La pizzería “Dal Presidente” ubicada en la Via Tribunali, en el centro de la ciudad de Nápoles, al sur de Italia, fue incautada y clausurada este martes. Famosa porque la inauguró el chef que le preparó una pizza al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton en 1994, fue registrada por la policía en una operación antimafia, por servir presuntamente como fachada para financiar al Clan Contini de la Camorra, la mafia napolitana.

Dal Presidente fue inaugurada en 2001 por el fallecido Ernesto Cacialli, también conocido como “el pizzero del presidente”, cuyo apodo fue originado después de que Cacialli preparara una pizza a portafoglio o “pizza de billetera” para el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en el restaurante cercano Di Matteo, donde trabajaba. Clinton, acompañado de su equipo de seguridad, estaba paseando por el centro histórico de Nápoles durante su visita al G7 en 1994 cuando el aroma de la pizza lo llevó hasta Di Matteo, según cuenta el periódico británico The Guardian.

Cacialli, que ganó varios premios como pizzero, “producía mil pizzas al día” desde la inauguración del local hasta su muerte a los 60 años, según el sitio web de La Figlia Del Presidente, un restaurante propiedad de su hija. Dal Presidente se encuentra en uno de los dos decumanos (una de las calles principales) de la capital napolitana, siendo un destino turístico muy popular en la ciudad. Desde la visita de Clinton a esa pizzería, cada año llegan innumerables turistas deseosos de probar la famosa pizza presidencial.

La compra de Dal Presidente por parte de su actual propietario se financió supuestamente con el pizzo, o dinero de protección, que procedía de un miembro destacado del clan Contini, un grupo familiar con un largo historial de actividades delictivas que incluyen tráfico de drogas, extorsión y apuestas ilegales. Este miembro del clan, a pesar de estar detenido y condenado, siguió influyendo en el negocio a través de su cuñado, que también tenía antecedentes penales.

La pizzería Dal Presidente, ubicada en el centro histórico de Nápoles, específicamente en Via dei Tribunali, una de las calles más famosas de la ciudad por su rica oferta gastronómica y cultural. Foto: Facebook

El presunto mafioso también “se interesó” por el negocio, “desde el personal de panadería hasta la elección de los productos utilizados para la masa”, según informó Il Fatto Quotidiano. Este martes, el local fue clausurado y sus bienes fueron confiscados como parte de una operación más amplia contra el lavado de dinero. La operación fue llevada a cabo por la unidad policial económico-financiera de la Guardia di Finanza de Nápoles, en colaboración con el ejército de Scico y con el Escuadrón Volador de la Jefatura de Policía de Nápoles.

Fueron arrestados cinco sospechosos: el propietario de 50 años Massimiliano Di Caprio, su esposa, el gerente de la pizzería, un contable y un policía en servicio activo en la policía de tránsito de la ciudad y comuna de Avellino. Tres de ellos fueron enviados a prisión y los otros dos se encuentran en arresto domiciliario. El policía fue puesto bajo arresto domiciliario por las autoridades financieras y el Escuadrón Volante de Nápoles.

Los ingresos del restaurante se utilizaron para financiar a los Contini y mantener a los internos afiliados a la organización, pero también para crear un negocio de panadería. Las investigaciones habrían determinado la propiedad ficticia de las empresas. De hecho, al policía de Avellini se le acusa de ser propietario ficticio de una empresa dedicada a la producción y venta de productos de panadería, según el medio Corriere del Mezzogiorno.

Además, según la investigación, los implicados en la trama usaron más de 412.000 euros en efectivo para empresas de restauración y panadería, entre ellas la pizzería Dal Presidente, así como para la compra de inmuebles. Este flujo de dinero ilegal no sólo permitió a la Camorra mantener sus operaciones, sino que también dañó la economía local al desplazar negocios legítimos. En total, el dinero incautado este martes, junto con las acciones empresariales, negocios y propiedades inmobiliarias tomadas, tuvo un valor de unos 3,5 millones de euros.

Incluso la empresa que administra la reconocida pizzería estaría vinculada al clan Contini, de acuerdo las investigaciones de la unidad de policía económico-financiera de la Guardia di Finanza de Nápoles. La DDA napolitana (la Fiscalía Antimafia en Italia), representada por las fiscales Alessandra Converso y Daniela Varone, los acusa de transferencia fraudulenta de valores y blanqueo de dinero, con agravantes por su presunta asociación con la Camorra, según el periódico napolitano II Mattino.

Los manifestantes sostienen pancartas que dicen "La Camorra no vale nada" mientras marchan en la ciudad sureña de Nápoles el 21 de marzo de 2009. Foto: Reuters

El grupo llamado “la Camorra”, es una sociedad secreta italiana de criminales que ascendió al poder en Nápoles en el siglo XIX, posiblemente existiendo ya en el siglo XV en España. Se fortaleció a través de actividades criminales como el contrabando, el chantaje y la extorsión. Sin embargo, tras la unificación de Italia en 1861, enfrentó medidas represivas severas, perdiendo influencia gradualmente.

En 1901, todos sus candidatos en las elecciones napolitanas fueron derrotados. Un famoso caso de asesinato en 1911, donde unos 20 presuntos miembros de la Camorra fueron juzgados, atrajo la atención pública. Las severas sentencias resultantes debilitaron significativamente la organización, llevando a muchos a huir a Estados Unidos y dejando solo a las generaciones más jóvenes en Nápoles, según indica el diario Daily Mail.

El clan Contini, escribe la Fiscalía, “precisamente gracias a las estrategias empresariales antes mencionadas, ha arraigado sus intereses en muchos sectores de la vida económica de la región de Campania (donde está Nápoles) y más allá, acumulando -con el tiempo- a través de las numerosas actividades ilícitas que gestiona, enormes activos, que reinvierte en todos los sectores más rentables de la economía real”. La empresa-clan, con el paso de los años, se ha convertido en una de las más poderosas de la zona sur de Italia.

Un camarero sirve pizza Margherita en L'Antica Pizzeria da Michele en Nápoles, el 6 de diciembre de 2017. Foto: Reuters

La confiscación de la pizzería fue una sorpresa para los clientes habituales, más o menos. “He comido allí muchas veces, es una de las pizzerías más conocidas de Nápoles”, dijo un cliente a The Guardian, que pidió permanecer en el anonimato. “La pizza estaba muy buena, pero escuché de otros que había algo un poco extraño en ella... entonces todo salió a la luz ayer”, añadió.