Comer helado o pizza por la calle a medianoche serán tradiciones del pasado en la zona norte de Milán. Ello, porque el Ayuntamiento de esta ciudad en el norte de Italia anunció una ordenanza que prohibirá el consumo de cualquier alimento, incluyendo bebidas alcohólicas o no alcohólicas, y también restringirá el uso de terrazas hasta las 6 de la mañana. La medida busca preservar la tranquilidad de los residentes locales, pero ha molestado a la industria gastronómica.
La medida fue anunciada por el teniente de alcalde de seguridad pública, Marco Granelli, quien también explicó que se exigirá a los bares y restaurantes que cierren las zonas al aire libre a partir de las 00.30 horas de lunes a viernes y a la 01.30 los fines de semana con la esperanza de que las calles queden despejadas de gente. Granelli, argumentó posteriormente en redes sociales que la norma lograría un equilibrio entre “la camaradería y la diversión, la paz y la salud de los residentes y la libre actividad económica de los comerciantes y empresarios que proporcionan trabajo”.
Según el documento publicado por el Ayuntamiento en su portal de internet, los locales de los barrios clásicos de la vida nocturna milanesa deberán cerrar a medianoche a partir del 17 de mayo hasta el 4 de noviembre. Aunque la prohibición también afecta a la pizza, una parte esencial de la amplia variedad de alimentos para llevar, la idea de restringir la clásica tradición italiana de reunirse para disfrutar de un helado tarde en la noche fue vista como un paso demasiado extremo por los sectores de la industria.
“¿Qué hace la familia italiana media en verano? Después de cenar salen a dar un paseo y toman un helado”, dijo al periódico británico The Observer Marco Barbieri, secretario general de la unidad de Milán de Confcommercio, la asociación de minoristas italianos. “Es una tradición clásica y, por lo tanto, está claro que si se interfiere con este tipo de hábito cultural, la gente no será feliz”, explicó.
Aunque simpatiza con quienes viven en zonas ruidosas de vida nocturna, Barbieri dijo que prohibir la comida para llevar no resolverá el problema. “Una norma que prohíba a la gente beber una botella de agua o comer un helado o una pizza mientras pasean por Darsena no solucionará nada, ya que la gente seguirá fuera de todos modos. ¿Crees que un joven de 25 años se irá a casa al filo de la medianoche simplemente porque no puede conseguir comida para llevar? ¿Qué pasa con los turistas que quieren comer un helado después de medianoche? ¿Esta administración se da cuenta de lo que está haciendo?”, criticó.
Consultado por la medida, el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, dijo “le pediría a Barbieri que viniera a mi oficina por unas horas porque tengo cientos de informes de residentes que piden poder dormir mejor por la noche. No puedo evitar abordar este tema, no es un capricho sino una necesidad de muchos… no estamos cambiando las reglas del universo sino imponiendo límites muy leves”, según consignó el diario inglés The Guardian.
En el popular barrio de Navigli, por ejemplo, cada fin de semana se reúnen miles de jóvenes, dificultando el descanso de los residentes. Y los vecinos argumentan que esa vida nocturna los tiene exhaustos por la degradación, caos, aparcamientos salvajes, peleas y aglomeraciones incontrolables, según consigna el periódico italiano La Stampa.
Según la orden oficial, habrá “una parada a medianoche para comida para llevar” (incluidas bebidas alcohólicas y no alcohólicas, además de comida) “y zonas al aire libre” hasta las seis de la mañana. Para el resto de comercios, el cierre se impondrá” desde las 24.30 horas hasta las 06.00 horas de lunes a viernes y de 01.30 a 06.00 horas la noche del viernes al sábado y la noche del sábado al domingo, y festivos entre semana”, según detalló el medio italiano Come Don Chisciotte.
El aviso dirigido a las categorías y comerciantes dicta que serán 12 los barrios y zonas afectadas, que tendrán veinte días para formular sus observaciones y solicitudes a la administración. La idea del Ayuntamiento es implementar estas restricciones en zonas muy concurridas en la ciudad, por lo que los cierres forzosos comenzarán por la noche en las zonas más caóticas como Corso Como, Arco della Pace, distrito de Isola, Garibaldi, Darsena y Navigli, Nolo, Lazzaretto y Sarpi, según detalla La Stampa.
Esta no es la primera vez que el helado está en el centro de la discusión italiana. Más de una década atrás, en junio de 2013, la venta de helados para llevar después de medianoche en Milán fue el foco de una ordenanza que luego fue retirada por el entonces concejal de Comercio, Franco D’Alfonso. Fue el alcalde Giuliano Pisapia quien revirtió la decisión, calificando el asunto como un “malentendido” y tranquilizando a los residentes de Milán y más allá, asegurando que podrían “continuar disfrutando de su helado libremente incluso después de la medianoche”, de acuerdo con Come Don Chisciotte.
En otras ciudades de Italia ya se han realizado restricciones similares. Por ejemplo, el verano pasado se registró un cierre forzoso de los locales para limitar la vida nocturna en Venecia, al noreste del país, donde el alcalde Luigi Brugnaro planeaba cerrar los negocios de comida casera a las 11 de la noche, dejando fuera las famosas heladerías, y a las 8 de la noche los negocios de venta de alimentos y bebidas. Y en Trento, otra ciudad en el norte de Italia, recientemente se implementó una prohibición de vender alcohol después de las 11 de la noche.