Cuando hace tres años los habitantes de Oregon decidieron aprobar un plan pionero para despenalizar las drogas duras –desde el fentanilo, pasando por la metanfetamina hasta el crack- creyeron estar dando un paso revolucionario que se extendería por todo Estados Unidos. El objetivo era detener el encarcelamiento de consumidores de drogas. Ahora, en cambio, ciudades como Portland, la más grande de ese estado norteamericano, han visto un aumento de personas sin hogar acampando en las calles y consumiendo drogas.
Esto ha llevado a las autoridades a reconsiderar la normativa. Así, el Parlamento de Oregon votó este mes para derogar esa la ley estatal, uniéndose a ciudades como San Francisco y Washington DC, que están adoptando nuevas políticas duras contra las drogas. Se espera que la gobernadora demócrata Tina Kotek firme el proyecto de ley aprobado en los próximos días.
“Estamos aquí todos los días y ponemos la misma multa. A algunas personas, a veces varias veces al día”, dijo el oficial de policía de Portland, David Baer, en declaraciones a la cadena ABC News.
En este contexto han aumentado los llamados a dar más autoridad a la policía sobre la situación. Pero los defensores de la salud pública detrás de la ley dicen que la derogación se producirá antes de que la despenalización tuviera la oportunidad de funcionar.
Señalan a Portugal, que experimentó una caída del 75% en las muertes por drogas desde que adoptó la misma estrategia entre 2001 y 2022, como prueba de que Oregon se está rindiendo demasiado rápido. El éxito de Portugal, señalan, no se logró de la noche a la mañana ni siquiera en tres años, indicó el portal Politico.
Al experimento de Oregon “no se le dio el tiempo que necesitaba”, dijo a es medio, Tera Hurst, directora ejecutiva de la Alianza para la Recuperación de la Justicia y la Salud de Oregon. “Esta es una respuesta política a un problema grave”, dijo sobre la probable derogación de la medida. “Esto es vida o muerte”.
“Lo que sabemos es que encarcelar a la gente nunca ha sido una forma eficaz de tratar a las personas con trastorno por uso de sustancias”, indicó a ABC News Haven Wheelock, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro de servicios sociales Outside In, con sede en Portland.
En respuesta a las altísimas tasas de sobredosis a finales de la década de 1990, el Parlamento de Portugal despenalizó las drogas en 2000 y reorientó la respuesta del país a la crisis de opioides reformulándola como una crisis de salud pública (y no de delincuencia) a partir de 2001.
La Medida 110 en Portland fue la primera iniciativa de despenalización de drogas en Estados Unidos que tuvo efecto sobre drogas más duras además de la marihuana e impulsó un enfoque basado en la salud para luchar contra la adicción en lugar de arrestos. La ley entró en vigor en febrero de 2021 y estableció Redes de Recursos de Salud Conductual (BHRN), que es “una entidad o grupo de entidades que trabajan juntas para brindar servicios y apoyos integrales basados en la comunidad a personas con trastornos por uso de sustancias o uso de sustancias nocivas”, de acuerdo con la ley.
Las BHRN han recibido subvenciones estatales (por valor de más de cientos de millones de dólares) para ayudar a financiar sus iniciativas.
Las personas que son sorprendidas usando drogas al aire libre todavía son responsables de un cargo de delito menor de posesión de sustancia controlada y una multa de US$ 100, pero también se les proporciona una tarjeta con un número de teléfono para opciones de tratamiento, según Baer.
“Entonces llamas a ese número, haces un examen de salud (y) tengo entendido que ellos también pagarán la multa por ti”, dijo.
Sin embargo, después de tres años y más de 7.600 infracciones de drogas, sólo se han realizado unas 200 llamadas al número, según datos de Portland, citados por ABC News.
En una entrevista en Lisboa, João Goulão, el funcionario que ha supervisado su sistema de tratamiento de drogas desde entonces, dijo a Politico que la decisión de la Legislatura de Oregon parecía prematura. “Por encima de todo, hay que ser coherente en el enfoque y darle tiempo para que dé resultados”, afirmó. “Cuando uno se enfrenta a algo tan complejo como la crisis de los opioides, no se puede esperar ver cambios dramáticos de un día para otro”.
El aumento en el uso abierto de drogas ha dado paso a la preocupación de los residentes de Oregon. El centro de su ciudad más poblada ha permanecido desierto mucho después de que terminó el confinamiento por el Covid, y está cada vez más salpicado de campamentos para personas sin hogar.
Las muertes por sobredosis se han disparado, indicó The New York Times. De septiembre de 2022 a septiembre de 2023, las muertes en el estado crecieron aproximadamente un 42%, el aumento más alto en el país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. En contraste, la tasa de mortalidad a nivel nacional aumentó solo un 2%. Desde principios de 2020, el condado de Multnomah en Portland ha registrado más muertes por sobredosis que por Covid-19.
El diario indicó que los defensores de la despenalización señalaron investigaciones que no encontraron ningún vínculo entre los cambios legales y el aumento de las muertes por sobredosis durante el primer año de implementación. En cambio, argumentaron, la crisis tenía sus raíces en la abundancia de fentanilo, la falta de servicios sociales, los efectos persistentes de la pandemia y, especialmente en Portland, la falta de vivienda generalizada, todos ellos factores que tendían a exacerbar el consumo peligroso de drogas.