dejó a la periodista y sus seguidores tan bien parados como para exigir la renuncia de Casado a la cabeza del PP. A la salida del edificio de Génova 13, la sede central del Partido Popular en Madrid, cientos de seguidores se reunieron portando banderas y pancartas con demandas en dos sentidos: “Casado dimite”, y “Ayuso presidenta”.
Durante este lunes, Pablo Casado hizo una convocatoria a los presidentes autonómicos y cargos provinciales más leales dentro del partido, y a pesar de que pretende mantener la dirección de este hasta julio, fecha estipulada de su congreso nacional, el abogado sabe que tiene a la mayoría de las bases populares en su contra. Fuera del partido, lo que más se temía la semana pasada al empezar la crisis se expresa hoy en las encuestas: una fuga de votos del PP hacia el extrema derecha, ilusionando a Vox con volverse la principal fuerza de oposición.
Aun no ha pasado una semana desde que Ayuso acusara de espionaje contra ella y su hermano, estallando la bomba al interior del PP, y las cifras en las encuestas ya acusan la crisis al interior del partido de centroderecha. Sigma Dos comparó dos encuestas: la primera el lunes 14 de febrero, la segundo el viernes 18, cuando la crisis en el partido había estallado del todo. En la primera, el partido de oposición era la principal fuerza política española, con un 26,8% de la intención de voto, y 113 escaños, poniéndose por delante del gobernante PSOE (25,7% y 102 escaños). Ya con la guerra fratricida declarada, el PP perdía su ventaja, pasando a un 22,6% y conquistando así solo 94 escaños.
Pero más que el PSOE, el verdadero beneficiado de la crisis del Partido Popular fue Vox. El partido de extrema derecha subió en todas las encuestas, tomando precisamente los 4 puntos porcentuales que perdió el PP: de 17,2% a 20,8% entre lunes y viernes, y pasando de 60 a 74 escaños en el parlamento español. Luego de las elecciones de Castilla y León el domingo 13, la colectividad de Santiago Abascal capitalizó la caída de Ciudadanos, prácticamente reemplazando sus escaños en el ejecutivo regional.
Ya mirando al interior del Partido Popular, las encuestas señalan un claro ganador en la guerra de la semana pasada: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. De tener que elegir a Casado o Ayuso en la presidencia del gobierno, el 71% de los encuestados se decanta por la periodista, mientras que solo el 14% daría su voto al líder nacional del partido. Respecto a la pelea puntual entre ambos bandos, el 59% del electorado le da la ventaja a Ayuso, mientras que un 8% defiende a Casado.
Pablo Casado llamó ayer a diferentes líderes del partido en toda España, para reunirse en Madrid y discutir la salida de esta crisis. Hasta el momento, a pesar de que son muchos lo que desean la salida del presidente, es más seguro que sea su secretario general y escudero, Teodoro García Egea, el que pague el precio por la calma en el partido.
Respecto a la polémica por las comisiones que habrían sido cobradas por el hermano de Ayuso en la licitación de las mascarillas, la presidenta de la Comunidad de Madrid declaró esta mañana que, como responsable por su gobierno, enviaría toda la documentación pertinente a fiscalía. Con ese asunto tachado de la lista, Ayuso pasó a la ofensiva, insistiendo en el “cruel ataque político” dirigido contra ella y lamentando la situación del partido: “Nos hundimos cada día, nos estamos desangrando”.
Hoy mismo la presidente madrileña reafirmó su compromiso con la capital, dejando claro desde ya su desinterés por ocupar el puesto de Casado como líder nacional del PP. Este mensaje sería un guiño para el presidente de la Junta de Galicia, el también “popular” Alberto Núñez Feijoó, que de a poco se perfila para dirigir el partido. Para la prensa, el gallego no dudó en exigir, sino la renuncia, al menos “decisiones inmediatas” por parte de Casado. En privado, las conversaciones habrían sido aún más directas: el diario El País señaló que el pasado domingo Feijoó le dijo directamente al presidente del partido “tienes que renunciar ya, la dimisión de [el secretario general] Egea es insuficiente”.
Feijoó no es el único en esperar la caída del economista palenciano: una carta que se divulga a través de redes sociales entre militantes del partido exige que se convoque “de forma urgente” a los integrantes del comité ejecutivo nacional, en miras a designar una dirección provisional hasta la celebración de un congreso en el partido. “Ver manifestarse a una parte de la militancia ante la sede nacional es la más triste ilustración de que se ha fallado”, apunta la carta, indicando que España “no merece estar pendiente de nuestra vida orgánica”, y que Pablo Casado ya no puede seguir un minuto al frente del PP.
Pero la cabeza más pedida de los últimos días sigue bien unida a su cuello: luego de ocho horas de reuniones, Casado no dimitió, sino que convocó a una junta directiva nacional para el próximo lunes. Decidido por unanimidad desde las cúpulas más altas del partido, este es el paso previo a un congreso nacional que reestructure a la colectividad.
A la vista de las encuestas y los conflictos de sus vecinos políticos, el presidente de Vox, Santiago Abascal, advirtió que su colectividad puede “muy pronto” llegar a ser el primer partido de los españoles, poniéndose “al frente de la alternativa” contra el gobierno de Pedro Sánchez. Aunque se ha mostrado escéptico con las casas de encuestas, el bilbaíno recordó que hoy “algunas de ellas” situaron a Vox con más del 20% de la intención de voto, pisándole los talones al PSOE.
Asimismo, Abascal señaló que el único sorpasso que le interesa es el sorpasso al PSOE, ya que opina que “se ha aliado con los enemigos de España”. Sobre la crisis en el PP, rechazó comentar la situación entre Ayuso y Casado, aunque apuntó a que deben ser sus militantes quienes la resuelvan.
En eso último coincidió también el oficialismo. En una conferencia de prensa, Pedro Sánchez instó al PP a que “resuelva cuanto antes” su crisis interna “por el bien de la democracia española”. Al igual que hizo la semana pasada en Bruselas, ayer en La Moncloa el socialista declaró que no se va a “inmiscuirse en ninguna situación de un partido político”. Eso sí, respecto a un repunte de Vox y con los resultados de las elecciones regionales a la mano, el líder del Ejecutivo invitó al PP a establecer un “cordón sanitario a la ultraderecha”, ofreciendo la abstención de su colectividad para permitir a los populares formar gobierno con los partidos regionalistas en Castilla y León.