En la localidad italiana Ustica, en la isla de Sicilia, se llevó a cabo una votación el viernes pasado que revocó la ciudadanía otorgada al dictador fascista Benito Mussolini durante el ascenso de su régimen que duró 20 años. La isla, de 1.300 habitantes, aprobó una ley que decía que sólo los vivos podrían recibir tal reconocimiento. Entre los demás fallecidos revocados de la ciudadanía honoraria, también se encuentra el animador Walt Disney.
Mussolini sigue siendo ciudadano honorario de cientos de pueblos y ciudades italianas casi ocho décadas después de su muerte, para disgusto de muchos de sus habitantes. El debate reavivó en vísperas del pasado jueves, que coincidió con el Día de la Liberación, en las plazas y calles italianas todavía dedicadas a Il Duce y otros exponentes del fascismo, según indica el periódico italiano La Repubblica.
Casi todos los cerca de 8.000 municipios de Italia proclamaron a Mussolini ciudadano honorario bajo las órdenes de las autoridades fascistas durante el ascenso de su régimen. En Terralba, centro de la región de Oristano con más de 10.000 habitantes, por ejemplo, en 1924 se confirió a Il Duce la ciudadanía honoraria, un reconocimiento que, después de casi 100 años, sigue dividiendo a la comunidad, explica el periódico italiano.
No fue hasta 1944 que las primeras ciudades, como Nápoles y Matera, se liberaron de esta carga, seguidas por Arezzo en marzo de 1945, explica el periódico inglés The Guardian. En 2017, miembros del partido de izquierda Sinistra Italiana pidieron un censo para identificar qué municipios habían concedido y luego revocado la ciudadanía honoraria de Mussolini. Desde entonces, muchas ciudades han discutido el tema. Adria, una urbe en la región norte de Véneto, revocó en 2021 la ciudadanía honoraria de Mussolini y en su lugar honró a Giacomo Matteotti, un político italiano asesinado por el régimen fascista en 1924.
En 2021, tras la revocación por parte de varios alcaldes de municipios italianos de la ciudadanía honoraria de Il Duce, el bisnieto del dictador fascista, Caio Giulio Cesare Mussolini, dijo al diario La Repubblica: “¿Revocación de la ciudadanía honoraria del Duce? Idiocia. Es realmente sorprendente que algunos municipios tengan el tiempo y las ganas de perder en estas cosas, especialmente en un momento dramático como este para Italia. En lugar de pensar en la economía, en reactivar la suerte de las ciudades, hacer proyectos concretos para la población, se pierde tiempo y se desperdiciará dinero en esto”.
En definitiva, la cuestión de las ciudadanías honoríficas concedidas y nunca revocadas a Benito Mussolini “sigue siendo actual” y dividiendo. Más recientemente, algunos alcaldes, como los de la comunas de Asti, San Cesario sul Panaro, en la provincia de Módena, y Campi Bisenzio, en Florencia, revocaron la ciudadanía honoraria del dictador. Una elección que, sin embargo, no fue aprobada por el consejo municipal de Salò (Brescia), que el año pasado rechazó la iniciativa por mayoría.
Durante décadas hubo un estancamiento y, hasta 2015, Liliana Segre, de 93 años, senadora vitalicia italiana –la única de sus familiares que sobrevivió al Holocausto– compartió la misma ciudadanía honoraria de Tricase, en Lecce, con el jefe del régimen que la había deportado a Auschwitz. En la ciudad de Vittorio Veneto, el alcalde Antonio Miatto explica la falta de ciudadanía honoraria a Segre con el hecho de que el nombre de Mussolini está inscrito en el registro de oro del municipio.
“No tiene nada que ver, esa inscripción en el cuadro de honor del municipio se remonta a 1929, cuando Mussolini vino a visitar la ciudad, y por tanto fue nombrado ciudadano honorario, pero es cosa del pasado, y la historia está escrita en piedra’, para bien o para mal”, comenta Miatto.
El subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores, Benedetto Della Vedova, dijo a la agencia de noticias italiana ADNKronos: “Yo diría que era aceptable cuando fue reconocido. Creo que se volvió inaceptable a partir de 1938. Y es sorprendente que se mantenga: Si fuera concejal de la ciudad, pediría que lo quitaran. Es cierto que la historia es historia, pero por eso mismo no creo que se le pueda dar un reconocimiento honorífico al régimen fascista”.
“Es una prioridad para el debate público, pero no entiendo por qué es obligatorio mantener la ciudadanía honoraria para Mussolini, conceder la ciudadanía honoraria a la senadora vitalicia Liliana Segre, pero ¿y si yo fuera concejal y alguien propusiera la ciudadanía? a Segre, que es el símbolo de la injusticia violenta del genocidio nazi-fascista y es el símbolo de la memoria de lo ocurrido en términos de negación de los derechos humanos más básicos, votaría a favor”, agregó.
En los últimos años, la Asociación Nacional de Partidarios Italianos (ANPI), un grupo antifascista, ha reavivado sus esfuerzos para abordar la cuestión. “Muchos municipios desconocen la presencia de Mussolini entre sus ciudadanos de honor debido a la pérdida de archivos durante la guerra”, afirmó Natalia Marino, miembro del comité nacional de la ANPI. “Algunos se enfrentan a la oposición de partidos políticos reacios a revocar el honor, mientras que otros se ven obstaculizados por leyes que impiden la cancelación”.
Hubo cierto descontento en los municipios de Silicia con esta votación, indica el periódico italiano La Stampa. “La mayoría encabezada por el alcalde de derecha Salvatore Militello, en lugar de proceder a la simple revocación de la ciudadanía honoraria conferida en 1924 al dictador Mussolini, aprobó una enmienda con la que se establece que la ciudadanía honoraria deja de existir si los ciudadanos honorarios no están más vivos”, denunciaron algunos concejales de minoría.
Además de Walt Disney, los otros antiguos ciudadanos honorarios en Sicilia cuyo reconocimiento fue revocado son el presentador de televisión Mike Bongiorno, el astronauta Malcom Carpenter, el explorador Jacques Cousteau, el documentalista Folco Quilici, el apneista Enzo Maiorca, que batió récords, y muchos otros ilustres.