Este fin de semana, dos navíos de guerra de la marina norteamericana navegaron por aguas internacionales en el Estrecho de Taiwán, siendo la primera operación de ese tipo desde que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara Taipei. La acción, sin ser particularmente beligerante, llega en uno de los momentos más tensos de la relación entre la República de China (Taiwán) y la República Popular China , con esta última señalando que estaba monitoreando el recorrido de los barcos estadounidenses.
Según informó Reuters, se trató de los cruceros Chancellorsvile y Antietam. El cruce de este estrecho no es nuevo y, de hecho, es normal que buques de guerra norteamericanos, británicos y canadienses pasen por ahí de manera rutinaria. La operación dura entre ocho y 12 horas en completarse.
El comando del Teatro Oriental del Ejército Chino declaró que estaba siguiendo los barcos y les advirtió: “Las tropas en el teatro permanecen en alerta máxima y están listas para frustrar cualquier provocación en cualquier momento”. Por su parte, el Ministerio de Defensa taiwanés señaló que los barcos iban en dirección sur y que también sus fuerzas lo estaban observando, pero que “la situación está como es habitual”.
En entrevista con CNN, el vocero del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, John Kirby, comentó el paso de los buques, señalando que manda un “mensaje muy claro, un mensaje muy consistente... que la marina de los Estados Unidos, el ejército de los Estados Unidos navegará, volará y operará donde el derecho internacional nos lo permita”.
Asimismo, indicó que el paso de los buques era “muy consistente” con la política de Una China adoptada por los Estados Unidos, y en miras a un “Indopacífico libre y abierto”. Además, detalló que esta operación venía siendo planeada de hace mucho tiempo, descartando así una relación directa con el viaje de Nancy Pelosi a principios de mes. En ese entonces, la visita de la congresista fue respondida por China con un aumento en los ejercicios militares cerca de Taiwán.
Precisamente una semana después, otros cinco congresistas norteamericanos visitaron la isla, desafiando así la presión que ha estado poniendo China en miras a detener esos viajes. En una tercera ocasión, fue la senadora estadounidense Marsha Blackburn, de los comités senatoriales de Comercio y de Fuerzas Armadas, la que visitó la isla, en un mes particularmente tenso en la región.
Hasta el momento, la administración de Joe Biden ha puesto sus esfuerzos en evitar que las tensiones entre Beijing y Washington deriven en algún conflicto, asegurando que las visitas de congresistas a Taiwán son rutinarias. Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas formales con Taipei, pero está obligado por ley a proveerle medios para su defensa.
Desde la dirigencia, el principal partido de oposición en Taiwán, el Kuomintang, salieron a defender el “valiente” acercamiento a Beijing, luego de que un alto funcionario visitase la capital china, llegando a molestar al gobierno en Taipei.
Tanto el oficialismo como el Kuomintang habían condenado ampliamente los ejercicios militares llevados a cabo por China luego de la visita de Nancy Pelosi. A pesar de eso, el viaje del vicepresidente del partido, Andrew Hsia, se mantuvo. Desde el KMT defendieron la decisión, señalando que se trató de una cita prevista hacía tiempo.
Desde el Ministerio de Asuntos Continentales de Taiwán condenaron el viaje de Hsia, señalando que no debió haber ocurrido, y que los partidos de oposición deben reconocer que China es “el instigador de la destrucción de la paz en el Estrecho de Taiwán”.
Hablando en la conferencia anual del KMT, el presidente del partido, Eric Chu, señaló que Hsia y aquellos que lo acompañaron fueron “muy valientes y determinados”, y que sigue siendo importante mantener líneas de comunicación abiertas para prevenir el conflicto. “Sabemos que habrá diferentes opiniones y reacciones, pero el KTM debe insistir en hacer lo correcto”, aseguró.