El primer ministro británico Rishi Sunak dio a conocer un polémico plan, en el que se pondrá del lado de los automovilistas y ordenó una revisión de los vecindarios de bajo tráfico (LTN) en Inglaterra.
En una entrevista con el semanario The Sunday Telegraph, explicó que pidió al Ministerio de Transportes que realice una profunda revisión de los proyectos de las localidades británicas para establecer esas zonas de bajas emisiones. Con esos planes, las alcaldías pretenden limitar el acceso de los autos a los centros de las ciudades o a carreteras de barrios residenciales.
“La gran mayoría de la gente en este país usa sus autos para moverse y depende de ellos. Cuando tengo la suerte de ir a casa en North Yorkshire, es más representativo de cómo vive la mayoría del país, donde los autos son importantes”, dijo Sunak, quien agregó que estaba apoyando a las personas a “usar sus autos para hacer todas las cosas que les importan”.
Según la BBC, sus comentarios forman parte de un debate cada vez más intenso sobre las políticas verdes tras las elecciones parciales en Uxbridge la semana pasada, en la que los conservadores se impusieron. En este suburbio de Londres los votantes rechazaron los planes del alcalde de la capital, el laborista Sadiq Khan, de extender su oneroso impuesto a los vehículos más contaminantes.
Ese éxito llevó a la derecha del partido conservador a animar al primer ministro a que revise los planes gubernamentales para alcanzar las cero emisiones, aunque el ala verde de su propia colectividad ha mostrado sus discrepancias.
Los LTN tienen como objetivo reducir el tráfico, en parte al evitar que los conductores utilicen calles residenciales más tranquilas como rutas de paso. Algunas investigaciones sugieren que reducen la contaminación localizada. Pero los críticos, incluidos algunos parlamentarios conservadores, argumentan que dañan la libertad de los automovilistas y empujan el tráfico hacia otras carreteras, causando congestión.
En su entrevista con The Sunday Telegraph, Sunak también dijo que no planeaba cambiar la fecha límite para la prohibición en 2030 de la venta de autos nuevos de gasolina y diésel a pesar de los llamados de algunos conservadores para hacerlo.
En una carta a Sunak el sábado, un grupo de 43 parlamentarios y colegas conservadores, incluidos Sir Iain Duncan Smith, Sir Jacob Rees Mogg y David Davis, sugirieron trasladar el objetivo a 2035 para evitar “daños graves a la economía”. “El público solo puede salir peor parado por una prohibición de mano dura que los deja incapaces de comprar los vehículos que desean”, indicó la misiva.
“El futuro de este país está en imponer menos cargas y ser menos regulado que la UE, no en imponer unilateralmente cargas adicionales que destruyan empleos para cumplir con un plazo innecesario e inviable”, añadió la carta de los parlamentarios que exigen al premier que revierta la política Net Zero que ha sido descrita como “impracticable”.
Pero Sunak respondió: “El objetivo de 2030 ha sido nuestra política durante mucho tiempo y sigue siéndolo; no estamos considerando un retraso hasta esa fecha”.
Se han establecido LTN en los últimos años en Londres, Bristol, Birmingham, Bournemouth y más ciudades, con decenas de millones de libras de fondos gubernamentales otorgados a los consejos desde 2020. En 2022, las autoridades le dijeron a iNews que se habían instalado casi 200 en un período de dos años, con alrededor de 50 desechados.
Su objetivo es animar a las personas a caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público mediante el uso de barreras como bolardos y jardineras, así como señales de tráfico y cámaras de circuito cerrado de televisión.
La oposición laborista tildó de “propaganda” el anuncio de Sunak y pidió que la competencia sobre las zonas de bajas emisiones, donde los vehículos más contaminantes deben pagar por circular, queden en manos de los consejos municipales.
El secretario de Transporte en la sombra dijo que las comunidades locales a menudo exigían medidas de seguridad vial, por lo que las decisiones deben ser consultadas adecuadamente y tomadas por ellas.
Por otro lado, la adopción de las LTN ha provocado la ira de algunos diputados conservadores, que han criticado la medida como un ataque a los automovilistas.
El parlamentario conservador Nick Fletcher los describió a principios de este año como parte de un “concepto socialista internacional” que elimina las libertades personales.
Louise Haigh, laborista, acusó a los conservadores de “pura hipocresía” por acelerar y financiar LTN antes de “denunciar” la política.
La Asociación de Gobierno Local, que representa a los consejos locales, dijo que la revisión era “innecesaria” y que los consejos estaban en mejores condiciones para tomar decisiones con sus comunidades.
Agregó que los consejos necesitaban certeza a largo plazo sobre el financiamiento si querían ayudar a cumplir el objetivo del gobierno de que el 50% de los viajes urbanos se realizará a pie o en bicicleta para 2030.
“La inexperiencia política de Sunak sugiere que tal vez no entienda que el gobierno central no tiene poder para eliminar las LTN, o tal vez simplemente no le importe. Está buscando un tema con el que cree que ganará a algunos votantes y satisfará a sus posibles críticos en la prensa de derecha. Debe saber que cualquier revisión se hundirá en una legislación compleja que garantizará que la gran mayoría, muchas de las cuales datan del siglo pasado, se mantendrán. Al igual que con la ‘guerra contra las drogas’ o los intentos de detener a los pequeños barcos que cruzan el Canal, Sunak está respaldando a un perdedor”, escribió el comentarista Cristian Wolmar en una columna en el diario The Guardian.
La revisión solo analizará las LTN en Inglaterra, ya que son un asunto delegado en Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Y esta medida se produce cuando las intensas olas de calor en todo el mundo y las advertencias sobre el cambio climático impulsan el objetivo de cero emisiones netas de Reino Unido a lo más alto de la agenda política.
El objetivo, fijado para 2050, es dejar de aumentar la cantidad total de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
La estrategia de Reino Unido incluye generar toda la electricidad a partir de fuentes limpias, cambiar las calderas de gas por bombas de calor y prohibir los automóviles nuevos de gasolina y diésel.
Licencias para gas y crudo
En otra decisión igual de polémica, el premier británico se comprometió el lunes a conceder cientos de licencias para la extracción de petróleo y gas en el mar del Norte, en el marco de sus esfuerzos por lograr una mayor independencia energética, lo que suscitó las críticas de los defensores del medio ambiente.
Sunak confirmó los planes para más de 100 licencias de este tipo, que atrajeron ofertas a principios de este año, y dijo que también podrían concederse otros cientos de licencias en el futuro. Asimismo, anunció nuevas ayudas a dos agrupaciones de captura y almacenamiento de carbono (CAC) en Escocia y el norte de Inglaterra.
Reino Unido se ha fijado el objetivo de alcanzar las emisiones netas cero en 2050, pero Sunak dijo que incluso para esa fecha se espera que el país obtenga más de una cuarta parte de su energía del petróleo y el gas.
Afirmó que los nuevos combustibles fósiles nacionales contribuirán a mejorar la seguridad energética y a reducir la dependencia de Estados como Rusia. “Todos hemos sido testigos de cómo (el presidente ruso, Vladimir) Putin ha manipulado y convertido en arma la energía. Ahora, más que nunca, es vital que reforcemos nuestra seguridad energética”, afirmó en un comunicado.
Los esfuerzos británicos por alcanzar el objetivo de emisiones netas cero se han convertido en una línea que divide a conservadores, en el gobierno, y los laboristas, en la oposición, antes de las elecciones del año que viene.
El gobierno argumenta que frenar el declive del suministro nacional reduciría la huella de carbono en comparación con la opción alternativa de importar gas natural licuado, pero se enfrenta a retos legales de activistas del clima y grupos ecologistas que han dicho de que aumentar la producción fósil es contrario al objetivo.
Sunak dijo que las nuevas licencias cumplían los objetivos medioambientales del gobierno.
La Autoridad de Transición del Mar del Norte (NSTA) espera que las primeras licencias se concedan en el otoño boreal, pero todavía está evaluando 115 ofertas de productores para campos en la ronda de concesión de licencias en curso, que se cerró en enero.
Reino Unido pretende usar la tecnología CAC, que consiste en capturar el carbono de las chimeneas industriales que calienta el planeta antes de que llegue a la atmósfera y almacenarlo bajo tierra, para retener entre 20 millones y 30 millones de toneladas de CO2 de aquí a 2030.
En la actualidad no existe ningún proyecto de CAC comercial o a gran escala en Gran Bretaña, y el gobierno ha recibido críticas por la lentitud con que avanza su implantación.
Mike Childs, responsable de política de Amigos de la Tierra, dijo a Reuters que el anuncio de la CAC era un intento de dar un toque verde a las nuevas licencias. “La CAC no captará toda la contaminación climática causada por la quema de combustibles fósiles”, afirmó.
El gobierno también lanzó el lunes una convocatoria para recabar opiniones sobre los impuestos en el sector del petróleo y el gas “con el fin de diseñar un régimen fiscal a largo plazo que ofrezca previsibilidad y certidumbre”.